(ECUADOR) – María Silvia Aguirre es estudiante de comunicación social en la Universidad Casa Grande de Ecuador y tuvo la buena fortuna de ser una de los 35 estudiantes en asistir a la Roger Hatchuel Academy, uno de los cursos de la Academy Zone, en Cannes. Hoy María te trae un testimonio súper detallado de su experiencia en el viejo continente y te muestra cómo es Cannes desde los zapatos de un estudiante.
por otro
María Silvia Aguirre, capturada espontáneamente en Cannes por Pancho Dondo, director de Primer Brief.
POR MARÍA SILVIA AGUIRRE
Estudiante de Comunicación Social en Universidad Casa Grande de Ecuador.
Redacción especial para PB
Por una semana, tuve la oportunidad de representar a Ecuador y a la Universidad Casa Grande en el Festival Internacional de la Creatividad Cannes Lions 2015. Asistí a la Roger Hatchuel Academy, una de las academias de los Young Lions, a la que asisten 35 estudiantes de publicidad, comunicación u otras disciplinas relacionadas de diferentes países del mundo. Aunque al principio éramos completos desconocidos, todos compartíamos la misma alegría, emoción y ganas de aprender. El festival superó mis expectativas y hasta el día de hoy no me creo que estuve ahí. Cada día era diferente, te levantabas sin saber que te esperaba y te dormías con una lista inmensa de enseñanzas. La semana terminó, todos nos hicimos amigos y prometimos seguir en contacto para acompañarnos en nuestro camino profesional. Juntos, dimos gracias de vivir la misma experiencia: ser Young Lion por primera vez.
Apenas regresé a mi universidad, todos me hacían las mismas preguntas: ¿cómo te fue?, ¿qué tal?, ¿qué aprendiste?, entre otras. Yo sólo les respondo “me fue increíble”, ya que es imposible resumir toda mi semana en tan pocas respuestas. Sin embargo, voy a intentarlo. La emoción comienza apenas llegas a registrarte. Te pones en la larga fila e ignoras todo el tiempo que pierdes esperando hasta que te reciban, porque no puedes controlar la alegría. Ves a tu alrededor y te sientes parte de algo inmenso y muy especial. Al recibir tu credencial, no sabes por dónde empezar, ya que quieres estar en todas partes al mismo tiempo.
El salón de clases tenía un ambiente bastante acogedor. Los principales organizadores y líderes de la academia, Tim Mellors y Clive Challis, te daban la bienvenida y te hacían sentir seguro desde el comienzo. Ellos estaban encargados de inspirarnos, ayudarnos a desarrollar nuevas habilidades e introducirnos en el mundo de la industria publicitaria.
María Silvia Aguirre y otros tantos alumnos, felices de poder estar en Cannes.
Puedo describir a mis compañeros como personas con mente abierta, valientes, inteligentes y con un fuerte punto de vista. Con tan solo 19 años, fui de las más jóvenes de la academia, pero nunca me sentí intimidada al respecto. La verdad, me encantaba escuchar las opiniones y comentarios de personas que ya estaban próximos a terminar la universidad. Una de las cosas más interesantes era la diversidad que se encontraba en la clase. Me encontraba rodeada de personas que aspiraban a ser redactores creativos, diseñadores gráficos, directores de arte, comunicadores audiovisuales, gerentes de marketing y más. Sin embargo, todos teníamos una gran pasión por la creatividad. Por otro lado, eramos de distintas nacionalidades y culturas, lo que creaba un ambiente diverso y dinámico en la clase, debido a que cada uno poseía un mapa mental diferente. Y además teníamos la oportunidad de charlar con personas reconocidas e importantes de la industria de la comunicación, y esto te hacía sentir más parte de ella. Cuando te dan por primera vez una tarjeta de presentación, te sientes especial y no puedes esperar a seguir recibiendo más. Estas personas también te hacían dar cuenta de lo increíble que era estar en Cannes siendo sólo una estudiante.
Una de las mejores partes del festival era asistir a las entrega de premios: las puedo definir como una mezcla de sensaciones increíbles. Se notaba el esfuerzo de los organizadores del festival por crear un verdadero espectáculo y la audiencia podía sentir, también, la felicidad de los ganadores. Personalmente, yo siendo estudiante me emocionaba cada vez que una agencia salía a recibir su premio, e incluso tuve el privilegio de ver a la agencia ecuatoriana Maruri Grey ganarse un león de oro. Puedo confesar que hubo un par de lágrimas cuando veía a campañas que admiro mucho en la gran pantalla y siendo recompensadas; por ejemplo, Like a girl, para Always; Proud Whopper, para Burger King, y Ice Bucket Challenge, de ALS. Antes las compartía en mi perfil de Facebook y ahora podía ver a los creadores detrás de cada gran idea.
Finalmente, logré hacer algo que nunca pensé posible: resolver un brief en 48 horas. Esto se dio gracias a The Pop Up Agency, un grupo de chicos jóvenes que decidieron formar una agencia que se dedica a realizar una estrategia en tan sólo dos días. Después de mi taller y las charlas con The Pop Up Agency, mi proceso creativo nunca será igual. Ellos nos dieron técnicas para sacar ideas más rápido con métodos divertidos y dinámicos que harán que trabajar en grupo sea menos estresante.
Me fui de Cannes con una pasión aún más grande por mi carrera y con ganas de seguir descubriendo mi propia voz. La Roger Hatchuel Academy me enseñó que existimos para tomar riesgos creativos y hacer de estos los mejores resultados. Cada uno de nosotros regresa a casa para dar lo mejor, ver cada problema que se nos presente como una oportunidad y ser una fuente de inspiración. Veo mi primera experiencia en Cannes como una señal de que voy en buen camino y de que mi esfuerzo en mis dos primeros años de universidad han valido la pena. En el avión de regreso sólo pensaba qué es lo que haré la próxima vez que venga. Cannes, me dejaste con ganas de más y te prometo que no será la última vez. Por ahora, te doy las gracias por darme la oportunidad de ser una Young Lion, un puesto que ocuparé por siempre.
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