Ana Martín Pérez, otra «QA» de la Miami Ad School: «Me ayudó a abrir la mente»

(ARGENTINA) – Seguimos compartiendo las entrevistas a los estudiantes que, en la sede de Buenos Aires de la Miami Ad School, cursaron hasta hace unos días alguno de sus Quarters Away, los trimestres de segundo año que, en la modalidad de estudio de esa escuela, se cursan fuera de la sede en la que se cursó primer año. Hoy es el turno de la española Ana Martín Pérez.


Ana Martín Pérez en el hall de entrada de la Miami Ad School Buenos Aires, debajo de los relojes que marcan la hora de distintas ciudades del mundo.

 
POR ORNELLA PIRIS
Estudiante de la AAP
Redacción especial para PB

 
Ana Martín Pérez, o Nani, como es más conocida, tiene 20 años y es madrileña desde la cuna. Dice que la gente en la Argentina es “maja” y asegura que todo suena mejor con acento porteño. Nani, quien se describe a sí misma como “apocalíptica”, es una de las chicas que eligieron la sede de Buenos Aires para cursar el quarter away que ofrece la Miami Ad School.

—La MAS ofrece también la posibilidad de concretar un quarter away haciendo una pasantía en una agencia. ¿Por qué elegiste cursar en la escuela?
—Bueno, mi primera idea era entrar en Furia para un greenhouse (el nombre que reciben las agencias cuando admiten estudiantes en sus quarters away), pero veía que mi carpeta no estaba muy en su punto para meterme ya, y la verdad es que quería tener más trabajos en mi portfolio, hacer algo mejor. La gente dice que cuando estás en una pasantía apenas puedes hacer cosas para carpeta. Entonces preferí tener una carpeta más preparada. Hubieran sido tres meses en los que no hubiera sacado nada para mi carpeta. Además, mi objetivo es trabajar en España, entonces capaz sea mejor que haga el greenhouse allá, para tener más contactos, hacerme conocer, tener más posibilidades de entrar a trabajar, etcétera.

—¿Por qué motivo elegiste la sede de Buenos Aires?
—Yo quiero hacer copy (redacción) y bueno, mi idioma natal es el español y, aunque puedo tener un nivel de inglés bueno, y me puedo defender, aún así no es mi idioma nativo. Cuando uno se quiere dedicar a redacción lo mejor es que escriba en el idioma en que sabe todas las palabras, porque al final se nota cuando un copy está hecho por una persona que habla el idioma y una que intenta. Si no, cuando haya que rehacerlo, va a llegar un momento en que no te queden sinónimos. Además quería venir porque dentro de los países hispanohablantes me parece el que mejor creatividad tiene.

—¿Te costó el cambio?
—Al principio sí, pero en parte porque tuvimos una primera semana pésima: no teníamos internet, me compré una tarjeta Claro y no iba, el móvil de repente se me apagaba y no funcionaba. Todo nos salía mal. Un día descubrimos una cafetería para usar el wifi y hacer skype con nuestros familiares. Al día siguiente llovía y descubrimos que en la Argentina cuando llueve desaparece el internet. Era todo un caos. Yo estaba super agobiada: primera vez que viajo fuera del país, primera vez que vivo sola. Ahora que me acostumbre siento que la vida es muy parecida a la de Madrid.

—¿Qué diferencia encontrás entre la publicidad argentina y la de tu país?
—Acá es más realista, con insights verdaderos de todo el mundo, cosas que son tan verdad y que muchas veces en España no te dejan decirlo en una publicidad. Tal vez tenés un insight super potente, una verdad fuerte, y allá te dicen “no vas a decir esto”. Si es verdad y todo el mundo lo sabe, riámonos de ello, eso es lo bueno de la publicidad argentina. Además tiene un tono muy peculiar, cercano, como que alguien te lo está contando y logra hacerte sentir representado.

