El arte que quiso no ser cotizado

Arte en directo viene del término adoptado por las artes plásticas de performance art. Esta muestra escénica se creó como una búsqueda para no comercializar el arte, mediante el empleo de un concepto limitado por tiempo y espacio museístico, aunque también lo podemos encontrar en la calle de cualquier ciudad. Entre sus distintos objetivos se encuentran la provocación o el asombro, y como toda manifestación artística tiene un sentido estético. El arte en directo espera una reacción por parte del espectador.

Una de las precursoras de este movimiento fue la estadounidense Loie Fuller (1862 – 1928), bailarina que se concentró en los efectos lumínicos con resultados como “La danza de la Serpiente” filmada por los hermanos Lumière en 1896.

Durante las primeras vanguardias existieron numerosos artistas que llevaron a cabo performance dentro de los movimientos como el dadaísmo y el surrealismo. En los años 60 se retomó la performance debido a que existió una revisión de las primeras vanguardias. Encontramos el caso de Yves Klein con «Antropometría».

Ya entrando a la década de los 70, se produce la culminación del Arte Performance con la llegada de la artista serbia Marina Abramović, que durante 40 años se ha dedicado a llevar a cabo esta expresión artística. El trabajo de Abramović explora la relación entre el artista y la audiencia, los límites del cuerpo, y las posibilidades de la mente.

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