«Dormir poco y soñar mucho»: una emotiva carta de un estudiante de publicidad a sí mismo

(ESPAÑA) – Alejandro Álvarez es un estudiante como cualquier otro. Más allá de su currículum, que actualmente lo define como estudiante de la Miami Ad School Buenos Aires y redactor junior en Young & Rubicam de la misma ciudad, la historia de Alejandro tiene elementos con los que todos nos podemos identificar: se enamoró de la publicidad y de su mundo, allá por su España natal, e hizo su camino hasta una escuela de creatividad. Alejandro es un estudiante como cualquier otro —por lo que quizás esta carta también sea para vos—, pero a la vez, sin lugar a dudas, es único.

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«¿Creativo publicitario? No todo el mundo puede trabajar de eso…», se escribe Alejandro Álvarez (aquí fotografiado por la Miami Ad School Buenos Aires el día de su presentación) a sí mismo.

 
(Esta carta va dirigida a ese joven que un día se dijo: “¿Y si estudio publicidad?).

Querido Alejandro, tú que dudas sobre la publicidad, que no sabes qué estudiar ni dónde y dudas sobre tu siguiente paso. Esta carta es para ti: soy Alejandro. Y no, no hemos madurado, seguimos siendo igual de idiotas, pero esta carta podría serte útil a ti o a cualquiera en tu situación.

Te lo avisaron y no hiciste ni caso:

«¿Creativo publicitario? No todo el mundo puede trabajar de eso…».

Menos mal que no quisiste oírlo, porque era completamente verdad. Tranquilo, no me refiero a que esto esté reservado a esos grandes talentos tocados por la varita mágica, que también los hay y ya les envidiarás, sino a que tendrás que estar dispuesto a dormir poco y soñar mucho. Te aviso que dejarás muchas cosas atrás, que trabajarás ideas que se quedarán en el aire, que te enfadarás y te sentirás inútil, que trasnocharás, tomarás café y buscarás inspiración hasta en su espuma, pero tranquilo de nuevo, eso no importa. Seguirás hasta conseguirlo porque tienes lo más importante y necesario: hambre y ganas de morder —no las perdamos nunca—.

Y es que, sin dudas, esa es la parte positiva y la que da valor a todo lo que sueñas de este sector: las cosas llegan para quien las persigue. Porque, en mi humilde opinión, la publicidad es uno de los sectores en los que más se puede disfrutar de un logro; la incomparable sensación de encontrar un insight, la de trabajar en algo que puede generar cosas a las personas, o la de ver acabadas ideas en las que pusiste tu granito de arena o tu montaña de pensamientos. Incluso es genial esa preciosa sensación de envidia (in)sana que te provoca ver algo bueno hecho por otra persona. Y eso por no ponerme en la piel de quien acaba levantando un León o cualquiera de sus semejantes. A la publicidad, o la amas o la odias. Ámala bien cuando se deje.

Y de verdad que entiendo tus miedos: ya pasé por ellos. Estudiaste cuatro años y sientes que eso no te acercó a lo que querías ser; quizás incluso estás trabajando de algo que no te gusta y envidias cada cosa que lees de este sector. El cambio está en tu mano; o mejor dicho en tus pies: da el paso y entra en esa escuela. No sé si te llamará la atención su color rosa, su nombre exótico y estadounidense, sus ideales, el éxito de sus exalumnos o la familia que forman sus estudiantes, pero todo es cierto.

Porque hasta que no cruces sus puertas no entenderás que aquí los profesores se convierten en mentores al no tratarte como aprendiz, sino como futuro compañero y amigo. Porque para ser de los mejores tienes que aprender de los que ya lo son. Entenderás también que el nivel de exigencia es altísimo, pero porque tu yo de ayer es la vara a superar en cada trabajo; y te aseguro que te superarás y es precioso notar cómo en tu carpeta no sobreviven trabajos de hace un año, por lo extrema que es tu curva de aprendizaje. Sentirás los nervios de presentar a clientes reales y también saborearás el éxito al llegar a los asados de fin de quarter con sus respectivos Top Dog. Harás cosas reales y llenarás tu carpeta….

¿Carpeta? Olvidé mencionar eso: aquí te dan un diploma para tu familia, pero lo que de verdad te llevas es una carpeta llena de ideas que, si has cumplido tus exigencias, te abrirá las puertas de medio mundo. Un medio mundo que ya podrás haber empezado a conocer con sus intercambios. Un mundo que ya te habrás empezado a comer desde la Miami.

No pierdas nunca el hambre, pero empieza ya a comer.

Un abrazo,

 
Alejandro, el gallego
 
 

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