El estudiante y la pared

(URUGUAY) – Ganadora de uno de los talleres del Círculo Uruguayo de la Publicidad —el correspondiente a la agencia Punto Ogilvy—, Stephanie Espíndola —estudiante de la Escuela de Creativos Publicitarios del Uruguay— se pregunta con picardía cuánto hay de merecimiento y cuánto de aprovechamiento del momento y del contacto en ese ansiado paso que es el ingreso al primer trabajo.


Espíndola: «Así que los que no entraban a clases y charlaban con la gente, ahora están en una agencia y vos, golpeando la puerta y pidiendo una oportunidad de demostrar lo que sos». (Foto: gentileza SE)

Uno sale de la Facultad y cree que se lleva el mundo por delante. Luego observa cómo el título que tanto le costó no tiene el mismo valor que antes. Y comienza a hacer otras cosas, para potenciar o para sentirse mejor profesional. Se anota, por ejemplo (y como hice yo), en la Escuela de Creativos, en cuanto curso / seminario / taller / foro / debate / libre movimiento sobre el tema exista y esté en sus posibilidades económicas.

Pero eso aún no alcanza, uno tiene que tener contactos, porque así se maneja el mundo de hoy, por contactos, pero ¡¡¡la Facultad te consumió la vida social!! Así que los que no entraban a clases y charlaban con la gente, ahora están en una agencia y vos, golpeando la puerta y pidiendo una oportunidad de demostrar lo que sos. Pero no te conocen. Entonces comenzás a agregar gente a Facebook / Twitter / Google+ / todoloqueseleparezca y comenzás a subir trabajos. Ahí capaz generás algunas posibilidades más, pero no te asegura nada. Incluso vas a tener que soportar charlas de personajes que dicen “chicos, prendan el motor de la publicidad, acá sólo se contrata esa clase de persona”, y vos gritando internamente “yo lo tengo… ¿acaso me vas a contratar?”.

Luego podés anotarte a Talleres como los del Círculo de Publicidad. Ahí ves cómo un montón de personas de “agencia” te miran, te analizan, esperan algo GENIAL de vos, incluso reconocés algunas caras que abandonaron la Facultad y te miran como diciendo “sí, observá lo cool que soy”. Otros, buscando potenciales, te escuchan, te ayudan… nervios… muchos nervios. Escuchás las presentaciones de los otros, analizás sus fortalezas y debilidades, las comparás con tu idea y uno genera un margen de posibilidades.

Ganaste un taller, por lo menos tu nombre por una semana estará sonando en la red. Bendito sea y siga así.

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