(INTERNACIONAL – Historias recogidas en el Festival de Cannes 2012) – El fundador y chairman de la prestigiosa agencia canadiense Taxi también pasó por la Roger Hatchuel Academy: su presentación giró en torno a Doubt, ese odioso y simpático personaje en base al cual la agencia lanzó un libro en 2010 y que, según Lavoie, los ayudó a entender mejor cómo es el proceso creativo que ellos mismos venían ejercitando desde siempre.
Paul Lavoie en plena presentación de su libro, con Rick Boyko (entonces director del VCU Brandcenter y de la RHA al mismo tiempo) a su lado.
POR PANCHO DONDO (Enviado especial a Cannes)
Director de PB
(Fotos: PD)
La increíble calidad de las clases que entre el domingo 17 y el sábado 23 de junio recibieron en Cannes los alumnos de la Roger Hatchuel Academy siguen —y seguirán por un buen tiempo— ofreciendo valiosísimo material para esta interminable serie de artículos jugosos y aprovechables.
Esta vez se trató de la visita del canadiense Paul Lavoie, chairman de Taxi, la agencia que él y Jane Hope fundaron en Montreal en 1992, y que hoy tiene otras cuatro oficinas en Canadá (dos en Toronto, una en Calgary, una en Vancouver), una en los Estados Unidos (Nueva York) y una en Europa (Amsterdam).
La tapa de Doubt, con el personaje plantado en medio.
Lavoie contó a los estudiantes de la RHA en qué consistió el proyecto de publicar, en 2010, el libro Doubt: Unconventional Wisdom from the World’s Greatest Shit Disturber (Duda: El testimonio no convencional de la mierda más quilombera del mundo), basado en la historia de un personaje antipático y vanidoso —pero que termina casi enterneciendo— que afirma haber sido parte del nacimiento y desarrollo de las más grandes y de las más intrascendentes ideas de la historia de la humanidad, y que le sirvió a Taxi para explicar de un modo original y llamativo el proceso de creación de una idea.
«Yo soy el sexto miembro de Los Beatles, yo le expliqué a Andy Kaufman que no necesitaba ser gracioso para ser gracioso, yo le sugerí a Jackson Pollock que pintara sin tocar el óleo, yo le dije a Franz Kafka que escribiera todo lo que tenía en su cabeza incluso si resultaba un poco deprimente, yo creé el Renacimiento, y los teléfonos celulares, yo era la i en la iMac, y en el Pod, y en el Pad»: el engreído discurso de Doubt en su propia presentación resulta apasionante.
«Doubt es como el colesterol —explicó Paul Lavoie en la clase de la RHA—. Está el colesterol bueno y el colesterol malo. Pues bien: dudar es bueno en el comienzo de los procesos, pero hay un momento en que hace falta detenerse y actuar. Yo lo suelo imaginar como la forma de una equis: una X es abierta, permite que uno recorra libremente sus cuatro ejes, que coinciden todos en un punto. Pero una vez que se detectó cuál es el punto es indispensable dejar de lado las dudas y avanzar. A veces es difícil detectar exactamente cuándo se ha llegado al punto, y esa es una parte del arte que en Taxi nos encanta ejercitar: no podemos estar delante de los clientes dudando eternamente. En un momento hay que moverse hacia adelante».
Categorías: Eventos