De la Universidad Austral a la competencia internacional de L’Oréal: «Pusimos todo de nosotros y dio sus frutos»

(ARGENTINA) – El grupo de Sol Curet, Malena Fiorito y Ramiro Pratto se armó para participar en Brandstorm, el concurso estudiantil de innovación que organiza la compañía líder del mercado de belleza. Después de muchísimo trabajo virtual y a distancia, recibieron la noticia de que su propuesta quedó entre las mejores de todas las recibidas a nivel mundial. Con una participación de más de 45.000 inscriptos, su logro del fue reconocido por un jurado de notables profesionales en una premiación en vivo, y por el equipo local de la marca que ya está en contacto con ellos para ayudarlos a dar sus primeros pasos profesionales. ¡Conocé más de su experiencia y aprendizajes abajo!


Sol, Malena y Ramiro: los tres estudiantes argentinos que llegaron al podio en Brandstorm.

 
2020 forzó a todo el mundo a encontrar nuevos pasatiempos en casa mientras se espera que la situación sanitaria global de tregua. Mientras que muchas personas retomaron lectura y series que habían quedado en el camino, otras se animaron a la creación de contenido, a tomar diversos cursos virtuales, a descubrir nuevas formas de ejercicio puertas adentro, y mucho más. Aunque si de repente aparece una competencia como Brandstorm, el pasatiempo se puede volver encontrar una solución innovadora para una de las empresas más grandes del mundo.

Si ese nombre no te suena, prestá mucha atención. Se trata de la competencia estudiantil impulsada por L’Oréal donde estudiantes de cualquier carrera en docenas de países deben proponer ideas en base a una problemática que pueda resolver dicha compañía. ¿El premio? La posibilidad de realizar un programa de pasantía en L ́Oréal y Station F, el campus de start-ups más grande del mundo. Pero llegar a eso no es algo de un día para el otro, si no un proceso largo con meses de presentaciones y etapas de juzgamiento para asegurar que los equipos más destacados verdaderamente estén presentando algo con todo el potencial de impacto positivo a nivel ambiental, social y comercial. Una tarea para la que no cualquiera está preparado, pero que afortunadamente enfrentaron con mucho ánimo Sol Curet, Malena Fiorito y Ramiro Pratto.

Los estudiantes de la Universidad Austral, cursando la carrera de Comunicación Social, conocían la actividad y decidieron hacer el mayor esfuerzo posible para conquistarlo. Meses de calls y trabajo después afilando su talento, llegaron al segundo puesto mundial de la competencia con su proyecto Vanishing Packaging. Contaron con mentores que acompañaron su camino de participación, pero las ganas y las horas silla fueron de ellos como equipo para llevar al país al podio de la competencia por primera vez en su historia. Sin duda se puede decir que no se movieron de casa pero llegaron lejísimos.

PRIMER BRIEF: Arranquemos charlando de su carrera, Comunicación Social. ¿Qué les dio interés para elegirla?
Sol Curet: En un principio, cuando tuve que elegir que iba a estudiar, había hecho una lista de las carreras que me gustaban y entre ellas se encontraban Periodismo, Publicidad, Letras, Diseño…Me había decidido por Publicidad cuando un amigo me recomendó que investigase Comunicación Social. Tenía un mix de todo lo que quería e incluso cosas que no pensé y me terminaron encantando.
Malena Fiorito: Desde que me acuerdo, siempre fui muy creativa y, sobre todo, curiosa; pero cuando me enfrenté a la decisión de elegir una carrera, me parecía algo imposible. La idea de solo estudiar Periodismo, Relaciones Internacionales o Economía, y dejar de lado al resto, me preocupaba muchísimo. En Comunicación Social encontré esa amplitud y gama de posibilidades que tanto necesitaba y consideraba clave para poder desarrollarme profesionalmente.
Ramiro Pratto: Elegí estudiar Comunicación Social porque es una mezcla de todo lo que siempre me gustó: leer, escribir, el cine, el periodismo, y más. Me atrajo el hecho de que sea una carrera tan amplia y con tantas salidas laborales.
MF: Hasta el día de hoy, lo que más me gusta de la carrera es eso; la idea de saber un poco de todo. Creo que es una herramienta profesional sumamente distintiva y congruente con el futuro cercano y el desarrollo de la economía gig. Tener la posibilidad de trabajar en marketing, cine, en una redacción o desarrollando un producto, entre otras infinidades de posibilidades, me parece único.
RP: Sí, es una profesión muy dinámica y que te exige estar siempre al día y actualizado.


