Alumnas de publicidad de la Universidad Riviera y su pastel sustentable ¡de algas!

(MÉXICO) – Berenice Patatuchi, Anayeli Conde y Erika Guadalupe Ortiz, alumnas de la carrera de Mercadotecnia y Publicidad en la Universidad Riviera, recrearon una antigua receta como parte de un trabajo final. ¿Cuál es? ¡Un pastel con algas! El particular postre resultó ser un éxito con todos los que los probaron, lo cual animó a las estudiantes a continuar la producción, e incluso pensar en patentar el pastel para hacer masivo este proyecto sustentable. Seguí leyendo y descubrí los secretos del “pastel de sargazo”.

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Berenice, Anayeli y Erika, sabias y entusiastas: «Vamos despacio porque vamos lejos».

 
POR JOSÉ ESCANÉS
Redactor PB
(Fotos de la nota: Gentileza EGO, AC y BT)

 
Desde hace mucho la población mundial busca nuevas formas de resolver los distintos problemas ecológicos que existen. Cada vez se generan más proyectos a través de grupos de acción y comunidades de internet para generar soluciones nuevas y sorprendentes. ¿Pero un pastel que ayude a salvar el ambiente? Eso sí que no se ha visto. Al menos hasta ahora.

La idea fue de Berenice Patatuchi, Anayeli Conde y Erika Guadalupe Ortiz, quienes llevaron a cabo una buena investigación para preparar la receta que cumpliera sus objetivos. Al final, el pastel terminó sorprendiendo a todos.

—¿Qué carrera estudian y en qué universidad?
—Erika y Berenice estudian Mercadotecnia y Publicidad, mientras que Anayeli estudia Administración. Las tres asistimos a la Universidad Riviera en Playa del Carmen, Quintana Roo, México.

—¿Cuáles materias creen que las incentivan a realizar proyectos divertidos y originales?
—Mercadotecnia, Publicidad, Creatividad y Clínica, la materia donde realizamos un proyecto final en todos los semestres.

—¿Recuerdan cómo surgió la idea del proyecto del pastel?
—La idea principal fue de Berenice, que lo presentó en Clínica. En ese tiempo solo éramos cuatro personas en la clase y la idea era hacer un suplemento alimenticio. Para el siguiente semestre creamos un equipo y renovamos el proyecto para la materia de Mercadotecnia. En varias ciudades de Quintana Roo, como Playa Cancún y Tulum, había empezado haber una gran oleada de sargazo, que normalmente se pudría y se quedaba contaminando las orillas de la costa. Buscamos otras formas para emplearlo, de acuerdo a los gustos que tienen las personas y sus necesidades. Finalmente descubrimos que era igual al que se usa en Japón y China, donde lo usan desde el siglo XVIII para hacer medicamentos, té y cosméticos. En México no era tan buena idea usarlo como té porque no somos de tomarlo. Como condimento no estábamos seguras de qué sabor les daría a las comidas y mucho menos qué efectos tendría combinarlo con otras especies. Entonces llegaba la pregunta que más nos interesaba: ¿qué les gusta comer a todos los mexicanos y cuando se les antoja? Ahí surgió la idea del pastel. Casi todas las personas, cuando se les antoja lo comen, lo disfrutan con amigos, familia, con café, con leche, con jugo, y no es algo de comida chatarra.

—¿Qué otros datos encontraron en la investigación?
—Nuestra investigación empezó por el tipo y las propiedades que tiene, y como podríamos limpiarlo sin usar químicos, además de quitarle el olor y mejorarle el color. Descubrimos que ayuda a disminuir el colesterol, los triglicéridos y los azúcares, limpia la sangre, ayuda a bajar de peso por su contenido en yodo, ayuda con las enfermedades gastrointestinales y funciona como laxante.

—¿Cuál fue su siguiente paso?
—Pasamos a la recolección, que es algo muy importante, ya que el sargazo debe estar vivo. Solo experimentamos en el alga parda conocida como sargazo, e intentamos en muchas ocasiones quitarle el olor marisco que tenía por el salitre. Lo trituramos y así hicimos la harina de sargazo, combinándolo con harina de arroz o trigo para hacer el pastel. También probábamos el tiempo de vida en refrigeración o temperatura también. El mix dura aproximadamente un mes si se mantiene en refrigeración. Otra cosa que logramos descubrir es que no tenía, en sí, un sabor; entonces, al cocinar, probamos agregar naranja, almendras, frutos rojos, y demás.

—Supimos que presentaron el pastel en una feria de la universidad. ¿Cuál fue la respuesta de sus compañeros?
—Unas dos semanas antes de la feria creativa lo presentamos en clase a nuestros compañeros en forma de muffins. Muchos querían probar algo nuevo por curiosidad y su reacción fue positiva. A otras personas no les agradaba la idea de comer sargazo y hacían bromas de “¿no me voy a morir?”. Al principio era algo complicado cambiar la idea de las personas, pero con información correcta lograron entender un poco más. Presentar en la feria fue diferente, porque ya habíamos mejorado la forma de hacerlo y tuvo muy buenos resultados. Elaboramos un tríptico con información, hicimos el pastel y contestamos las preguntas acerca del sargazo mientras lo probaron compañeros y profesores de otras carreras.

—Si estuvieran en un programa de cocina, ¿cuál dirían que es el secreto para que el pastel quede delicioso?
—La pasión (risas). Creemos que es muy importante, ya que es la motivación de todo, las ganas que le pongas y, sobre todo, el sazón.

—¿Esperan poder ofrecerlo masivamente en el futuro?
—¡Sí! Estamos por terminar el proceso de la patente, pero por ahora lo hacemos solo a quienes nos lo piden. Esperamos poder abarcar primero todo Playa y así ver si nos extendemos un poco. Vamos despacio porque vamos lejos.

—¿Nos enviarán uno para festejar?
—Nos daría mucho gusto: una vez que lo prueben van a querer más.

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El testeo del pastel se hizo en una feria de la universidad, donde fue muy buen recibido.
 
 

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