(ESTADOS UNIDOS) – Secretos, confidencias, experiencias o emociones difíciles de expresar cuando el de enfrente puede juzgar, fáciles de gritar desde el anonimato. Vivimos en realidades tan diferentes como similares cuando de un secreto se trata. Mundos contrapuestos cierran barreras a la libertad de expresión… o el autoconocimiento nos limita.

Por Aurora Montes e Inés Maté
(Fotos: PostSecret)

Desde todos los rincones del mundo, personas buscan ser comprendidas y se expresan en los medios. Y más concretamente en los medios 2.0. Surge de ahí el mediador de secretos de www.postsecret.com. Miles de secretos son recibidos diariamente por Frank Warren, que a su vez los comparte con millones de personas a través de su blog. Y lo mejor, los mensajes combinan palabras e imágenes: conceptos en forma de arte.

Según su creador, hay dos tipos de secretos: los que ocultamos de las personas y los que ocultamos de nosotros mismos. Es aquí donde PostSecret logra ayudar a sus colaboradores y canaliza una represión exponiéndolos al mundo y desinhibiéndolos.

El secreto está expuesto, se ha expresado y el mensaje ha sido recibido. Fuera, en alguna parte, alguien ha pensado en ti. La sensación de sentirte comprendido, y a su vez, desde el otro lado de la pantalla, comprender, puede sacar a flote las inseguridades de uno, generando una analogía sentimental entre ambas personas. Pensar en esa persona que desde un lugar lejano mandó ese mensaje y darse cuenta de que lo entiendes, te identificas y lo sientes totalmente cercano.

Como dijo el rapero español Nach: “Desahogarme en tus oídos es mi más grande placer… Yo tengo mi historia, existen muchas iguales”.

«Basado en hechos reales», por Nach.