Creada hace 28 años, Brandstorm de L’Oréal se ha convertido en una competición enorme con estudiantes participantes provenientes de 65 países, quienes cuentan con un periodo de seis meses para idear un concepto y trabajar en su viabilidad.

 
PB: ¿Y Brandstorm? ¿Cómo decidieron participar del concurso?
MF:
Todo empezó cuando dos representantes de L’Oréal fueron a presentar la competencia a la universidad.
RP: Apenas terminó la presentación nos miramos con Male y Sol, y en un segundo acordamos anotarnos.
SC: Para el recreo ya nos habíamos inscripto. Si perdíamos, era experiencia y si ganábamos, podíamos viajar a París para la internacional. Para nosotros nació como un juego. Un desafío para hacer con amigos. Desde esa instancia todo el resto del proyecto lo hicimos 100% a través de Zoom.
RP: Somos muy amigos los tres y siempre nos gustó trabajar juntos. Obviamente nos atrajo la idea de participar por un viaje a París y la experiencia en sí, pero la verdad es que nos anotamos porque nos divertía, porque era un desafío nuevo.
MF: Desde la primera reunión en adelante fueron más risas que trabajo. Es más, el nombre del equipo lo elegimos el último día que nos vimos en persona, antes de la cuarentena, y dijimos ”pongámosle Gamma que es la tercera letra del alfabeto griego, total después lo cambiamos”. Cuando nos dimos cuenta, ya estábamos en la semifinal.

PB: Sabemos que la consigna este año era diseñar nuevas soluciones de negocio que redujeran o eliminaran del uso de plástico. ¿Ese era un tema que ya conocían o tuvieron que investigar mucho?
MF:
¡Tuvimos que averiguar muchísimo! Personalmente, nunca había trabajado de primera mano en temas relacionados a la sustentabilidad. Pasamos horas buscando información sobre diferentes posibilidades.
RP: No teníamos casi ningún conocimiento técnico y competíamos contra ingenieros, biólogos y químicos, así que tuvimos que aprender mucho por cuenta propia para estar a la altura, para conocer los materiales posibles y la viabilidad de las soluciones.
MF: Cada etapa de la competencia tuvo diferentes momentos de búsqueda Antes de la semifinal tuvimos que armar la propuesta, entonces indagamos sobre los posibles materiales. Para la semifinal y la final nacional buscamos información más relacionada al mercado actual y a la logística de manufacturación. Para la final internacional averiguamos sobre el mercado del consumo de shampoo y sus diferentes modalidades dependiendo el ingreso económico. Si hay algo que me quedó de todo lo que investigamos, es que hay muchísimas formas de reducir y hasta eliminar el uso del plástico, y que algunas opciones son hasta más económicas.

 
PB: ¿Se puede contar de qué iba la idea que enviaron?
RP: Nuestra propuesta fue empezar a vender el shampoo en cápsulas hidrosolubles, para eliminar el uso de las botellas de plástico. Cada cápsula de shampoo estaría hecha de un material que se disuelve bajo el agua de la ducha, por lo que no habría ningún residuo y el contenido se podría vender en la dosis justa.
MF: A la vez, vendrían adentro de un packaging hecho de papel de arroz el cual es impermeable, autosostenible, grueso y, sobre todo, orgánico y biodegradable. Esta propuesta es 100% plastic-free y sumamente económica.
SC: En tutoría nos marcaron la realidad de que en países como India o Filipinas el shampoo se vende en sachets de un solo uso, que no son reciclables, por el bajo costo. Solo en Filipinas en un año se usan tantos que el residuo alcanza para cubrir el piso de toda su capital el plástico. El proyecto buscaba ser una solución tanto para los países desarrollados como en desarrollo y así lograr un impacto realmente significativo.
MF: Contamos con la ayuda de L’Oréal Argentina que nos mentorearon y ayudaron a crear el proyecto que presentamos en la final. Su expertise nos dio otra mirada sobre el mercado, la logística y la forma de venderlo que nunca se nos hubiera ocurrido a ninguno de nosotros tres. Para la última etapa ya estábamos súper seguros de nuestro proyecto.

