Daniela Fernández: «Es increíble vivir el día a día del desarrollo creativo»

(ARGENTINA) – Daniela Magalí Fernández terminó en diciembre de 2012 de cursar la orientación de medios de la Asociación Argentina de Publicidad e inmediatamente obtuvo, como premio a su promedio, una práctica rentada en la agencia Dentsu. En esta nota cuenta su primer mes viviendo esa experiencia, y además hoy se acercará a la AAP a dar su testimonio en vivo en la charla informativa que ese lugar de estudio tiene prevista para las 19. Interesados, entrar en este link.


«Toda mi vida soñé con trabajar en una agencia de publicidad», cuenta Daniela.

 
POR DANIELA MAGALÍ FERNÁNDEZ
Especial para PB
(Fotos: Gentileza DMF)
@DanielaMagali

 
Después de estudiar tres años licenciatura en Publicidad y de sentir que mi carrera no iba para ningún lado, decidí meterme en la Asociación Argentina de Publicidad para especializarme en lo que más me gustaba: medios. Desde primer año sentí que estudiar en el Instituto era como estar en un proyecto de agencia. Comencé la carrera sintiendo que sabía más que los alumnos que recién comenzaban, pero al cabo de dos meses sus conocimientos superaron mis tres años de licenciatura. Sentí que aprendía a pasos agigantados sobre el mundo publicitario. Disfruté de cada trabajo, de cada clase, de cada profesor. Luego llegaron los dos últimos años, de especialización en medios: rating, CPR, PBR, CPM, SOI, SOV, ROI y entender estas siglas chinescas como un lenguaje cotidiano.

Ponerme a recordar estos tres últimos años me parece interminable: treinta materias, treinta profesores, treinta lecciones de vida diferentes. Lo que más me gusta del instituto de la AAP es que te preparan la cabeza psicológicamente para entrar a este mundo tan maravilloso, que pese a ser un mundo hermoso no es nada fácil y sobre todo no es nada color de rosa. Pero los profesores, con sus años de trayectoria a cuestas, te preparan y te advierten sobre todo. Es lógico que quieras salir al mercado laboral llevándote el mundo por delante, queriendo trabajar a lo grande, y es por eso que siempre nos llevamos decepciones: no sabemos arrancar de abajo, y a eso me prepararon en el Instituto. A saber empezar, a entender que si no estás hecho para esto no vas a durar mucho, que si no le ponemos lo mejor de nosotros nunca vamos a llegar. Y eso se contagia. Sin dudas, teniendo un coordinador de carrera como Martin Curia es casi imposible no contagiarte de la pasión y el entusiasmo (y a veces el pesimismo) que esta carrera desprende. Es de esas clases de las que aprendés más, escuchando sobre lo que le pasó ese día en la oficina o en una reunión con un cliente, a lo que te dice un libro.

Les cuento un secreto: jamás fui una alumna ejemplar. Odio estudiar, odio todo lo referido a sentarme en silencio y meterme de memoria conocimientos en la cabeza. Nunca fui buena estudiante (mis profesores de secundario y mi boletín pueden dar crédito de ello). Sin embargo, por esas obras milagrosas de la vida, hoy —habiendo terminado mi tercer año en el Instituto— me doy el lujo de notificar (aún mi vieja no lo puede creer) que soy el mejor promedio de Planificación de Medios. Y no hay grandes secretos: nada más que AMAR LO QUE ESTUDIÁS. Si me preguntan, si hurgo en mi memoria, fueron pocas las veces que me senté a estudiar, fueron pocas las trasnoches sin dormir, y no porque no tuviera ganas y mucho menos porque fueran fáciles los parciales; sencillamente es porque todo lo que tenía que estudiar lo aprendía en boca de los profesores en clase: de preguntar, de apasionarme, de prestar atención, la mejor forma de estudiar en el Instituto es escuchando a los profesores. Esa fue mi clave, ese es el secreto.

Como ya les conté, entré al instituto para especializarme, vi los beneficios y me lancé. Ignorando el gran beneficio de todos: LA PASANTÍA. Me gustaba mantener el promedio alto, pero por un mimo al ego, y quizás para rellenar un futuro currículum, no teniendo la menor idea de que ese número de promedio llegaría en forma de sueño cumplido y servido en bandeja.

La idea era terminar 2012, irme de vacaciones y, una vez distendida y relajada, empezar a mandar mi CV a todas las agencias de medios que haya sobre la faz de Buenos Aires. Pero la AAP tenía otros planes para mí: UNA AGENCIA DE PUBLICIDAD.

Y así, el 21 de diciembre de 2012, en plenos Premios Cosecha, estuve entre los 17 afortunados que obtuvieron una beca en mano del mismísimo Gabriel Maloneay (presidente de la AAP): un sobre, un bendito y añorado sobre que me informaba que, por tres meses, me uniría a Dentsu Argentina.

