(ARGENTINA) – Ya es la sexta columna sobre el Social Media Boot Camp de Miami Ad School Buenos Aires, y Julia Kaiser nos cuenta cómo se están preparando para la presentación. Leela; casi casi vas a poder sentir que estás ahí.

 

«…nos cuestionaron, nos aconsejaron y nos dieron las pistas que necesitábamos para encontrar el camino correcto», dice Julia en la nota, acercándose ya a la gran presentación.

 
POR JULIA KAISER
Estudiante de publicidad en la Universidad del Salvador y analista de tendencias en The Futures Company
(Fotos: JK)

 
Después de otra clase con Gonzalo Rosado, el product manager encargado de estrategias en redes sociales en Artear, nos tocó poner a prueba nuestras ideas en una instancia previa a la presentación frente al cliente.

Teníamos como público, como maestros, y como jueces de nuestras invenciones, nada más y nada menos que a Mariana Bricchetto y Pablo García. Ellos fueron los encargados de ver y escuchar las ideas con las que buscábamos solucionar las incógnitas que nos había presentado el brief de Fanta. ¿Qué mejor que dos grandes de la creatividad y el planning, con experiencia en grandes agencias y muchas ganas de ayudar, para darnos feedback sobre nuestro proceso de trabajo?

Con paciencia y con un criterio que sólo se adquiere con experiencia, Mariana y Pablo nos cuestionaron, nos aconsejaron y nos dieron las pistas que necesitábamos para encontrar el camino correcto.

La clase siguiente fue Martín Biegun el expositor (aunque esta palabra queda un poco fría con él, que habla con una calidez que te da la sensación de estar charlando con un amigo, no la de ser el oyente de una clase). El «Chino» Biegun es cofundador de WoowUp, un original programa de fidelización que permite a las marcas tener su propio club de beneficios en sus fan pages; no hace falta aclarar que los fuertes de Martín son Facebook y el marketing de fidelización. Al terminar la clase nos fuimos cargados de insights relacionados con estos temas.

Estábamos ahora a menos de una semana del momento de exponer nuestras ideas ante las personas que nos habían briefeado, y todavía quedaba mucho por hacer.

Reunidas más tarde con mi equipo de trabajo, no me da vergüenza admitir, sonaban temas viejos de Shakira de fondo. En silencio murmurábamos cada uno de los estribillos mientras tipeábamos, debatíamos, diseñábamos y buscábamos “refes” para esto y aquello. Cruzá los dedos: la próxima te cuento cómo nos fue.