¡Mataron al mono!

(ARGENTINA) – Hoy David Bamballi es vicepresidente y director general creativo de Publicis WW, en Ecuador; pero de 1994 a 1998 fue creativo de Ratto BBDO, la mítica agencia fundada por David Ratto, uno de los grandes publicitarios argentinos del siglo XX, primer presidente del Círculo de Creativos Argentinos. En el grupo de Facebook Mis anécdotas con David Ratto (creado por su hija Juliana), David recordó hace poco una increíble historia relacionada con la filmación de una campaña de Pepsi Argentina —más exactamente de cuando él era director creativo de esa cuenta— protagonizada por un mono… ¡o al menos esa era la intención!


David Bamballi (foto) recuerda todavía hoy cuando Carlos Sorín, con la mirada perdida y voz trágica, le anunció: «Ruso, ¡mataron al mono!».

 
Por David Bamballi

«Había salido el famoso spot de los monos de Pepsi (el del jeep). Como era de esperar, había tenido un éxito increíble en la Argentina. Así, una tarde nos llamaron de raje a Pepsi para una reunión. Fuimos Carlitos Ratto, Roberto Ameal, Alejandra Lorandi y yo, a ver que querían. El cliente nos pedía aprovechar ese impulso y hacer una versión local con Julián Weich (figura de Pepsi), con un mono local. Eso sí: el pedido era que el mono fuese cool.

Con ese pedido nos volvimos a la agencia. En ese momento Tinelli tenía un mono en su programa, que era propiedad del circo Rodas. Fue así cómo nos contactamos con ellos. Y arrancamos la saga, de distintos lanzamientos de envases nuevos. Y filmamos 1, 2, 3, 4… ¡El cliente, feliz! Hasta que llegó filmar el último de la saga, el de Navidad. Un día estábamos con el gordo Trupia en producción (tenía la tele prendida siempre en Crónica TV). Yo, con guión en mano y el Gordo, tocándose como siempre la pera, oímos: ‘¡Úuuuuultimo momennnntooo!’. Placa roja que dice ‘Redada en el Circo Rodas’ Ponchan a imagen en vivo y cuentan que un juez, por una denuncia de malos tratos, incauta a todos los animales del circo. Así vemos cómo suben a la jirafa a un flete, al elefante a un camión, y así sucesivamente, hasta que llegan a nuestra ‘estrella’, Junior.

Y vemos cómo a Junior lo agarran entre dos policías, lo meten al patrullero y arranca a toda velocidad (viendo por la luneta trasera la siguiente imagen: poli + Junior + poli). Tremendo era poco. Nos miramos con el Gordo, diciéndonos ‘¿y ahora que carajo hacemos?’. Lo llamamos al director, Carlos Sorín, y nos recomendó a Jorge Cuttini, con quien había filmado los spots de Le Mans Suaves. Vino Cuttini a la agencia, se lo brifeó y Sorín le recalcó que el ‘nuevo’ mono no fuera muy grande, porque son muy difíciles de manejar en rodaje. OK, entendido, al otro día a la noche filmamos. El cliente también dió el go. Esa noche yo había pensado llevar a mi hija Bianca (tenía 7 años) a la filmación, pero como era muy tarde, al final decidi que no. Menos mal…

Entonces le dije a mi jermu que me acompañara. Vino también con nosotros Mariela Cufari, la ejecutiva de Pepsi. La filmación era en los estudios Rental. Íbamos con el auto por la calle Oro y al llegar a la esquina (creo que es Nicaragua o Costa Rica), vimos luces de policías girando, algo de humo y gente en la calle. Absorto, doblé a la derecha y ya vi patrulleros, gente en pijamas, sumariantes escribiendo, ambulancia, policía científica, etc. Seguí avanzando y, como en las pelis, en zoom in la gente se fue abriendo… hasta descubrirlo a Carlitos Sorín sentado en el cordón de la vereda, con la cabeza apoyada en su mano y con la mirada perdida. Nosotros, mudos. Acerqué el auto hasta tenerlo enmarcado en la ventanilla del acompañante, bajé el vidrio y le dije:

—Hey, Carlitos, ¿qué pasó?

