(ARGENTINA) – En la misma semana ocurrieron en la Miami Ad School Buenos Aires dos hechos trascendentes que Liliana Orjuela cuenta en detalle: las presentaciones de todos los estudiantes ante el director de marketing de Nike, Diego Luque, y la despedida oficial del grupo que hasta ese día estaba estudiando creatividad como parte de sus QA (quarters away).
Foto 1, Cheche y Luque observando atentos las presentaciones. Foto 2, sobran las palabras. Foto 3, el grupo completo: arriba, Gerardo Saavedra, Sergio Sanz, Gonzalo Palacios, Liliana Orjuela, Juan Aldeanueva, Sergio Garza, Sol Wei, Camila Mohr y Martín Tessi; abajo, Rafa Cortés, Fernando Tchechenistky, Inés García, Nicolás Mizrahi y Bernardo Geoghegan.
POR LILIANA ORJUELA
De la redacción de PB
(Fotos: LO)
Han transcurrido diez semanas desde el inicio del curso y hemos visto pasar a muchas personas que han hecho de esta experiencia una de las más enriquecedoras para cualquier estudiante que aspire a ingresar al mundo del planning: nueve expertos en la materia, un actor, dos directores creativos y siete futuros directores de arte y redactores han acompañado el camino hasta acá, y es hora de demostrar lo aprendido.
En una noche despejada, con un clima cálido, llegó a la sala Diego Luque. Sentado en primera fila al lado de Fernarndo Tchechenistky (Cheche), profesor de la materia en cuestión, y a unas cuantas sillas de Bernardo Geoghegan, director de la escuela y del Account Planning Bootcamp, Diego llegó para escuchar lo que teníamos que contarle sobre su marca.
Al momento de la presentación —hablo también por mis compañeros— sentimos que lo visto durante el curso nos dio la seguridad para ponernos frente a todos y mostrar nuestro trabajo, defenderlo y convencer.
Debo decir que la evolución que todos tuvimos desde la primera presentación saltó a la vista: se notó el crecimiento en la calidad de los trabajos, tanto en forma como en contenido.
Luego de cada presentación, los grupos recibieron la devolución por parte del cliente y los profesores. Al finalizar la última exposición, la conclusión fue unánime: cualquiera de nosotros, tanto planners como creativos, está en condiciones de desempeñarse en una agencia real. Eso creo que es lo que todos buscamos al momento de empezar un curso, una carrera o cualquier programa académico: que al finalizar tengamos las herramientas y el conocimiento necesarios para desempeñarnos laboralmente de una manera óptima y lograr un nivel competitivo en el ámbito profesional. Acá lo conseguimos.
Fueron más las fortalezas encontradas en cada trabajo que las debilidades. Por parte de los planners hubo hallazgos y decisiones tomadas que marcaron el camino recorrido por la parte creativa, y en conjunto se logró un buen resultado.
Fue el momento de demostrar, no sólo a los demás sino a nosotros mismos, lo aprendido durante todo el curso. Nos dimos cuenta de que en la teoría todo suena muy bien, pero al momento de llevarlo a la práctica es cuando surgen las dificultades y los cuestionamientos. Aunque también es el momento de vencer los desafíos y aplicar el conocimiento adquirido.
Alguna vez oí que cuando un músico toca, imprime algo de sí en cada nota. Pienso que lo mismo pasa con cualquier cosa que hagamos. En el trabajo de un planner, cada pensamiento, cada decisión tiene algo de él mismo. Mucho de esta labor es de intuición e inevitablemente dejamos plasmado algo de nosotros en cada proyecto. Este trabajo tuvo algo de cada uno y eso fue lo más enriquecedor, utilizar lo aprendido no como ley, sino como herramientas por medio de las cuales hacer lo que creemos más conveniente.
Fue una noche especial, no sólo por la satisfacción del deber cumplido y lo positivo de los resultados, sino también por la alegría de haber conocido personas realmente valiosas con las que compartimos experiencias y aprendizajes.
Esa misma noche, y acompañados por unos deliciosos «choris» y hamburguesas, se dio oficialmente el cierre de las clases para los creativos.
Tanto profesores como estudiantes compartimos un rato agradable en la terraza de la escuela, donde los roles profe-alumno quedaron en las aulas y se pudo ver a personas comunes y corrientes, personas hablando de fútbol, de viajes, de anécdotas, de lo pasado y de lo que cada uno espera que venga.
Una de las ventajas de ser un grupo pequeño es que llegas a conocerlos a todos y los lazos que se trazan son fuertes. Sin lugar a dudas, fue una noche que se quedó en la memoria de todos, y más que una noche, todo un trimestre.
Después de la tormenta viene la calma. Luego de semanas intensas de trabajo vamos a estar más tranquilos. Aunque no tanto: resta la última clase teórica de planning y una de las cosas que hacen diferente este curso: la carpeta.
Debemos seguir trabajando en la construcción de nuestra carpeta de casos para mostrarla ante un director de planning, en el que será el último día de clases.
ALGUNAS FOTOS MÁS
Categorías: Account Planning Boot Camp
1 reply »