De un poco de pochoclo en la dirección de arte, por Denis Vivoda

(ARGENTINA) – Redactor aprendiendo dirección de arte, como buen culo inquieto que es, hoy Denis Vivoda cuenta que Haus se llama así, pero perfectamente podría llamarse La Mejor Bolsa de Gatos del Mundo: pochoclos mediante, se sentó a mirar pelis y escuchar a un profe que se las explicaba y por momentos no sabía si estaba en un aula o en el cine. Vos leelo y, si te copas como él, entrá a www.holahaus.com a ver qué más hay.

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Seba de Caro, profesor en el seminario «El lenguaje del cine pasado y futuro».

 
TEXTO POR DENIS VIVODA
Especial para PB

 

 
Llegué tarde a la clase. A partir de eso me veo relevado a un asiento bien lejos de Seba de Caro, porque es obvio —a medida que me siento— que toda la gravedad del lugar está anclada en él. Y sí, sé que ya lo dije con otros profesores, pero con Seba el hecho es todavía más obvio. Al contrario de los demás profesores que vengo conociendo en Haus —y como si fuera una especie de acto de rebeldía natural—, Seba está sentado en una punta, dando su seminario: «El lenguaje del cine pasado y futuro».

Y una parte de esto de ser periodista (o al menos eso creo, todavía lo vengo descifrando) es prestar la oreja para escuchar esa frase que lidere la nota, esa frase con la que se la va a compartir en Facebook y Twitter. Y esa frase llegó. Una y otra vez. Cada dos minutos y pico. No te jodo: Seba de Caro es una máquina de tirar frases geniales.

Pero ese no es el encanto del tipo. El encanto del tipo es abrirte a un mundo que desconocés. Al mundo de las películas (y lo que significan). Al mundo que se esconde atrás de la pantalla del cine. Mostrarte cómo un director —en este caso Brian de Palma— cuenta una historia con varias herramientas. Cómo Los intocables (peliculón) es una reversión dipalmiana de El camino del héroe, ese monomito establecido por Joseph Cambell que dice que todas las historias de tiempos y regiones distintas comparten estructuras y desarrollos fundamentales. Cómo el cambio de eje en la cámara te soluciona un problema de comunicación que ni sabías que había.

Y no sos el único. Ves a un par que comen pochoclo non-stop. Uno le pifia al bowl y no se da cuenta porque está con la mirada fija en la otra punta del cuarto. En un momento Seba pone la película y el cuello nos empieza a doler de alternar la mirada entre él y la pantalla, pero no importa.

Agradecés a los santos haber empezado a grabar la clase desde un principio, porque con lo que tira Seba tenés para ser un rockstar en redes sociales. O no. Saber que hay un mundo ahí en esas películas que mirás desde hace bocha y pensabas que conocías de memoria es refrescante. Ahora podés prenderte la compu, y empezar a ver las cosas de nuevo. De cero. Ese, más que ningún otro, es el mejor regalo.

Seba se pasa con el tiempo de la clase, pero no importa. Pregunta si queremos seguir y seguimos. Ya estamos enganchados, ¿para qué parar?

Lo que sí: ¿no podemos hacer más pochoclos?

El taller de Seba de Caro ya está repleto, pero Haus tiene otros talleres que podés revisar en holahaus.com.ar. Ah, y si en algún momento del año que viene ves que Seba de Caro vuelve a dar el taller, no lo dudes: metete de cabeza.

 
 

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