(ARGENTINA) – Se anunció en la nota con que arrancó el año del quinto aniversario, la de los dibujos de Guido Barna, y siguió con la de Pili Ruarte; hoy, la dibujante cuya portada “ascensoril” engalanará el muro de la Comunidad PB durante el próximo mes, y que aquí presenta otras de sus obras, es Florencia Rigiroli. Directora de arte que empezó a formarse en la UCES y egresó de la Escuelita, pasó por varias agencias, pero siempre se hace tiempo para estampar sus dibujos en todo lo que la rodea.
“Lo primero que se me viene a la cabeza para la portada es un ascensor en el medio de la selva (un poco de mi propia experiencia, jaja)”, contó Florencia apenas recibió el brief.
Ex estudiante y, por lo tanto, ex lectora de PRIMER BRIEF —este medio se enorgullece de renovar completamente su público lector con una frecuencia que promedia los tres años y medio—, Florencia Rigiroli es, en esta serie de auto-homenajes del año del quinto aniversario, la primera ilustradora que no hubo que salir a buscar: ella misma se comunicó y se postuló como autora de una portada. La aceptación fue inmediata, claro está, y es probable que en ese mismo instante Florencia ya se haya puesto a pensar en un ascensor enclavado en una jungla. Sea como sea, es evidente que cuando algo no le resulta suficientemente armónico, ella encuentra el modo de embellecerlo, llenarlo de color y convertirlo en lo que ella mejor sabe hacer: un floripondio.
No por nada su propia marca de productos —almohadones, libretas, jarros y lo que a ella se le ocurra— se llama exactamente así, Un Floripondio: porque ella no puede dejar de ponerle el sello de su flor a todo lo que hace. Más allá de que, como directora de arte que supo trajinar los departamentos creativos de agencias como La Despensa y Wunderman y hoy está en Grey (en dupla con Martín Racca), algunos de sus trabajos más resonantes nada tuvieron que ver con almohadones o flores. Y un ejemplo claro es el trabajo que con Martín Rubins tuvieron que hacer, cuando ambos trabajaban en La Despensa, para el lanzamiento de la nueva camiseta de River Plate, que Guido Lubel registró en una nota que contó “los secretos del manto sagrado”.
Con ustedes, Florencia Rigiroli y sus floripondios. Y el que se quede con ganas puede seguir con su Bēhance artístico, con su Cargo Collective profesional o googlearla todo lo que quiera.
CINCO DIBUJOS, CINCO HISTORIAS
(Cliqueá en cada imagen para verla completa)
1. Ilustración coloreada digitalmente: Una de las cosas que más me gusta aplicar en mis dibujos son los colores. Me gusta trabajar con paletas que sean un caos, donde nada combine con nada. Cuando arranqué a dibujar esta ilustra, me interesaba hacer un cuadro que no tuviera un orden de lectura concreto. Lo podés poner de un lado, del otro o de manera horizontal, pero siempre algún sentido le vas a encontrar dentro de toda esa locura.
2. Ilustración con microfibra (tramas y texturas) – Dibujo con marcador Edding: Me gusta mucho trabajar con tramas y texturas. Para mí es como algo terapéutico: algunas personas tejen para relajarse, yo lo hago con una microfibra y un papel en blanco. Comienzo a dibujar una línea y hasta que la ilustración no se vuelve un caos no puedo terminar. Particularmente esta ilustración la hice para un concurso de Edding cuya consigna era “Dejalo salir”. Yo partí de la frase “La imaginación nos hace infinitos” y tuve la suerte de salir ganadora.
3. Ilustraciones colores pasteles: Creo que no tengo ningún dibujo que inspire un poco de adultez. Todos son parte de un mundo infantil; en cierto modo, es lo que me divierte. Si voy a dibujar un oso, olvidate de que sea en un bosque: no me interesa retratar de manera realista. Al menos ese es el filtro que hace mi cerebro.
4. Muñecos almohadones: A medida que fui dibujando más y más, me di cuenta de que quería plasmar todas esas ilustraciones en distintos soportes. Era una nueva oportunidad para salir de la hoja blanca convencional y probar nuevas técnicas. De ahí nació Un Floripondio, donde uní los dibujos que me gusta hacer con artículos que uno puede usar para la vida, y así acercar de manera más fácil mis dibujos a la gente. Dentro de los productos hay cuadernos, agendas y hasta muñecos almohadones, como los de la foto, donde decidí llevar esos personajes que sin quererlo iban apareciendo en cada ilustración para que cobraran vida propia.
5. Ninfas de las golosinas: Me pasa mucho que, cuando dibujo, cada persona ve algo distinto. Incluso a mí, que después de un tiempo miro algún cuadro que hice y digo “Mirá ese tipito que hay ahí”; es como una especia de ¿Dónde está Wally? , pero más casero. De hecho, cada vez que hablo por teléfono transformo todas las hojas que tengo a mi alrededor.
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