(ARGENTINA) – Gus Machado es un creativo brasileño viviendo en la Argentina, donde ha pasado por Ponce Buenos Aires y Dentsu Aegis Network como director de arte. En Brasil, desde 2007, trabajaba como redactor, y por eso ahora se arriesga a escribir en castellano. Pero no sobre publicidad. Sobre eso ya hay mucha gente buena escribiendo. Prefiere escribir sobre la bravura del proceso creativo y el universo cultural alrededor de eso. En la nota de hoy, Gus indaga sobre la latente obsesión de la sociedad por las películas de superhéroes, y por qué deberíamos buscar las historias de nuestras próximas creaciones en la realidad. Como siempre, una súper-nota: imperdible.

Algunas películas que, desde los insights de la realidad, resultan fantásticas: la trilogía de los colores (Blue, White and Red), de Krzysztof Kieślowski; la trilogía Before Sunrise, Before Sunset y Before Midnight, de Richard Linklater; Transparent, de Jill Soloway; y Boyhood, también del genial Linklater.

 
POR GUS MACHADO
Estudió en la Universidad Tiradentes y en Brother Buenos Aires
Redacción especial para PB

 
Una noche oscura. Padre, madre y hijo. Una familia de alta clase social vuelve de un teatro y, cuando pasan por un callejón sospechoso, son abordados por un criminal. El personaje, con una pistola en manos, pide a la mujer que le entregue las joyas. La escena se desarrolla en una secuencia de movimientos bruscos que culminan en disparos. Al piso caen los dos adultos. En el medio queda un huérfano de nueve años, cara a cara con el asesino de sus padres. En pánico, los dos únicos protagonistas de la violencia toman caminos distintos. Uno quedaba destrozado en el piso. El otro, con el arma del delito, sale corriendo en la dirección opuesta.

Poco más de una década después, Gotham City, la ciudad donde se dio el crimen, tiene un nuevo vigilante. El chico, Bruce Wayne, obsesionado con la trágica muerte de su familia, sale a buscar venganza vestido con un poco convencional atuendo, inspirado en un murciélago.

En el mundo real —donde la violencia quizás es un poco menos colorida— la historia del joven Wayne tendría resoluciones diferentes. Vestirse como un animal y buscar la venganza con sus propias manos luego de sufrir un estrés post-traumático no llevaría a Batman a la cima de un rascacielos, sino al diván de un psicólogo, donde, sin disfraces, Bruce buscaría exorcizar sus enemigos: trabas y pensamientos obsesivos, no más Joker, Bane o Penguin.

Es otra historia, menos fantasiosa pero igualmente interesante y merecedora de ser contada.

Hace una década que el medio audiovisual llevó a la cultura pop una mitología que antes sobrevivía en las páginas de los cómics. Y un nuevo publico, en su mayoría ajeno a la historieta, empezó a idolatrar vigilantes enmascarados. Desde 2001, cuando las únicas películas de superhéroes razonablemente exitosas eran las de la franquicia X-Men, hasta 2015, cuando series de televisión como Gotham y Daredevil expanden el universo narrativo de sus historias fuera de la pantalla grande, la cultura popular vio crecer, con la velocidad de Superman, su interés por esa realidad fantástica.

El enamoramiento por los super-poderes y super-villanos tiene sus razones. Algunos atribuyen ese fenómeno a la supuesta crisis de originalidad de Hollywood y a su recurrente salida en generar películas en serie. Otros creen que el éxito comercial de franquicias como Harry Potter y El Señor de los Anillos llevó a las productoras y al público a la fantasía. Algunos periódicos de cultura creen que esa tendencia se dió por el poder que estas historias tienen de trazar paralelos entre la fantasía y nuestra conflictiva realidad social y política desde un lugar seguro.

Por mi parte, creo que el hecho de que vemos cada vez más hombres y mujeres vestidos con ropas ajustadas cagándose a palos en escenas con sangre, explosiones y una cantidad descomunal de efectos especiales, tiene que ver con todas estas razones y con otras tantas más.

En un documental brasileño sobre la mirada, Janelas da Alma (Ventanas del Alma, 2001) el director de cine alemán Wim Wenders nos da una muy buena explicación por la cual cada vez más nos gustan historias tan llena de hipérboles: “Tenemos demasiadas cosas estos días. La única cosa que no tenemos es tiempo. Mucho de todo esto te anestesia, y el súper-flujo de información de hoy en día significa básicamente que estamos perdiendo la capacidad de prestar atención. Somos incapaces de ser tocados por las imágenes, y hoy las historias tienen que ser extraordinarias para tocarnos porque ya no somos capaces de ver las historias sencillas».

