Los primeros días de Julia Kaiser en Grey

(ARGENTINA) – Julia Kaiser, estudiante de publicidad en la Universidad del Salvador, colaboradora ad honorem de AIESEC y de PRIMER BRIEF y cool hunter en The Futures Company, empezó a trabajar la semana pasada en el departamento de cuentas de Grey Argentina. ¡Ni ella misma entiende cómo le alcanza el tiempo! Y por si fuera poco, hasta se hizo un ratito para contar, en unos pocos pero muy estimulantes párrafos, cómo fueron para ella esos primeros días en que abandonó el aula para meterse de cabeza en la verdadera industria publicitaria.


Kaiser: «Será una sorpresa para algunos, pero los publicistas son humanos».

 
POR JULIA KAISER
De la redacción de PB
(Fotos: Gentileza JK y Google)

 
La ansiedad y los nervios parecían estar persiguiéndose por mi estómago mientras iba camino a las oficinas de Grey. Darme cuenta de eso fue una herida a mi orgullo: ¿nerviosa, yo?

En el vagón del subte un jazz amigo me hizo un guiño tranquilizador y Garota de Ipanema le siguió, sólo para recordarme ese verano trabajando en Brasil al que había renunciado —entre otras cosas— por esta oportunidad (¡y no me arrepiento!).

Minutos después llegué al lobby de la agencia y, sorprendentemente, me calmé por completo. Y la ansiedad y los nervios se sentaron juntos a disfrutar en paz.

Me dieron una de esas tarjetas que suben el ego del más loser y, después de atravesar unas cuantas puertas gracias a mi nueva amiga magnética, llegué al piso 2.

¿Cuál fue mi primera actividad en Grey? Comer.

Será una sorpresa para algunos, pero los publicistas son humanos: comen milanesas, hacen chistes que no son graciosos, escuchan más Beatles que bandas under, hablan estupideces en la mesa y, por sobre todo, son muy buena onda.

Quince minutos después ya no sentía que era una recién llegada y estaba hablando tanto como cualquiera (para aquellos que me conocen, eso no será difícil de imaginar).

Me senté en mi flamante escritorio y empecé a escuchar todas esas palabras tan familiares: brief, cuenta, cliente, concepto, creativos, gráfica… Pero esta vez ya no estaba jugando a ser publicista en un aula.

¡Sí, gente! Todas esas cosas que uno aprende en la Facultad realmente existen, y ahí estaba yo, sonriendo como lo hubiera hecho a los 11 años si me hubieran dicho que mi carta de Hogwarts había llegado.

—Mirá, ahora estamos con esto. Si querés, tirate unas ideas.

¿Yo? ¿Trainee de cuentas con menos de diez horas adentro de la agencia? ¡Obvio!

Y feliz empecé a pensar en voz alta en un ping pong de ocurrencias con mis ahora compañeros de laburo.

Pasé los siguientes días anotando datos en un cuaderno ñoño y chiquitito (escribir ñoño es de ñoña, pero omitamos eso), mirando Power Points explicativos, decenas de spots y aprendiendo cómo realmente funciona todo en este mundo que hasta ese momento había mirado desde el otro lado de la vidriera, como un nene que pasa todos los días por la tienda en donde venden ese tren enorme que siempre quiso.

Y sí, ¡conseguí el tren! Ahora depende de mí ver por dónde me lleva.

 
 

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