AAP#020: De la cuna hasta el cajón

(ARGENTINA) – ¿Pueden mezclarse tres pasiones tan diferentes como la música, la publicidad y el fútbol? ¿Alguien sería capaz de cantar en la cancha una línea como la del título, pero no para alentar a su equipo de fútbol, sino para vivar a una banda que está tocando en ese momento en el escenario instalado en el campo de juego? ¿Y alguien sería capaz de anunciar su fanatismo por una marca hasta el día de su muerte? ¡Preguntas demasiado profundas! Director de arte y profe de la AAP, Roberto Pollio sostiene que la publicidad se aprende y se hace de mucho más que de ver publicidad. ¡La inspiración está en todos lados! Por eso, todos los jueves The Lord of the Links trae una Asociación Absolutamente Personal (AAP). La idea es comprobar, con ejemplos pequeños y simples, que todo está interconectado y que, como creativos, nuestra misión es no dejar pasar nada: probarlo, devorarlo e incorporarlo para, como decía Eugênio Mohallem en su Manual del trainee, cargar la batería durante toda la vida.


«Los une la amistad, los une la pasión, los une un caño»: brillante definición, presente en este trailer, de lo que ocurre entre estos jugadores de metegol que van mucho más allá de sus posibilidades.

 
POR ROBERTO POLLIO
Director de arte y profesor de la AAP

 
SOUNDTRACK DE LA NOTA

«Ole Ola (Mulher brasileira)», Rod Stewart, 1978.

 
Con el amistoso Italia-Argentina de fondo, y habiendo ido al cine el finde pasado a ver la exitosísima Metegol, creo que es una buena idea que el puntapié inicial de la AAP#20 sea al deporte más popular del mundo, tema que apena tocamos (por primera vez en este espacio) la semana pasada al recordar un gol muy particular. Pero hoy pretendo profundizar precisamente sobre ese sentimiento ligado indefectiblemente al fútbol, que no es otro que la PASIÓN. En recientes entrevistas, el director Juan José Campanella declaró que, además de la idea del club y la sociedad civil unida por una noble causa común, como en Luna de Avellaneda (2004), la pasión es el tema recurrente en Metegol. Sin dudas ese sentimiento está presente a lo largo de todo el film, como el gran motor de los protagonistas (tanto humanos como de plomo) y se pone de manifiesto claramente durante el partido final ante un poderoso —pero desapasionado— equipo rival, liderado por un jugador que nos recuerda mucho al estilo Cristiano Ronaldo. No por nada en esta escena nuestros antihéroes de turno se preguntan «¿Cómo se dice cuando hay una sola opción?», a lo cual la enfática autorrespuesta de todos es nada más y nada menos que ¡PASIÓN!, así, con mayúsculas.

Pero este combo fútbol-pasión ya había tenido un rol fundamental en otra película de Campanella, El secreto de sus ojos, con la cual se hizo acreedor del Oscar a mejor película extranjera 2009 (segunda en la historia del cine argentino, después de La historia oficial en 1986), y en ella también hay una gran frase que sale a relucir en uno de los momentos de mayor clímax de la película que vale recordar ahora, como hacía Rosana Barroso no hace mucho tiempo, aquí mismo en PB.


El gol del siglo, ese que nunca nos vamos a cansar de ver, para disfrutar una y mil veces. Tanto del gol como del apasionadísimo relato de Victor Hugo Morales.

 
El siguiente link nos lleva a Inglaterra y no para mencionar el barrilete cósmico (sobre eso pueden leer, cuando tengan tiempo, este increíble texto de Hernán Casciari), aunque primero hacemos una parada en Rosario. Metegol está inspirada muy libremente en un relato del rosarigasino Roberto Fontanarrosa, Memorias de un wing derecho (gran cuento, hiper recomendado por Pancho Dondo, apasionado del fútbol si los hay). Ahora bien, la versión libre que se utilizó para el guión de Metegol lleva la firma de Campanella, de Axel Kuschevatsky y también de Eduardo Sacheri, otro gran escritor de literatura futbolera (autor de también del libro que inspiró El secreto de sus ojos). Pero ustedes me dirán: ¿Inglaterra dónde está? Bueno, acá es cuando entra en la historia Nick Hornby, que es «casi un Sacheri londinense» (Dondo’s dixit), fanático enfermo del Arsenal, que no sólo escribió un libro apasionante sobre su pasión (valga la redundancia) futbolera, llamado Fever Pitch (Fiebre en las gradas), sino que también es autor del libro High fidelity (Alta fidelidad), protagonizado por un apasionado y también enfermo, pero en este caso de la música; del cual nos hicimos eco en este espacio algún tiempo atrás.

