¿Obsolescencia programada? Una bombita de luz lleva más de un siglo encendida

(ESTADOS UNIDOS) – En el cuartel de bomberos número 6 de Livermore, California, hay una bombita de luz que está encendida desde el año 1901. La «lamparita centenaria», que figura en el Libro Guinness de los Records, fue soplada a mano por la Shelby Electric Company, de Ohio, a finales de la década de 1890. En el año 1901 fue donada por el dueño de esa compañía al departamento de bomberos.


Huell Howser fue a visitar a la lámpara. Han ido a documentarla de la ABC, de NBC, CNN y FOX. (Fotos: Dick Jones y Steve Bunn)

 
POR LEO VIGNATI
De la redacción de PB

 
La lámpara tiene su propio sitio, donde gente de todo el mundo puede chequear que siga en perfecto funcionamiento.

Lo llamativo es que la gente no se extrañe de que esta lámpara siga funcionando y que, al mismo tiempo, no les haga ruido el corto funcionamiento de sus sucesoras (aproximadamente un año). Todo esto tiene que ver con la obsolescencia programada, con la que se fabrica hoy la mayoría de los productos de producción masiva.

En el año 1972 los bomberos de Livermore notaron que la lámpara llevaba demasiados años funcionando (71 en ese entonces). Tanta repercusión alcanzó este Higlander de filamentos incandescentes que se creó el Comité de la Bombita. Este comité creo el sitio donde una webcam atestigua su funcionamiento, y además, en 2001 le hizo la fiesta centenaria a la lamparita.


La torta del centenario.

 
En sí misma no tiene tantísimo misterio: es un foco de 60 watios (aunque se calcula que hoy su potencia es de apenas 4), soplada a mano, con filamento de carbono, fabricada por la Shelby Electric Company, de Ohio, a fin de la década de 1890 y donada en 1901 al hoy famoso departamento de bomberos.

Más allá de los esperables cortes de luz que probablemente ocurrieron, la única vez que la bombita dejó efectivamente de funcionar fue cuando en 1976 el cuartel de bomberos se mudó. De todos modos se hizo con mucho cuidado: como había miedo de que al desenroscarla se rompiera el vidrio, lo que hicieron fue cortarle el cable y trasladarla con pompa, enorme cuidado y escolta policial. En total, ese día sólo estuvo sin dar luz durante 22 minutos.

La razón por la que más de un siglo después de fabricada la lamparita sigue dando luz es bastante misteriosa, pero algunas razones lógicas pueden esgrimirse. Una física de la Academia Naval de Estados Unidos, Debora Katz, estudió a fondo sus propiedades físicas y concluyó: «Se diferencia de dos formas de una bombilla incandescente contemporánea. En primer lugar, en que su filamento es unas ocho veces más grueso que el de una bombilla actual. Y en segundo lugar, en que ese filamento, posiblemente hecho de carbono, es semiconductor. Cuando un conductor se calienta mucho, su capacidad para conducir la electricidad deja de funcionar. Sin embargo, a medida que esta bombilla se va calentando, se va convirtiendo en un conductor cada vez mejor».

Hoy, la llamada bombita de Livermore lleva 111 años de labor ininterrumpida, y desde la altura del techo del departamento de bomberos advierte a quienes pretendan heredar su puesto de trabajo, que no se hagan los rulos, que hay luz para rato.

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