—¿Pensás hacer otro quarter away?
—No lo tenía pensado, pero estando aquí y viendo que son tres meses y se pasan en nada, me han dado ganas de hacer un greenhouse en Amsterdam. Me lo seguiré pensando, pero seguramente por esto que te digo, querer trabajar en España, seguramente lo termine haciendo allá en Madrid.

—¿Qué es lo mejor de cursar en otro país?
—Ahora mismo es que tengo más tiempo para hacer cosas. Allá, entre familia y novio, no tengo tiempo para nada: acá estoy mucho más concentrada con la escuela. Como vivimos las tres en la misma casa y muchas veces trabajamos juntas en equipo, ya desde que me levanto trabajamos en los casos. Decimos que vivimos publicidad, pues no tenemos nada más que hacer (además de turismo). Además es otro ambiente, otra forma de hacer publicidad, otros profesores, hacemos cosas diferentes a las que venimos haciendo en España, está bueno todo el cambio.

—¿Cómo te llevás con los insights argentinos?
—Bien, no hay un choque cultural tan grande, muchas veces habla la gente de cierto insight de gente argentina, pero la verdad es que es igual que los españoles, nos parecemos culturalmente mucho. Lo que cambia son las formas de expresarse, las expresiones.

—¿Tenés alguna publicidad argentina preferida?
—Me encanta todo lo que haya hecho Pablo del Campo. Si busco un ejemplo que no sea con el típico tono de humor argentino, la que me gusta mucho es la del Zoo del oso y el mono que dice “Volvé a verlos juntos”.

—Ya estás terminando la cursada en Buenos Aires. ¿Cómo sentís que te enriqueció la experiencia?
—Principalmente por el feedback, siento que he tirado menos campañas. Cuando en Madrid te decían que estaba mal, tirabas la campaña entera, acá el creativo te ayuda y te hace ver otras cosas y puedes seguir con la campaña. Ha abierto más mi mente a que una idea mal gestada no quiere decir que tenga que ser abandonada: sólo hay que pensar más y capaz se le puede dar una vuelta y sacar algo bueno. Dejo menos cosas por el camino y les pongo más tiempo a las ideas.

—¿Ves alguna diferencia entre tus compañeros de la Miami Ad School Madrid y la de Buenos Aires?
—Si, allá somos muchos más y es más competitivo (acá somos seis y allá, treinta). Además en la escuela te meten más presión con el tema del portfolio y acá vemos que hay gente en su cuarto quarter y capaz tienen sólo dos piezas. Allá nosotras teníamos siete que no estaban ni por asomo como para entrar a una agencia y hoy en día las tiraríamos todas, pero al menos teníamos algo. Allá se centran más en producir las ideas, acá se les da más importancia a los conceptos. Pero a la hora de producir, no se llega a la etapa en que decís “bueno, está terminada para mi portfolio”.

—¿Alguna anécdota de este tiempo en Buenos Aires?
—Me han pasado cosas muy raras. En los colectivos abren las puertas mientras todavía están rodando y entonces la gente prácticamente se tienen que tirar del autobús. En una de esas justo vimos a un chica que se tiró literalmente del autobús y empezó a rodar (carcajadas). Aquí hay mucha inseguridad, es sorprendente. Todavía tengo la imagen grabada en
mi cabeza: un chico en una moto sin casco y con los cascos de música puestos. Eso es impensable en España. La Argentina me recuerda un poco a España hace diez años: la policía no está tan implicada en las cosas así. Yo me río porque hay muchas cosas que carecen de lógica, igual que en España. Que no haya semáforos para personas, que tengas que fijarte
en el semáforo de los vehículos, me parece flipante.

—¿Lo recomendarías a otros estudiantes?
—Sí, la experiencia es muy valiosa. A mí me ayudó a abrir la mente para ver que una persona creativa puede trabajar en diferentes áreas que no tengan que ver necesariamente con publicidad. Somos creativos y eso puede aplicarse de diferentes maneras: la creatividad se muestra de otras formas.
 
 

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