AAP#003: No estamos solos

(ARGENTINA) – La pluma de Roberto Pollio presenta hoy lo que no se ve pero se sospecha, lo que no se huele pero se sabe que está ahí, lo que no se oye pero de algún modo se adivina. Director de arte y profe de la Asociación Argentina de Publicidad, Pollio sostiene que la publicidad se aprende y se hace de mucho más que de ver publicidad. ¡La inspiración está en todos lados! Por eso, todos los jueves The Lord of the Links nos trae una Asociación Absolutamente Personal (AAP). La idea es comprobar, con ejemplos pequeños y simples, que todo está interconectado y que, como creativos, nuestra misión es no dejar pasar nada: probarlo, devorarlo e incorporarlo para, como decía Eugênio Mohallem en su Manual del trainee, cargar la batería durante toda la vida.


El súper lúcido planteo de «Wreck It Ralph! (2012) se percibe claramente en su trailer.

 
POR ROBERTO POLLIO
Director de arte y profesor de la AAP

 
SOUNDTRACK DE LA NOTA

«All The Small Things», Blink 182, 1999.

 
La nominación al Oscar que obtuvo Wreck It Ralph! (cuyo trailer ya viste arriba) como mejor película de animación no sorprendió a muchos: sin dudas se trata una gran película dentro de esa categoría por muchos motivos. Pero en lo personal me pareció una genialidad la idea central, que nos plantea a los protagonistas de los videojuegos como seres que tienen una vida más allá de la pantalla. Para ellos, el juego es su trabajo, y tienen que exponerse a la vista de los humanos cada vez que los seres de carne y hueso respondemos al llamado de «insert coin».

Rescatar ese mundo de 8 bits, que nos muestra lo que pasa detrás y, sobre todo, fuera de la pantalla, es algo muy inherente a mi infancia (seguramente a la de muchísimos más), ya que cada una de esas coloridas «cajas» ¡encerraba para mí todo un misterio!

No es casual que todo esto haya traído a mi mente un dibujo animado que gracias a la magia de internet hoy puedo rescatar y volver disfrutar compartiéndolo con todos ustedes. Se trata de un clásico en technicolor de 1936, perteneciente a la serie Happy Harmonies, titulado To Spring, en el cual se «revelaba» de una maravillosa manera el secreto de la primavera (dato curioso: este corto fue el primero dirigido por el gigante de la animación William Hanna).


«To Spring», por William Hanna, 1936.

 
Después de esta perlita, es casi inevitable pensar en el gran comercial Happiness Factory, que muchos años después reveló al mundo de qué estaba hecha verdaderamente una Coca-Cola.


«Happiness Factory», creado por Wieden + Kennedy Amsterdam y animado por Psyop, 2007.

 
Siguiendo dentro del pequeño mundo de la publicidad, corro mi miscrocopio hacia otro lugar (más precisamente sobre una prenda), en el que quizás podamos descubrir que «la eterna guerra contra las manchas» es mucho más que una expresión o un juego de palabras. Compruébenlo sino ustedes mismos con esta campaña ganadora del Grand Prix de Gráfica en Cannes (en el mismo 2007), que demostró que todavía hay cosas por hacer en la gastadísima categoría de productos quitamanchas.



«Ketchup», «Mayo» y «Soy sauce» «doesn’t have a chance», sostenía esta brillante campaña de Saatchi & Saatchi Nueva York para Tide Ultra. Imprescindible agrandar las piezas para poder apreciarlas en su obsesiva meticulosidad de resolución.

 
Y hablando de microscopio, recuerdo una noticia que leí no hace mucho tiempo. Era de caracter científico, por lo cual, en apariencia, no tendría absolutamente nada que ver con todo esto… Sin embargo, en este espacio intento desmostrar todo lo contrario, y creo que el inquietante titular Los seres humanos somos un 90 por ciento bacterias tiene mucho más sentido en este contexto de lo que parece.

A pesar de este dato cientítico, hay muchas pruebas de la grandeza de este aparente cúmulo de bacterias que somos los seres humanos. Dicen que para muestra basta un botón, pero en este caso, ¡es una aguja! El artista Willard Wigan, al igual que Tom Cruise y tantos otros, superó a fuerza de voluntad y talento su problema de dislexia para terminar convirtiéndose en un inmenso artista. Vale la pena conocer sus obras (literalmente) microscópicas.


Willard Wigan con una de sus cautivantes y casi imposibles creaciones.

 
Para cerrar, vuelvo a la animación e invierto el proceso, siendo ahora nosotros los observados, para recordales ese gran final de Men in Black (1997) que nos muestra con gran humor e inteligencia el lugar que probablemente ocupamos en el universo.


¿La galaxia? No se sabe: el final de la primera «Men in Black» dejaba a los espectadores con un verdadero intríngulis.

 
¿Qué pequeña asociación hizo tu tremenda cabezota esta vez? ¡A linkear se ha dicho!

 

★★★★★★★ TLOTL

 
 

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