Hank Moody: un gusto conocerlo

(INTERNACIONAL) – Después del verano, Aurora Montes quedó preguntándose qué serie ponerse a ver en Cuevana. Y la respuesta no fue una serie, sino un personaje, seductor como él solo, que hoy la redactora quiere presentarte.


Moody es escritor —de libros, no de cine ni de TV, como él mismo se encarga de aclarar en uno de los videos de la nota— y no tiene pelos en la lengua..

 
POR AURORA MONTES
De la redacción de PB
@UtopicAuro

 
Historias dentro de historias

La vuelta del verano me tenía pensando más de dos minutos que serie poner en Cuevana. Buscaba encontrar alguna historia que me volara la cabeza, pero acabé conformándome con la típica drama-comedia que a partir de prejuicios especulados me tendría distraída mientras analizaba el libro del archivo de Polaroid que me regaló mi amiga Colo.

Inesperadamente, Californication me tuvo bajándome temporadas y temporadas vía torrents —a causa de la ineficacia cuevánica—, tras descubrir a un escritor atormentado pero carismáticamente cautivador llamado Hank Moody. Un guión que sólo podría apreciar gracias a mi paso por la Escuelita y mi retorcida admiración por el pesimismo crudo, casi bukowskiano, que encontré en un personaje victima de la posmodernidad que nos atormenta a los socialistas y contradictorias soluciones hedonistas de la vida.


Entrevista de radio a Hank Moody.

 
Siento no traducir, pero perdería la irónica esencia de Hank, o “Mr. Moody to you, young lady”, como diría mientras intenta parecer un tipo serio delante de Becca, su hija, y una amiga.

Con las inseguridades muy propias de los humanos y aparentes miedos que sólo delata en inesperados momentos, Moody es capaz de revertir una situación incómoda en un lección moral que cautiva ingeniosas pasiones intelectuales.


Hank se tienta con un coche nuevo.

 
Sus encantos son atípicos y a cualquiera que lo pida, Hank se lo va a dar.


Sus mejores amigos le presentan a una buena chica.

 
Hank se deja conocer de una forma tan improvisada que deja huellas en tu cotidianeidad, incluso compartiendo con el espectador sus pequeños rituales con él mismo, acercándote a los tuyos, y comprobando que la fachada que todos tenemos se desmorona en situaciones de aceptación de nosotros mismos.


El protagonista ha perdido a un cliente y a un amigo y cierra una etapa y un libro, elegante y transparente como las palabras que te imaginas que escribe.

 
Pues eso, what you see is what you get, Primerbrieferos: Hank Moody, y será un gusto conocerlo.

 
 

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