Martina Fontana, de Brother Buenos Aires: «Las ganas y el trabajo son la clave»

(ARGENTINA) – ¿Qué mejor que un estudiante para hablar sobre su escuela? Este martes, Brother nos trae una nueva voz: Martina Fontana, alumna del curso Spring Break (de cuatro meses de duración), cuenta sus experiencias durante la capacitación y cómo siente ese universo creativo desde sus zapatos.


Martina: «Sigo yendo a la escuela porque no sólo me queda mucho por aprender, sino que todavía tengo mucho que devolverle».

 
POR MARTINA FONTANA
Estudiante en Brother Buenos Aires
Redacción especial para PB

 
Apenas terminé la facultad, por alguna red social vi que empezaba un nuevo curso en Brother y me anoté casi sin pensarlo. Siempre dije que quería seguir estudiando; de lo que no me daba cuenta es de que estaba yendo a que me cambiaran la mente. Porque fue así: Brother me voló la cabeza.

Dar un curso de nueve meses en cuatro no es una tarea fácil, pero los profes pusieron una energía que clase a clase contagiaba ganas de trabajar, investigar, romper expectativas y llegar a lugares que nunca te hubieses imaginado. De repente comenzabas a darte cuenta de que estás pensando las cosas cotidianas de otra manera: los dibujitos que hacés impulsivamente al costado de la hoja empezaban a convertirse en gráficas y tu carpeta, a cobrar vida.

Personalmente fue todo un desafío animarme a levantar la mano para contarle una idea a alguien que sabe muy bien de qué se trata el interesante mundito de la publicidad. Aunque, a diferencia de lo común, estaba sentada alrededor de la mesa como cualquier alumno. Me escudaba bajo la clásica frase «esto una mierda» y, omitiéndola, los profes encontraban el potencial de la idea o, de muy buena manera, daban un consejo de por qué no funcionaría (¡gracias por confiar!).

Al principio no entendía, pero después me di cuenta de que tiene mucho más valor ese esfuerzo que si lo hubiese logrado de una. Y de eso se trata esto: las ganas y el trabajo son la clave para mejorar.

En Brother Spring Break me divertí, conocí a personas muy buena onda y de muchos países, conseguí armar dupla y, entre los dos, una carpeta consistente que no sólo nos llevó a estar trabajando tres meses después en una agencia importante, sino que además uno de esos trabajos que empezó como un comentario al pasar en el balcón de la escuela llegó tanto a producirse profesionalmente como a viajar a Cannes. A su vez, empezamos a sacar nuestros propios avisos reales y llegamos a participar del Young Lions, como competencia de duplas que hace rato están metidos en este lío.

Para mí, Brother fue un camino de ida. Sigo yendo a la escuela porque no sólo me queda mucho por aprender, sino que todavía tengo mucho que devolverle.


Spring Break, curso de primavera de Brother Buenos Aires.
 
 

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