PB: ¿Y cuando se enteraron de su puesto en el podio? ¿Y la premiación? Porque una cosa es que se haga en un evento, con mucha gente, y otra seguramente es hacerlo de manera virtual.
SC:
Hace poco me enteré que virtual significa “Que solamente existe de forma aparente y no es real” y ciertamente así se sintió. Estaba compitiendo con personas de todo el mundo, pero en realidad estaba en mi cuarto. Fuera del viaje a Paris, la parte de la experiencia que más me faltó fue poder abrazarnos en esos momentos de festejo.
RP: Estábamos ganando un premio internacional pero cada uno estaba en su cuarto, ¡recibiendo el premio a través de la cámara de la computadora! Obviamente, el hecho de que la final fuera online le sacó mucha adrenalina y emoción; más que nada porque, si no fuera por el coronavirus, la final habría sido en París; pero una vez que caímos en la cuenta de la magnitud del segundo puesto no lo podíamos creer.
MF: Me acuerdo que cuando dijeron que habíamos entrado en el podio, lo sentí completamente irreal… estaba en mi cuarto, pero hablando con París. No entendía la dimensión. Un par de horas después de que termine la competencia, tuvimos un call con el grupo de L’Oréal Argentina y nos contaron que Argentina nunca había llegado tan lejos, y ahí nos cayó la ficha un poco más. Personalmente, terminé de caer unas semanas después cuando tuvimos una reunión con el CEO de L’Oréal Argentina e hizo hincapié sobre la importancia del Brandstorm y de lo que habíamos logrado.
SC: Haber llegado al podio y ya de por si haber representado al país nos llena de orgullo.

PB: ¿Cómo sigue el año para ustedes? ¿Siguen estudiando? ¿Trabajando?
SC:
Seguimos estudiando, todavía nos falta todo el 2021 para el egreso. Male está en Marketing para el área de Hair Care de L’Oreal, que fue el foco de nuestro proyecto justamente.

PB: ¿En serio?
MF: Hace poco tiempo, me contrataron en L’Oréal como pasante de marketing. Estoy feliz de poder poner en práctica todo lo que vimos en el Brandstorm y verlo reflejado en el mercado real. Rami y Sol están esperando que se abran las vacantes en el sector de Comunicación Interna y Externa, ¡así que en breve los contratan!

PB: Y para cerrar, ¿cuál es la principal enseñanza que se llevan de Brandstorm?
RP:
Va a sonar cliché pero es real y nuestro caso lo prueba: no importa si parece que corrés con desventaja, si ponés todo de vos podés llegar muy lejos. Nosotros, al ser estudiantes de Comunicación, no teníamos ningún conocimiento de materiales, de la industria y producción del plástico, de sustentabilidad o de finanzas. Tuvimos que sentarnos y aprender todo por nuestra cuenta. Hacíamos videollamadas de varias horas tres o cuatro veces por semana, sin dejar de lado la facultad. Además, muchos países no estaban en cuarentena, por lo que algunos competidores de otros países contaban con impresoras 3D para hacer prototipos, con laboratorios universitarios para testear sus ideas, etc. Todos nuestros prototipos fueron caseros, simples pero con mucho amor. Realmente pusimos todo de nosotros y dio sus frutos.
SC: Uno puede llegar mucho más lejos de lo que cree posible. Si hay predisposición todo se logra. Incluso en plena pandemia y cursando pudimos llevar a cabo este proyecto del que me llevo muchos lindos recuerdos.
MF: La principal enseñanza que me llevo es que si te lo tomás como a un juego, todo es más fácil. Y, obviamente, todo es más fácil si tenés la suerte de tener amigos como Rami y Sol.

 
 

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