(SUDÁFRICA) – «Adiós a los ojos rojos»: la marca de café Douwe Egberts y la agencia Direct idearon una máquina que ofrece café gratis a cambio de un bostezo. ¿Cómo es posible esto? ¿Qué les brinda esta acción? ¡mirá!
Bajo el concepto “Bye bye red eye”, la empresa neerlandesa Douwe Egberts obsequió café de una singular manera.
POR MARCOS MONTENERO
Egresado como redactor de la AAP / Estudiante actual de la UCES
Redacción especial para PB
Imaginate que estás en un aeropuerto esperando para abordar un avión. Estás incómodo, un tanto ansioso, tal vez nervioso, o a punto de entrar en panic attack.
Caminás un rato, te sentás otro poco, te volvés a parar. Mirás el reloj unas doscientas veces, ya sea reloj de pulsera, el del teléfono celular, el del aeropuerto o el de la persona que más cerca tengas. Movés sin parar una pierna y, cuando se te cansa, empiezás con la otra. Obviamente no se te olvida chequear el tablero de salidas unas mil veces, por las dudas, y estás atento también a la persona que anuncia los vuelos por el altoparlante sin importar que faltan como dos horas para abordar tu vuelo. Tal vez tengas la suficiente fortaleza mental para poder leer y prestar atención a aquellas palabras que desfilan por tus ojos, y darles un sentido, claro está, entre el bullicio, el movimiento constante de gente, las ansias, los nervios, etc. En estos tiempos que corren, posiblemente uses tu teléfono celular: hagas check in en Foursquare, mires las actualizaciones de Facebook, leas un par de tweets o escribas algunos y, por supuesto, le des actualizaciones constantes al correo aunque sepas que no te va a llegar ninguno en ese momento.
Pasado todo esto te aburrís, mirás el reloj y todavía falta bastante para tomar tu avión. Bostezás. ¿Qué se te viene a la mente? Tomar un café. Mirá si te quedás dormido y perdés el vuelo. Vas a la máquina de café con unas monedas que pudiste rescatar del fondo de algún bolsillo perdido de la campera. En el camino vas pensando: café solo, con leche, capuchino, chico, grande, mediano, etc. Te parás frente a la máquina y no encontrás la ranura para poner las monedas. Recorrés cada parte de la máquina para encontrar esa ranura, las monedas se mueven nerviosas en tu mano. Seguís sin encontrarla, mirás para adelante, para atrás, tratando de encontrar consuelo en alguien que tenga un vaso de café en la mano. Mirás nuevamente la máquina, ya con desesperación, con ganas de pegarle una patada. Bostezás, y en ese momento, la máquina se digna a responder: te da ese esperado café. No te queda más que sonreír.
Una mujer tomando el obsequio de Douwe Egberts: luego de un bostezo, una sonrisa.
La agencia Direct realizó esta peculiar activación para la marca Douwe Egberts y la situó en el aeropuerto internacional O.R. Tambo de Sudáfrica. Bajo el concepto “Bye bye red eye” (o “Adiós ojos rojos”, en español) y a fin de ofrecer un café en el momento justo, la máquina te da un café gratis por cada bostezo. ¿Cómo es posible esto? Con un sistema biométrico de reconocimiento facial. El software “mapea” el rostro de la persona que está delante de la máquina y, si reconoce que está bostezando, se activa.
¿Qué brinda esta acción? Además de un café gratis, brinda sorpresa. Porque el consumidor fue hacia la máquina expendedora con la idea de poner unas monedas para comprar un café y volvió con el café, las monedas y una sonrisa. No sólo por el café gratis, sino también por el asombro y luego, por la ocurrencia de una acción semejante. En un segundo plano se puede decir que brinda un valor agregado: no la máquina, sino la marca. Porque el consumidor va a recordar la marca. Seguro que cuando bostece nuevamente, se va a acordar de esa experiencia, a hablar sobre ella y a compartirla. Por último, tal vez, a la hora de comprar café, se decida por esa marca, si es que no lo hacía antes.
Sin duda alguna, esta es una acción que da café, sonrisas y quita el sueño.
Douwe Egberts – Bye Bye Red Eye.
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