Levantó lentamente su mirada y respondió:

—Ruso, ¡mataron al mono!

Lo siguiente fue así: mi jermu que me miraba sin entender un joraca, Cufari que empezaba a los gritos en el asiento de atrás, y yo empecé a reírme hasta el otro día. No sabías si era una tragedia griega o un zainete español. Paré el auto, me bajé y me senté junto a Carlitos Sorín. Mi jermu y Cufari se quedaron en el auto.

—Contame cómo fue la cosa —le dije.

Sorin dixit:

—El tema es que estábamos poniendo las luces y llega Cuttini con dos monos, un chimpancé de 7 años y un monito titi de 2 ¡Nada que ver con lo que le había pedido! Pero bueno, ya no había alternativa. Empezamos a iluminar y al mono grande le agarró un ataque de furia. Obvio, imaginate, pobre bicho, a las 11 de la noche despierto, se reatacó.

Yo mientras lo escuchaba, miraba cómo la policía inspeccionaba las paredes de los vecinos y les ponían las cintas blancas de los disparos. Intrigado, le pregunté qué más pasó.

—Ahí, Cuttini y sus dos ayudantes lo sacaron al mono afuera. Y ahí, en la vereda, el mono les pegó dos piñazos a los ayudantes, dejándolos K.O.

Yo, mientras, seguía mirando lo que me rodeaba, porque no sabía si era una joda para Tinelli o era en serio.

Sorín continuó:

—Ya el mono enajenado se le tiró encima a Cuttini y comenzó a morderlo. Cuttini sacó su revolver y le dijo la famosa frase: «Vos te estás jugando la vida»… y le bajó un cargador al bicho.

Yo no sabía si me estaba tomando el pelo, mientras Cufari decía «¡no, no, nooo!», mi jermu bostezaba porque era como la una de la madrugada… Era almodovariano todo. Ingenuamente, le pregunté:

—Pero ¿los asistentes no trajeron una red, sogas o algo así?

A lo que Carlitos me miró y, lapidariamente, me respondió:

—El mono había venido sentado adelante en la camioneta con ellos. Venía tocando las perillas de la radio.

Ahí no pude más. Pero cayó en eso Julián Weich, el protagonista, vestido de smoking porque venía de una gala de APTRA. Ahí Carlitos le contó toooda la historia. Luego vino Trupia, nos vio la cara a mí y a Sorín… de nuevo le contó toooda la historia. Cayó Ale Lorandi, la dire de cuentas, y Sorín le contó toooda la historia también a ella. Por último llegó el cliente, lo saludó primero a Sorín y, antes de que éste le contara toooda la historia, nos dijo:

—Pero che, ¡qué cara tienen! ¿Qué les pasa? (riéndose) ¿Mataron al mono?

Y todos silenciosamente aseveramos en silencio moviendo la cabeza (y Sorín contó toooda la historia de nuevo).

Obviamente se decidió levantar la filmación. Ahí nos fuimos Cufari, Trupia, mi jermu, Lorandi y yo a tomar una helado al Freddo de Coronel Díaz, como a la dos de la mañana, para relajarnos un poco. Entonces se me ocurrió llamarlo a Oski Canabal, el director de arte del equipo, para contarle. Paso a narrarles el diálogo:

—Hola, ¿Oski?

—(Con voz de dormido) ¿Ruso? ¿Qué pasó?

—Mataron al mono.

Hubo un silencio como de cinco segundos. Y empecé a oír una risa contagiosa como la de Patán. A lo que le dije:

—Sorry, Oski, por haberte despertado, pero a alguien tenía que contárselo.

Y las risas siguieron hasta que corté la llamada.

Todavía tengo grabadas en mi mente la cara de Sorín y la risa de Oski».

7 replies »

  1. flaco no sabes lo que me hiciste reir mi mujer se levanto a ver que pasaba que hacia tanto quilombo, sabia de la historia de cuttini y el mono pero contado desde tu perspectiva y la forma que describis todo es impagable, saludos

    • Gracias Diego, creo que lo más gracioso de todo es nada tiene ni pies ni cabeza. Imaginate la cara de David Ratto cuando se lo contamos al día siguiente. Saludos, DVD

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