Un estudiante colombiano convocó a escribir un libro en Twitter

(COLOMBIA) – Edisson Fernando Chaves Díaz, que estudia publicidad en la Universidad Central y sueña con trabajar de redactor publicitario en el futuro, lanzó ayer la convocatoria para que todos los interesados, a través del hashtag #corotoscreativos, escriban junto a él un libro de creatividad pensado para creativos. El plazo es de un mes y los temás, según el mismo Edisson.


«¡Creativos, alisten sus corotos», propone Edisson en su afiche central.

 
POR JAVIER CASSIS
De la redacción de PB
(Imagen: Fragmento Afiche Corotos Creativos)

 
Corotos Creativos es el nombre que le puse el estudiante de la Universidad Central Edisson Fernando Chaves Díaz a su proyecto de libro colectivo escrito en Twitter en el plazo de un mes, que pretende resumir todo lo que la gente y él mismo propongan sobre creatividad publicitaria. Será obviamente a través del hashtag #corotoscreativos: para saber qué es exactamente un coroto, ver el recuadro del final.

Según explica su autor, el proyecto pretende hablar de «musas creativas (qué nos inspira para hacer nuestro oficio), motores creativos (qué nos impulsa a ser mejores), costumbres creativas y lo que consideren necesario».

Hasta el momento, algunas de las colaboraciones espontáneas que ya han aparecido son, por ejemplo:
• «La creatividad está a la vuelta de la esquina al alzar una piedra al pelear con la almohada. Importa es cómo la abordes».
• «Una clásica: la creatividad es 1% inspiración, 99% transpiración».
• «Los chispazos no existen, sólo existe el trabajo duro y continuo».
• «Ahora, para aumentar mi creatividad, le pondré un poco de cuidado a mis sueños».
• «Lee todo lo que caiga en tus manos, sea lo que sea».
• «El creativo soberbio y elitista no sirve para nada».
• «Aprender de los grandes maestros del pasado y de estrategias exitosas no es fusilar».
• «Si piensas en premios ganaras pesares».
• «Cuando comienza la noche, comienza tu día».
• «En publicidad todo está hecho y todo está por hacerse».
• «Toda idea llega en idiota: la misión del creativo es cultivarla».
• «Para el buen creativo toda la creatividad es contemporánea».


¿QUÉ ES UN COROTO?

Según escribió Ángel Ronsenblat en el libro Estudios sobre el habla de Venezuela. Buenas y malas palabras (Caracas, Monte Ávila Editores, 1984), «en la palabra coroto cabe el universo entero. Aunque se le conoce también en el Ecuador, Colombia, Panamá, Santo Domingo y Puerto Rico (con el valor de trastos, trebejos, bártulos, baratijas), en todas esas regiones su uso es limitado, y se debe sin duda a expansión venezolana. Sobre el origen de coroto hay una hermosa anécdota. Se dice que Guzmán Blanco trajo de París un lienzo de Corot, el famoso paisajista. El general solía recomendar machaconamente al servicio: ‘¡Cuidado con el Corot!’. Las criadas empezaron a burlarse del coroto del general, y la expresión se extendió a objetos más diversos. Una variante de la anécdota atribuye dos cuadros de Corot al general José Tadeo Monagas. Al desplomarse la dictadura monaguista el pueblo saqueó la residencia presidencia y arrastró por las calles los dos Corot, particularmente apreciados por el presidente. Uno de los excontertulios, al ver la suerte infortunada de los cuadros, exclamó: ‘¡Adiós, corotos!’. La explicación es demasiado bonita para ser verdadera. Además, la palabra coroto era general ya antes de la época de Guzmán Blanco, antes de la caída de los Monagas, que fue en marzo de 1858, y seguramente antes de la existencia misma de Corot. El testimonio más antiguo que tenemos hasta ahora es de Núñez de Cáceres, en su Memoria sobre Venezuela y Caracas, probablemente de 1851 ó 1852. Coroto era la cosa inútil, el cacharro roto. En toda la literatura venezolana son infinitos, y las acepciones, diversas. Puede designar un objeto de nombre desconocido o que no se quiere nombrar: ‘¡Alcánceme ese coroto!’, ‘¿Qué coroto es ése?’. O un objeto despreciable: ‘¡Tire ese coroto!’ Pero puede abarcar todos los objetos de una casa, incluyendo los muebles, o todas las mercancías de un establecimiento, con la estantería: ‘¿Fulano se marchó con todos los corotos?’, ‘¡Estoy mudando los corotos!’, ‘¡Fulano con sus corotos!’, se oye alborozadamente en las prisiones, porque es anuncio de libertad. Coroto puede ser también asunto, negocio. Es decir, que absorbe todos los usos de la palabra cosa: ‘¡Tengo hablarte de un coroto!’, ‘¡Tengo que hacer un coroto!’. Estar metido entre los corotos es estar de punta en blanco, luciendo las mejores prendas. ‘¡Adiós, coroto!’ es expresiva exclamación de asombro. Y entregar los corotos (como entregar los papeles) es morirse. ¡Qué vida! ¡El día menos pensado uno entrega los corotos!¿Y de dónde viene una palabra tan afortunada si nada tiene que ver con Corot? Su origen es realmente humilde. Como el de casi todas las cosas grandes. Es sin duda una voz indígena».

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