(ARGENTINA) – Un museo y dos muestras: una, más de arte; la otra, más de publicidad. El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA) tiene expuesta la obra de Ronald Shakespear, recorriendo cincuenta años de la carrera de uno de los más grandes maestros del diseño gráfico, y la del grupo Mondongo, jóvenes artistas contemporáneos argentinos reconocidos mundialmente.

MAMBA, en Avenida San Juan 350, Buenos Aires. Abierto de martes a domingo de 11 a 19 hs.

 
POR CAMILA LUSETTI
Especial para PB

 
Se conocieron hace mucho, crecieron juntas y pasaban tanto tiempo reunidas que no era posible diferenciar a una de la otra. Los años pasaron y fueron por caminos distintos. Una pidió más de lo que la otra le podía dar separándose definitivamente y para siempre.

Hoy todo cambió. Una es independiente, autónoma, a veces muy transgresora y no siempre comprendida, pero poco le importa. Vaga como un espíritu libre, recorre el mundo movilizando las emociones de muchos. La otra, mucho más racional, sabe lo que quiere y va a buscarlo. Perceptiva, se ubica según la circunstancia; a veces es divertida; otras, más emotiva y sensible. Adoraría tener la libertad de la primera y cada vez que puede le rinde homenaje.

Definitivamente no podría existir una sin la otra. Sin publicidad, grandes artistas como Miguel Ángel ó Toulouse Lautrec nunca hubieran tenido trabajo. Si el arte no hubiera continuado su búsqueda independiente, muchas publicidades no habrían encontrado las formas que las consagraron con grandes premios. Es menester entonces, conocer el arte, recorrerlo y nutrirnos de él.

Muy bien entiende esta relación ambivalente el MAMBA, donde se puede ver la convivencia de dos muestras que responden a búsquedas totalmente diferentes.

Hasta fin de mes estará expuesto Diseña tu mundo, medio siglo de trabajo, en la que Ronald Shakespear, junto con su estudio, ha diseñado gran parte de la comunicación que vemos a diario en la ciudad. Cincuenta años de trabajo implica el desarrollo de más de 60 marcas, la identidad corporativa y señalización de grandes instituciones como los Hospitales Municipales de la Ciudad, el Subte y Temaiken, entre otros. Impresiona ver la cantidad de trabajo y la capacidad para pensar la comunicación desde muchísimos lugares diferentes.

 
En el primer y segundo piso del Museo se puede ver la muestra del grupo Mondongo, que permanecerá hasta el 15 de septiembre, con obras que se destacan por el uso de materiales no convencionales. Lo primero que se ve es una serie de retratos de grandes dimensiones que impresionan por su naturalismo y realismo. El impacto se genera cuando al ver las obras de cerca uno reconoce que el material del que están realizadas no son más que hilos de diferentes colores. El manejo técnico de estos tres artistas ofrece escenas que, vistas de lejos, parecen fotografiadas.

En el segundo piso, la obra Paisaje se dispone ocupando un espacio circular. Una serie de más de cuarenta metros conforma el entorno natural de un mismo paisaje que se va modificando sobre el final del recorrido. Las dimensión es tal que al percibir la obra uno pierde conciencia de que la plastilina es la materia que da forma a las imágenes y fluye en un entorno conocido, pero fascinante.

 
Aunque arte y publicidad sean bien distintas, es inevitable que no se crucen en el camino. El MAMBA, cual mediador de un conflicto de parejas, hace oídos sordos a esta relación celosa y conflictiva para articular su convivencia.