Personalmente no me gustan tanto las “historias extraordinárias” de las cuales habla Wenders, aunque alguna que otra vez me engancho con alguna. Pero no te hice leer hasta acá solo para criticarlas. Lo hice para invitarte a poner tu mirada en las historias sencillas. Mis héroes favoritos difícilmente salen en más de una película, nunca tienen súper-poderes y pueden tener cualquier apariencia física. Pueden ser tu madre, o mi tío. Puede ser un viejito que se cree que ganó un millón de dólares porque le llegó una publicidad bajo la puerta, como en Nebraska (2013) o una nena de una familia disfuncional que vá de viaje con todos sus parientes para participar de un concurso de belleza infantil en otra ciudad, como en Little Miss Sunshine (2006).

Sí. Como ya te habrás dado cuenta, esta nota es una lista de películas disfrazada, pensada para que descubras lo fantástico contenido en la aparente simpleza de la realidad. Es de la realidad, esa misma donde habitamos todos, que sacamos observaciones (o los insights) para nuestras historias, pequeños dramas cotidianos, algunos de los cuales todos los seres humanos compartimos: la alegría de un reencuentro, la pérdida de alguien, el descubrimiento de una nueva amistad, el enamoramiento, el viaje transformador, la añoranza, el enojo hacia alguien muy presente en tu vida, pequeños logros o retos diarios.

Son cuentos con los cuales nos identificamos todos. Pero no es fácil contarlos. Para darnos cuenta de estas micro-odiseas, las cuales enfrentamos como los micro-héroes anónimos que somos, es necesario estar atento (no por nada, muchos profesores de escritura creativa te recomiendan ir a un lugar publico con un cuaderno a observar las personas).

El diseñador de videojuegos, Will Wright, cuando cuestionado por los medios sobre si la gente se interesaría por su proyecto, The Sims, dijo que la realidad se vuelve completamente interesante si le das la mirada correcta. Su simulador de vida real, un juego sin dragones ni enemigos tratando de dominar el mundo, se convertiría en uno de los más exitosos videogames de todos los tiempos.

La mirada correcta se trata de tener la sensibilidad para encontrar un héroe en la cola del supermercado o adentro de un colectivo lleno de gente, y la sensibilidad para contarle la saga de estos héroes a otras personas, tan comunes como los protagonistas.

Cuando mis amigos preguntan cuál es mi héroe favorito, y no aceptan que diga que es el señor dormido en el colectivo, yo les digo que Batman. Pero no solamente porque es un adinerado sin superpoder alguno en un traje ridículo, sino porque ser un adinerado sin superpoder en un traje ridículo lo hace un poco más humano que todos los otros super-héroes, lo me hace imaginar la única película del hombre murciélago que realmente me gustaría ver: una en que él, en su traje de Bruce Wayne, sentado adelante de un psicólogo, atravesara toda su vida, sesión tras sesión, buscando la cura para un enemigo que nos amenaza a todos; el peso del pasado.

Para los que que quieren incursionar en la “realidad” y las formas de contarla, les dejo una listita más formal. Casi todos son cortitos y valen mucho la pena ver:

Happy Fucking Birthday (Sam Boyd, 2014, 08:28)

Happy Fucking Birthday from Sam Boyd

In a Relationship (Sam Boyd, 2015, 19:05)

In a Relationship from In a Relationship

LoveStories – Chapter One: Bo (Caroline Koning, 2015, 02:24)

LoveStories – Chapter One, Bo from Caroline Koning

En Terapia (TV Publica Argentina, 2012 – 3 Temporadas)

En Terapia, serie de la TV Publica Argentina.

Janelas da Alma (João Jardim, Walter Carvalho, 01:12:43, 2001)

El peligro de la historia única (Charla TED, Chimamanda Adichie, 2009)

«El peligro de la historia única», de Chimamanda Adichie para TedxTalks.

Foutaises (Jean Pierre Jeunet, 1990, 6:53)

«Fountaises», de Jean Pierre Jeunet.

La lista es aún mas grande, así que si les gusta y quieren más sugerencias, o quieren agregar alguna más que tienen en sus propias listas, les dejo mi twitte,r @gus88 y mi mail, gustavomachado@me.com