Apple, o el gran desafío del lovemark

(ESTADOS UNIDOS) – Tanto la salud de un gurú tecnológico como la gestión de un monstruo empresarial está en la cúspide de nuestros pensamientos de hoy, y no tanto nuestra concepción sobre el mercado global de la tecnología, si no la forma en que muchos percibimos a Apple.


El iPhone es algo así como el smartphone de los que amamos alimentar a nuestro niño interior.

 
POR AURORA MONTES
De la redacción de de PB
(Foto: Paulo Eduardo da Fonseca)

 
En 2004, a Steve Jobs le fue detectado un cáncer poco común conocido como tumor neuroendocrino pancreático. A pesar de su enfermedad, ha seguido hasta hace unos días como director ejecutivo de Apple, puesto que ha dejado recientemente a su mano derecha y amigo Tim Cook.

Está situación plantea un desafío gigante para los sucesores de Jobs, que además de gestionar una empresa de tales dimensiones, deben mantener la imagen que ha sido creada en los últimos 25 años. Esta imagen vale más que mil palabras y nos gustaría traducirlo como «el gran desafío del lovemark«.

Lovemark es un concepto creado por la agencia global Saatchi & Saatchi, y más precisamente, por su CEO Kevin Roberts. En su sentido más explícito se refiere a una marca que amamos, una marca sin la cuanl uno no concibe a su vida cotidiana y con la cual uno se maneja constantemente. Aquí entran el iPhone, como smartphone para los que amamos alimentar a nuestro niño interior, o el iPod, para los melómanos que no pueden salir de casa sin ponerles un soundtrack a sus vidas; e incluso las computadoras Mac, que una vez en nuestras manos aceleran los distintos procesos de diseño y nos atan a su uso.

Las generaciones que hasta ahora hemos descubierto los infinitos beneficios que proporcionan los productos Apple ya tenemos este concepto incorporado y estamos al día con sus múltiples usos, que ya se han convertido en necesidad. Pero aquellas que todavía se están introduciendo en el mundo de la tecnología no conocen la precisión y rapidez de estas máquinas. He aquí el gran desafío de Cook: cuenta con muchas herramientas que le han dejado servidas en bandeja —podríamos considerar a Pixar y su cercanía con los niños como una—, pero sólo con una impecable estrategia podrá mantener el barco a flote.

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