Hoy se abre la muestra que convierte las boletas en arte: ¡una idea caritativa que no es trucha!

(ARGENTINA) – Pimp My Factura es el resultado del esfuerzo de los creativos publicitarios Enzo Ciucci y Felipe Rostagnol, quienes tuvieron la idea para ganar un concurso. Sumando una compañera de trabajo y con la participación de distintos artistas de todo el mundo, el proyecto que usa cuentas como lienzos para ilustraciones, pinturas y más, finalmente ve la luz este viernes en uno de los principales centros culturales de Buenos Aires.


Varias obras de estilos distintos y variados forman la primera edición de Pimp My Factura.

 
Las boletas lo esperan a uno a principio de mes en el piso del hogar, mientras que los cuadros lo decoran todos los días. Mientras que las primeras simplemente muestran números duros en negro, o como mucho azul oscuro, los otros exhiben con lujo de colores cosas que van más allá de un razonamiento matemático. Ahí estaba la posibilidad que vieron Enzo Ciucci y Felipe Rostagnol.

En agosto de 2016, los creativos de TBWA Buenos Aires ganaron el concurso Creative LIAsons con una propuesta que entusiasmaba de sólo escucharla: transformar las facturas de jardines de infantes en obras artísticas cuyo precio son los de los documentos intervenidos. Un año después, Pimp My Factura compone una muestra real que será expuesta en el Centro Cultural Rector Ricardo Rojas, gracias a la participación de casi 40 artistas internacionales y el apoyo de la fundación Publicidar.

El proyecto llamó la atención de distintos medios locales e internacionales, haciendo que se corriera la voz sobre este trabajo colectivo que reúne las mejores intenciones, mucho talento y ganas de que una simple boleta sea mucho, mucho más que eso.

PB: Sin dejar detalles de lado, ¿cómo fue el proceso para lograr que Pimp My Factura fuera una realidad?
Enzo Ciucci: El proceso fue muy largo; y coordinar, súper agotador. Por suerte sumamos a Sofía Hoffmann para coordinarlo; si no, hubiéramos enloquecido. Terminamos siendo un equipo de tres.
Felipe Rostagnol: Significó meternos en un mundo que trasciende a la publicidad, en el que ninguno tenía experiencia.
EC: Todo lo que fuimos consiguiendo fue de caraduras.
FR: Fue «tocar muchas puertas», contándoles la idea a los involucrados y que se imaginaran una actividad de la magnitud de Pimp My Factura con simplemente un par de bosquejos.
EC: La verdad, tuvimos una respuesta excelente de su parte. Todos estuvieron muy decididos a colaborar desde el primer momento y confiaron mucho en el proyecto. Estamos súper agradecidos con ellos. Coordinamos las entregas de las facturas, de las obras, hablamos con el Centro Cultural Rojas… Terminamos haciendo de curadores, de artistas, de coordinadores y de un montón de cosas más que no teníamos ni idea.

PB: Y con todo este proceso, ¿el proyecto cambió en algo o siguió tal cual lo habían pensado?
EC: Hubo cosas que cambiamos. Cuando vimos que el número de artistas dispuestos a participar era mayor que la cantidad de facturas que teníamos, empezamos a sumar presupuestos por materiales o por arreglos. Es decir, no sólo podés comprar una obra para pagarles un servicio. También podés pagar el arreglo de una puerta, por ejemplo.
PR: Fueron cosas que, sobre la marcha, te das cuenta de que no pueden ser tal cual las habías imaginado en un comienzo, pero finalmente van tomando el curso correcto.

PB: ¿Pensaron en qué sigue después de la muestra? Sea hacerla itinerante, convertirla en un libro o lo que se diera.
EC: ¡El libro es una buena idea que no habíamos pensado! (Risas) Por el momento vamos a usar esta muestra para testear la respuesta de la gente. Las ganas de hacer más ediciones están.
FR: Si bien hablamos de que nos gustaría repetir esta acción en más ocasiones para seguir ayudando, en este momento estoy muy enfocado en que cada detalle salga de la mejor manera posible. Quizás luego de terminado nos permitamos soñar un poco más y ver hasta dónde puede seguir creciendo la idea.
EC: No queremos que el proyecto termine acá. Vamos a ver cuán bien nos va.

PB: Si hay alguna, ¿qué moraleja se llevan de esta experiencia?
FR: La percepción general que tuve es que si bien a la gente siempre le gusta colaborar con causas nobles, cuando hay una idea detrás la motivación es otra. Fue muy fuerte ver cómo artistas del plano local e internacional se comprometían con el proyecto en cuestión de segundos. Nos remarcaron muchas veces «¡qué bueno, una idea caritativa que no es trucha!». Eso personalmente te llena y te deja muchas esperanzas de cara al futuro: esperanzas de que se pueden hacer acciones lindas sin pensar exclusivamente en el case.
EC: Primero, que la gente está súper dispuesta a ayudar. A veces creemos que no, desconfiamos de todos y nos llenamos de prejuicios. Pero estuve en contacto con un montón de personas muy grossas que, de la forma más humilde, escucharon y participaron. Y segundo, algo bastante obvio: que hay que hacer las cosas.


La invitación está hecha: desde hoy podes ver todas las obras de «Pimp My Factura» en el Centro Cultural Rector Ricardo Rojas.
 
 

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