 
DENTSU

Toda mi vida soñé con trabajar en una agencia de publicidad, pero desde que me decidí por estudiar Planificación, mi mente solo se enfocó en centrales de medios, dejando olvidado el sueño y toda la lista de grandes agencias. Por lo cual, al abrir el preciado sobre me asombré de leer a dónde destinaría mis futuros meses. Apenas llegué a casa, googleé la agencia y no podía creer lo que estaba viendo: una de las agencias mas grandes mundialmente, pero nueva en la Argentina. Cuando leí las cuentas pensé que todo lo estaba soñando: Toyota, Canon, Discovery, Sadia, Bic, Itaú. Me pellizque varias veces, pero nunca desperté.

En las semanas festivas de fin de año, Guillermo Muro (COO de Dentsu) me invitó a conocer la agencia. Con el nervio, supongo característico de comenzar, me dirigí a las oficinas de Dentsu en Belgrano. No tenía ningún tipo de expectativa, claramente ante la sorpresa de la beca y en menos de una semana estar visitando la agencia no me dio tiempo de crearme ni una. Pero si las hubiese tenido, la calidez humana de Guillermo superaría todas las que hubiese imaginado. Me hizo un repaso de lo que es Dentsu mundialmente, la historia en la Argentina, las marcas que manejan, la gente que trabaja y para dónde quieren apuntar la agencia. El entusiasmo crecía aún más: me dieron la elección de incorporarme cuando yo estuviera disponible, dejándome tomar unas vacaciones merecidas después de todo un año de trabajo en otro lugar.

Me fui de vacaciones, y creo que fueron las primeras en las que me moría de ganas de volver a Buenos Aires. Cuando el mundo no desea que se terminen las vacaciones tan rápido, yo contaba los días para arrancar… hasta que arranqué, a mitad de Febrero, con pánico de empezar: la contradicción de la ansiedad y el pánico, el miedo a lo desconocido. Llegue a la agencia temprano, y el mismo Guillermo Muro me recibió en mi primer día. Andrea Rinaudo (la coordinadora) me hizo la recorrida por las instalaciones de la agencia, presentándome a cada miembro y permitiendo la bienvenida de todos ellos. El ambiente distendido que me había prometido Guillermo estaba en el aire de la agencia, eso se respira en las oficinas de Dentsu. El primer día recibí una bola de información, dos años de carrera resumidos en una hora de trabajo. Me lanzaron sola, claramente a controlar, quizás el trabajo más denso de medios, pero por el que todos empezamos, y del que se aprende muchísimo. Hoy aún no puedo creer tener planificaciones de Toyota en mi computadora.

Uno, cuando está estudiando, nunca termina sabiendo cuán así es: no sabía si todas esas planillas en Excel eran realmente como me habían enseñado, si todas las formulas realmente se manipulan así. Hoy estoy conforme sabiendo que todo lo que aprendí en el Instituto Superior de Publicidad está aplicado a mi computadora de trabajo. Las mismas planillas, los mismos cálculos, los mismos conceptos. Y nada me relaja más que ver reflejado lo que estudié en la práctica.

Una de las cosas más lindas de trabajar en una agencia de publicidad (a diferencia de una de medios) es vivir el día a día del desarrollo creativo: pese a haber estudiado medios me considero una persona muy creativa, me gusta aplicar una innovación de medios y soy una convencida de que medios y creativos tienen que trabajar juntos. Y es lo que ocurre en este lugar: de la misma impresora salen las ideas y los planes de medios. Donde la publicidad integral vive puramente.

Hoy, a semanas de haber empezado, estoy feliz del lugar que ocupo. Si me preguntan, aún no creo estar viviendo esto de venir día a día a trabajar a una agencia de publicidad de primer nivel. Si lo hubiese soñado, jamás lo hubiese imaginado tan perfecto, y esto lo tengo que agradecer a la Asociación Argentina de Publicidad, por darme este empujón en mi carrera, por darme esta responsabilidad y confiar en mí, y a todo el staff de Dentsu (sobre todo al departamento de medios, con Federico Alsina a la cabeza) por recibirme con los brazos abiertos, por la paciencia y por hacerme sentir tan cómoda desde el minuto uno.

Siento que todo lo contado es un sueño; pero créanme, sigo pellizcándome y aún sigo despierta, convencida de que los mejores sueños se viven con los ojos abiertos.

 
DANIELA EN IMÁGENES


Imágenes de sus tiempos de estudiante en la AAP. En la primera foto, el coordinador de la orientación de Medios, Martín Curia. «Teniendo un coordinador de carrera como Martin Curia es casi imposible no contagiarte de la pasión y el entusiasmo (y a veces el pesimismo) que esta carrera desprende».


El comienzo del sueño: la libreta de Daniela y el momento de la entrega de los premios Cosecha en que le entregaron la carta con el compromiso de la práctica rentada en Dentsu.


En la primera foto, el escritorio de Daniela en una de sus tantas noches practicando estadística; en las otras dos, su nuevo lugar en el mundo desde el mes de febrero: su escritorio en Dentsu.
 
 

2 replies »

  1. Martin Curia es un genio! Lo tuve como docente de la materia Planificacion de Medios y doy fe de que te contagia el amor y la pasion por lo que hace.
    Felicitaciones por tu trabajo y dedicacion

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