Contá conmigo, por Matías «Mackenzie» Quiroz

(ARGENTINA) – ¿Alguna vez te habías topado con un columnista que de pronto se ponga paternalista y protector con el personaje de una serie de TV? Pues bien, pasá, te presentamos a Mackenzie. Egresado de Under, redactor en la agencia digital Coupé Buenos Aires, ganador en Diente 2015 y, desde hace un tiempo, columnista de PRIMER BRIEF: Matías Mackenzie Quiroz te acerca mensualmente sus Mackenthings para contarte todas las cosas que vive y piensa acerca de la publicidad.

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Dice Mackenzie: «Desde El Llanero Solitario hasta Elliot, todos necesitamos de los demás para lograr lo que nos proponemos, e incluso para estar mejor (sobre todo Elliot)».

 
TEXTO POR MATÍAS «MACKENZIE» QUIROZ
Redactor de Coupé Buenos Aires
Redacción especial para PB

 
Uno siempre quiere ser primero. Uno quiere salir en revistas. Uno quiere ganar todos los premios. Uno quiere ser reconocido. Uno quiere que hablen de él. Que lo promocionen. Que lo llamen de todos lados. Que todos vean lo que hizo. Uno quiere ser el mejor. Uno. El publicista es de contar muy poco, empezar a hacerlo y colgarse. Rara vez avanza y llega a cinco, y aunque lo escuches decir diez, suele tener el foco puesto en uno: él. Y eso es muy curioso, porque esta industria que funciona tracción a ego, necesita que dejemos a un lado el nuestro para ser mejores. Que contemos con los demás. Pero culturalmente aprendemos que yo es más que nosotros, y que si hay un nosotros es porque estoy yo. Dedicamos revistas enteras a figuras, antes de darle tres carillas a algún equipo. El publicista se dice ateo, pero vive corriendo detras de ídolos. Personas que suelen hacer las cosas bien, pero en las que no habita más divinidad que en una manzana. Es más fácil oír de grande creativos que de grandes agencias: cuando nos hablan de grandes agencias es en el marco de la historia de algún gran creativo. Y desde hace un tiempo me pregunto, ¿es por ahí?

Ok. Siempre fue así y hasta ahora funcionó. Pero la publicidad está cambiando. Antes, alcanzaba con una campaña gráfica, o un comercial de radio, o uno televisivo, y sólo los más audaces hacían todo. Hoy, todo tiene que replicarse en todas partes. Tal vez ya no hablemos “tanto” de tele, pero sí de YouTube. Quizá no mucho de radio, pero sí de podcasts. Las gráficas son posteos y sus variantes. Hoy la comunicación, en muchísimos casos lisa y llanamente para ser efectiva, debe integrar todas las partes que componen el entorno digital. Y si la publicidad ahora es así, ¿por qué no el publicista? En una de esas, somos menos progresistas de lo que presumimos.

Poder trabajar en equipo, o pedir ayuda, muestra carácter, no debilidad. Compartir las victorias, corrernos del foco y parar ahí a otros que también se lo merecen (aunque creamos que en menor medida) no nos opaca, sino que expone lo mejor de nosotros. Y eso es admirable. Desde El Llanero Solitario hasta Elliot, todos necesitamos de los demás para lograr lo que nos proponemos, e incluso para estar mejor (sobre todo Elliot).

Contá conmigo. No es necesario que libres mil guerras solo, aunque puedas ganarlas todas. Vamos en la misma dirección. Queremos lo mismo: que te vaya bien. Crezcamos con la publicidad, para que la publicidad crezca porque lo hicimos nosotros. Para que haya un nosotros porque lo construimos juntos. Para que cuando hablemos de uno, nos refiramos a un cuerpo formado por todos. Contá conmigo.
 
 

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