Social Media Boot Camp, Semana 7: #ShowTime

(ARGENTINA) – Es la séptima columna de Julia Kaiser sobre el Social Media Boot Camp de la Miami Ad School Buenos Aires, y llegó el momento de la presentación. En la nota, viví los nervios como si hubieses estado ahí.


«Cuando entramos al auditorio, vimos cinco personas sentadas frente al proyector en un montaje que podría haber sido el de una especie de X-Factor publicitario».

 
POR JULIA KAISER
Estudiante de publicidad en la Universidad del Salvador y analista de tendencias en The Futures Company
(Fotos: JK)

 
Esta nueva semana comenzó con otra interesante clase de Martín Biegun, el co-fundador de WoowUp, aunque muchos de nosotros no podíamos evitar tener la cabeza en el día siguiente: el momento de la presentación ante Fanta.

Ese miércoles a las 7 de la tarde, en Miami Ad School se palpaba un evidente clima de “último momento”: a mi alrededor había personas que subían y bajaban las escaleras, se intercambiaban pendrives, se debatían los últimos pormenores. Nosotras no estábamos aisladas de esta situación: también ajustábamos los últimos detalles, ensamblábamos distintas slides y agregábamos algunos condimentos extra, sabiendo que nos estaba ganando la carrera el reloj.

Cuando entramos al auditorio vimos cinco personas sentadas frente al proyector en un montaje que podría haber sido el de una especie de X-Factor publicitario: Brand Manager, Assistant Brand Manager y encargados de Social Media, todos estaban ahí en un combo que hacía que la idea de presentar fuera casi tan intimidante como la de cantar frente a Britney Spears y Simon Cowell.

Nos sentamos a escuchar mientras aprendíamos de nuestros propios compañeros de grupo y sus sorprendentes ideas. Al final de cada presentación, cada uno de los “integrantes del jurado” (llamémoslos así, me entusiasmé con esta comparación con The X-Factor) daba su feedback por separado, detalle que hacía la experiencia todavía mucho más rica. Pocas personas saben más de lo que están hablando que esta gente a la que estábamos escuchando, así que valía la pena estar con el oído atento y el anotador a mano.

“La forma en la que nos guiaste en la presentación fue impecable, y eso es tan importante como el contenido. Nos contaste una historia, y no quería perderme de nada de lo que decías”.

Eso, por ejemplo, le dijo uno de los miembros del “jurado” a uno de nuestros compañeros, que se había lucido con un brillante storytelling.

Cuando llegó nuestro momento de presentar, las cuatro nos levantamos y nos dirigimos hacia el centro de la atención. Todo pasa más rápido cuando estás en ese lugar. En un abrir y cerrar de ojos habíamos comenzado y terminado de exponer y ahora ya nos estaban dando feedback. Las dudas más idiotas se te instalan en la cabeza en ese momento: no sabía que hacer con mis manos y tampoco quería ser una de esas personas que asienten con la cabeza ante cada afirmación que alguien hace. Me crucé de brazos y me concentré en escuchar atentamente.

“Es esencial el trabajo que hicieron de estudiar y entender al target antes de embarcarse en un proyecto, cualquier gran idea creativa falla si no conecta con el consumidor”.

Luego del copioso feedback, agradecimos, respiramos aliviadas y fuimos a sentarnos. Si tuviera que darte un consejo, te diría que al momento de presentar dejes todas tus dudas atrás, te plantes y des todo de vos. No digo que haya logrado eso, pero sí fue lo que intenté hacer.

Pero si querés consejos de verdad de gente que la tiene clara, te cuento que en octubre se abre otra edición del Social Media Boot Camp. Mientras tanto, a mí y a mis consejos medio pelo nos volvés a encontrar la semana que viene, en la próxima nota.
 
 

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