(INTERNACIONAL) – ¿Cuál es nuestro camino? ¿Se puede lograr el éxito con una actitud ética? ¿El estudio de la realidad budista puede compaginarse con la realidad comunicacional? ¿Se puede lograr respeto a través de la praxis publicitaria? La reciente presentación del Dalai Lama en Buenos Aires sirve de excusa para mirar nuestro oficio con otros ojos.
El Dalai Lama en el Luna Park de Buenos Aires la semana pasada, delante de 6.500 personas.
Por Aurora Montes, de la redacción de PB
(Fotos: Pompi Gutnisky, Prensa Dalai Lama)
La religión no teísta del budismo fue expuesta el pasado miércoles por el decimocuarto Dalai Lama en el Luna Park.
El budismo se basa en la observación y reflexión de la naturaleza interna —de lo que sucede en nuestra mente— y externa —de lo que sucede fuera de ella—, para conseguir una armonía entre ambas que nos guíe hacia el estado iluminado, el estado Buda. Pero nuestro planteo se aleja de lo que muchos consideramos un estado utópico dentro de esta sociedad caótica. En este camino buscamos encontrar la buena práctica de un oficio conflictivo en cuanto a lo que la ética se refiere.
«A través de la sabiduría podemos provocar la transformación, con una mente calma, presente, concentrada», afirma el Dalai.
Como comunicadores de marcas, ¿las comunicaciones concretas, objetivas y directas cambiarían la credibilidad de nuestros consumidores para favorecer la imagen de nuestras marcas?
«Para sacar adelante a la humanidad practiquemos el amor, la compasión, el espíritu de tolerancia, no el egoísmo. El budismo comparte con otras religiones la autodisciplina: no actuar impulsivamente con reacciones como el rencor».
Como competidores, ¿las maniobras transparentes y la creatividad estratégica serían un valor añadido más ético y profesional que la competencia agresiva?
«Cuando se llega a la comprensión se produce el respeto, que es la base de la armonía. Los diferentes enfoques que dio Buda a sus enseñanzas buscaban ser adecuados para las personas a las que predicaba. El budismo para mí es más adecuado; pero para otros, quizás no.»
Como segmentadores de mercado, ¿los mensajes más terrenales y aislados no producirían un tono más personal y comprensivo que la comunicación masiva que pierde ciertos matices?
«¿Quién es dueño de nuestro cuerpo y de nuestra mente? El egocentrismo causa conductas negativas. El daño surge del extremo egoísmo que no piensa en el bienestar ajeno».
Como gerentes, ¿cuidar más el recurso humano no generaría más equidad, más motivación y, por consecuencia, más rendimiento?
«Todos los problemas del mundo derivan del egoísmo, del egocentrismo. Todo lo bueno que existe en el mundo nace a partir de los demás seres. Sin ellos no habría sinceridad ni paciencia, nos desarrollamos a través de ellos».
Como personas, vernos como un conjunto —a pesar de la individualidad de cada uno— ¿no desarrollaría conductas más humanas, más reales y más enriquecedoras?
Una vista general del estadio Luna Park durante la presentación del Dalai Lama.
Categorías: Miradas
Hay dos muy buenos creativos argentinos que pueden hablar sobre este tema ya que son budistas. Jorge Ponce Betti y Wlater Aregger. abrazo!
¡Excelente dato, Mariano! Habrá que consultarlos, nomás. Abrazos.
El estado iluminado no es en realidad una utopía ni algo estático desde el punto de vista del budismo. Todos tenemos certeza de que poseemos los estados bajos de la vida, sin embargo albergamos dudas acerca de nuestros estados más elevados. Como en todo ámbito de la vida nuestras causas y efectos se manifiestan de acuerdo a nuestro estado de vida (Tien-tai, filósofo budista chino expone que como seres humanos poseemos 10 estados que van desde el estado de infierno, que no es el infierno católico, hasta el de budeidad), y en la publicidad, como en los demás ámbitos, se manifiestan todos esos estados todo el tiempo, fluctuando en la interacción de las personas. Lo que hay después es una suma de relaciones kármikas interpersonales en cada equipo de trabajo, lo mismo sucede en las familias, etc, en donde empiezan a interactuar los estados de vida de cada persona, estados que influencian al otro elevándolo o generando todo lo contrario. El concepto de kosen rufu en el budismo expone que si cada persona ejercita su capacidad de manifestar el estado de buda se modifica el medio ambiente de uno, básicamente porque uno es en sí ambiente del otro, esto es lo que permite modificar cualquier ámbito, el de la publicidad o cualquier otro ámbito de la humanidad.(Pueden encontrar más información en http://www.sgi.org)
Espero que aporte esta mirada de uno de los publicistas budistas que comentaba Mariano Leguizamón.
Interesantísimo lo que cuentas Jorge, me aseguraré de investigar más a fondo porque en cierto punto, quizás tengo varias interferencias de doctrinas hinduistas que me hacen mirar a otros lados, pero podríamos concluir que como base a todas las religiones predicar la paz y el amor y reduciendo el egoísmo el mundo (y también la industria publicitaria) sería un lugar mejor.
Te dejo un corto muy simpático que vi hoy que viene al tema
http://VIMEO.COM/7413005
¡Saludos!