(ARGENTINA) – La Miami Ad School Buenos Aires tiene nueva sede. Atrás quedó la casa de Munich 1735, donde muchos de los alumnos de la escuela flamenca dieron sus primeros (y no) pasos en la publicidad, y donde PRIMER BRIEF pudo vivir muchas experiencias. En una nueva etapa de la escuela, la mudanza llevó sus aulas a Cramer y Virrey Avilés, en el barrio porteño de Colegiales. La Miami Ad School Buenos Aires tiene nueva sede, y en esta nota repleta de imágenes te invitamos a visitarla ¡sin levantarte de tu asiento!

 

La puerta de la nueva sede sigue con la tradición de los colores fuertes y llamativos, algo que se podía admirar en la sede de Munich 1735. La escalera de la imagen lleva al primer piso.

 

En el primer piso de la escuela uno puede encontrarse con el espacio común, un living creativo. Las paredes, debido a la mudanza, siguen en blanco, pero no por mucho: toda escuela creativa merece un mural artístico.

 

El espacio común de la escuela, visto desde otro ángulo. La cocina es de fácil acceso y, para aquellos creativos que no pueden vivir sin su dosis, el café también lo es.

 

Una de las aulas del primer piso. Todas las aulas de la nueva sede están equipadas con tecnología para maximizar la eficiencia de las clases.

 

El espacio común de la escuela vacío, pero invitando a que te sirvas un café y te tires a pensar ideas.

 

Otra de las aulas de la escuela, entre clases. Usualmente (y a pesar de haberse mudado hace poco) en estas aulas se pueden observar a profesores como Bruno Bonafini, Fernando Tchechenistky y otros dar clase frente a unos alumnos ansiosos por aprender más.

 

El color de la escuela se deja ver en distintos recovecos. Un ejemplo de esto son las vigas del techo, empapadas de rosa.

 

La nueva sede de la Miami Ad School Buenos Aires tiene muchas escaleras. Seguirlas lleva a una sorpresa, un paraíso entre los edificios de la zona.

 

El flamenco, la mascota de la escuela, presente en la nueva sede de la escuela.

 

La terraza de la nueve sede viene con un espacio verde para que te tires a pensar ideas. No dejes que el mal clima de la foto te engañe: cuando sale el sol no hay mejor lugar para pensar ideas que éste.

 

Una de las aulas del segundo piso. Como en la vieja sede, las aulas tienen paredes de cristal, para que en cualquier momento puedas observar cómo se crean nuevas ideas, non-stop.