(ESPAÑA) – En marketing y en publicidad, las formas de buscar el primer empleo son prácticamente infinitas y dependen de una sola palabra clave: creatividad. La española Raquel Lemos cuenta en este texto lo que sintió cuando se le ocurrió disfrazarse con algunas prendas que encontró en su casa y convertirse en la Publiwoman.
«Mis pies comenzaron a elevarse y por un momento toqué el cielo», cuenta Raquel que sintió cuando se vio en una valla publicitaria de Madrid.
POR RAQUEL LEMOS
Especial para PB
(Fotos: Gentileza RL)
Hace tiempo toqué el cielo.
Estaba preparando mi último examen de la carrera. Mientras leía, mi cabeza no paraba de preguntarse: «Y después de licenciarme, ¿qué?». Pensé: «Tendré que hacer algo impactante si quiero conseguir un empleo». Y surgió la gran idea: llevar a cabo mi propia campaña de comunicación a través de una valla de publicidad exterior.
Envié varios emails a empresas de publicidad exterior: el trato era que si me prestaban una valla publicitaria para «venderme», yo les conseguiría notoriedad en los medios de comunicación.
Ese mismo día la directora de marketing de CBS Outdoor contactó conmigo. No me lo podía creer: empecé a reír, luego a llorar y luego todo a la vez; aquello era un espectáculo.
Aprobé el último examen, me licencié en Publicidad y RR.PP con un caramelo en la boca. Tenía una valla para «venderme» en Madrid, una gran ocasión para llamar la atención.
Llegó la hora de transformarme en un producto atractivo: un bañador de mi madre, una capa, un antifaz, unas mallas y unas botas negras. Me había convertido en una superheroína. Ya tenía el packaging, sólo me faltaba el naming. Al ver las pintas que llevaba, mis amigas no lo dudaron: se tiraron al suelo de la risa, ¡ah!,
y me bautizaron Publiwoman. Estaba lista para estamparme contra mi valla de publicidad exterior.
Llegó el gran día, la presentación de Publiwoman. Me acuerdo perfectamente de todo. Le pedí al taxista que parase enfrente de la valla, bajé la ventanilla y me quedé boquiabierta. Mi cuerpo serrano lucía radiante en una valla de 8 x 3 metros, acompañada del mensaje «Soy Raquel, publicista con muchas ganas de TRABAJAR. Si me quieres conocer, escríbeme, iré volando«.
A continuación hubo una rueda de prensa. Mis pies comenzaron a elevarse y por un momento toqué el cielo; sentí formar parte de algo tan grande como una campaña de publicidad.
Después de la fecha llovieron titulares, reportajes y entrevistas. Durante ocho meses, Publiwoman voló a través de los medios. Pero todo esto no hubiera sido posible sin CBS Outdoor, que me abrió sus puertas y confió en Publiwoman. Por ello les doy las GRACIAS en mayúscula.
Después de la campaña, no conseguí trabajo en una agencia, ¡ohhhhh!; pero sí de freelance. ¿Y sabéis lo que realmente gané? Confiar en que las grandes ideas nos pueden llevar muy lejos, tanto como para tocar el cielo.
Abajo, la personalidad oculta: Raquel Lemos; arriba, la heroína, Publiwoman, impresa en la gigantografía en pleno Madrid.
Categorías: Fuera del tarro
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