Sigamos con Inglaterra, pero ahora cambiemos de camiseta, pasemos del Arsenal a otro grande del football, el Liverpool FC, para hablar de música, remontándonos a los 60 y a un grupo de esa ciudad, que no fue tan popular en el resto del mundo como los Fab Four, pero sí entre los scousers (como comúnmente se conoce a la gente de Liverpool y alrededores). Me estoy refiriendo a Gerry & The Pacemakers, quienes en 1963 llegaron al puesto número 1 de los rankings ingleses con el single You never walk alone. Se trató de una nueva versión de una canción grabada originalmente en 1945 para un musical llamado Carousel, para la cual el grupo modificó la letra y logró una versión muy personal que al poco tiempo fue adoptada en el estadio por los seguidores del Liverpool FC y llegó a convertirse en el himno oficial y lema del club y años más tarde fue grabada y editada por la propia hinchada. Como muestra de esta pasión, veamos lo que ocurrió hace menos de un mes atrás antes del amistoso que los reds jugaron contra el Melbourne Victory, en Australia.


Estremecedor: no hacen falta más palabras para describirlo.

 
Arrancamos por Argentina y pasamos por Inglaterra, pero si hablamos de fútbol, aunque no nos guste demasiado, no podemos evitar hablar de Brasil. En este caso, de otro rubro en el que también son reconocidos mundialmente: la publicidade. Para esto te traigo Hinchas inmortales, de Ogilvy Brasil para Sport Club Recife: una inmensa acción que fue ganadora este año en Cannes nada menos que de siete leones en diferentes categorías, incluyendo el Grand Prix de Promo & Activation. En ella la pasión se deja ver no sólo en los protagonistas de la historia, sino también en quienes la desarrollaron, y demuestra —en mi opinión— el rol que debe ocupar hoy la publicidad en la vida de la gente.


Gracias a este trabajo, Ogilvy San Pablo picó en punta para terminar consagrándose —con el apoyo de otros muchos premios más— como la Agencia del Año del Festival.

 
Para cerrar, voy a explicar el soundtrack de esta nota, ya que considero que en este caso particular realmente se lo merece. Citar al final de la nota a Brasil me hizo acordar de Rod Stewart. ¿Por qué? Porque el tema en cuestión (desconocido por muchos, afortunadamente) une de manera bastante bizarra esas dos cosas, la música y el fútbol. La cuestión es que Rod es mundialmente conocido por su pasión futbolera (de hecho, su profesión frustada es la de jugador de fútbol), y eso lo sabemos todos, o al menos muchos. Lo que no es tan sabido es que allá por 1978, y con motivo del Mundial de Fútbol realizado en nuestro país, sacó este tema de extraño título (y dudoso ritmo, si consideramos que el torneo se hizo acá) en el que, en medio de una gran algarabía, va citando a diferentes países participantes de aquel Mundial, entre otras cosas.

Pero lo que lo hace aun más exótico es que lo grabó nada más y nada menos que junto a la selección escocesa de fútbol (Rod nació en Inglaterra, pero los orígenes de toda su familia están en ese país). El resultado es esta perlita, que me pareció interesante rescatar para la ocasión, ya que si bien dudo de que transforme musicalmente la vida del alguien, creo que es una elocuente muestra de que a veces la pasión, como el amor, es ciega. ¿O debería decir sorda?

 

★★★★★★★ TLOTL
thelordofthelinks@primerbrief.com

 
 

1 reply »

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.