(ARGENTINA) – Anoche, en el cierre de la primera noche del Superschool que Brother organiza en Buenos Aires, el director general creativo de OgilvyAction Buenos Aires respondió qué busca él cuando entrevista candidatos a trainee.

La dilatada trayectoria de Silvio Panizza —en agencias de la Argentina, de España y del mercado hispano de los Estados Unidos— quedó de manifiesto en una presentación que fue más una charla de amigos que una conferencia. (Foto: PB)

«¿Qué esperás de un candidato a trainee o de un estudiante que se sienta delante de tu escritorio en su primera entrevista de trabajo?», le preguntó un asistente anoche, en la charla de cierre del primer día del Superschool 2011 que organiza la escuela de creativos Brother en el barrio porteño de Palermo, a Silvio Panizza, director general creativo de OgilvyAction Buenos Aires.

«Compromiso —fue la primera palabra que surgió de los labios del publicitario—. Respeto por lo que hace. Una especie de amor por esto».

Tras arrojar esos tres primeros conceptos casi a modo de título de su siguiente «párrafo oral» —con su estilo plagado de largas pausas y guiños cómplices para un auditorio que los degustó casi como un modo de sentirse en confianza con alguien que, habitualmente, resulta casi inalcanzable para estudiantes de publicidad—, Panizza soltó algunos conceptos más claros y jugosos de su postura frente a un joven que se sienta frente a él con su carpeta de trabajos.

«Hay una especie de cinismo que no me convence. El camino fácil es la falta de compromiso, justamente. Hasta hay agencias que trabajan de ese modo, sin compromiso: no es algo exclusivo de los estudiantes. Agencias que no se comprometen con las marcas, que no le hablan a la gente desde el compromiso. ¿Cómo percibo ese compromiso? Diría que es algo casi extrasensorial. No podría explicar cómo».

«Tocados por la varita mágica hay tres: Marcelo Burgos, Carlos Bayala y alguno más. Los demás somos laburantes, no tenemos ningún talento. Lo nuestro es justamente el compromiso: de eso depende que lleguemos o no. Cualquiera puede ser un publicitario exitoso: con trabajo y compromiso, se llega. Como me pasó a mí, que no tengo ningún talento innato».

«En una carpeta, lo primero que valoro es la versatilidad, el manejo de herramientas. Que demuestre que su autor es capaz de pensar por sí mismo y que puede llegar a resultados distintos por caminos distintos. Que entienda que no es lo mismo Goodyear que Coca-Cola: una se pone en un auto, la otra se toma».

«Si son buenas, acepto que en una carpeta se incluyan cosas no publicitarias. Claro, lo difícil es definir qué es bueno y qué no. Porque el material a veces es muy personal, y a su autor le dice cosas que a mí no. Pero bueno: una buena carpeta es como una campaña, un aviso de su autor, y tiene que demostrar que quiere que lo compren».