El diseñador que crea metáforas para explicar sensaciones inexplicables

(ARGENTINA) – Pablo Cristín, licenciado en diseño gráfico multimedial por la Universidad de Morón, lleva un tiempo conservando su anonimato —¡que aquí se quiebra, y con pedido de disculpas!— detrás de un proyecto que él mismo bautizó «Parado en el abismo»: pequeños libros con textos suyos e ilustraciones de Cecilia Torti, que van dejando al azar en lugares públicos, para que los transeúntes puedan encontrarlos, disfrutarlos y volver a dejarlos. ¿Querés entrar por un rato en el mundo onírico de un proyecto de inevitable éxito emocional?


En su Facebook, Parado en el Abismo va subiendo las fotos que le mandan algunos de sus fanáticos desde puntos lejanos, donde también dejan sus libritos.

 
POR JOSEFINA SALGADO
De la redacción de PB
(Fotos: Gentileza PC)

 
Algo gestual, impredecible. Algo espontáneo, casi irreal. Un agujero en medio de algo impenetrable. Eso somos.

Así se define Parado en el Abismo, metáforas para explicar sensaciones inexplicables: cuentos y textos de la mano de Pablo Cristín, 25 años, de Ituzaingó, licenciado en diseño gráfico multimedial por la Universidad de Morón.

Por ahora son dos los miembros del equipo: Pablo Cristín, quien escribe, y Cecilia Tuerquita Torti, quien hace las ilustraciones. Entre los dos fusionan los dibujos y los textos para dar con los diseños finales.

«La idea de escribir se fue dando paulatinamente. Primero empecé escribiendo algunas canciones que tocaba con una banda que tenía hace unos años, pero después se me ocurrió hacer un blog para descargar otros pensamientos, con la idea del abismo, que es un lugar donde no se siente, no se transmite nada, y no tiene una razón de ser en particular. A partir de que empecé a escribir, fueron surgiendo ideas y se fueron armando casi solas pequeñas secciones o clasificaciones de los textos».

Así nos explicaba Pablo como nació este blog (en 2008), que hace más de un año se ha convertido en pequeños cuentos, en forma de libritos tamaño A6 que son dejados en distintos lugares públicos, como colectivos, negocios, plazas, para que la gente los encuentre y se los lleve de forma gratuita, con una tapa que justamente suplica que alguien se lo lleve consigo.

También postales, calcos, y piezas coleccionables de diseño se encuentran en los espacios públicos para que tomen de sorpresa a quienes estén atentos para encontrarlos. No se trata de repartirlos en mano, como volantes publicitarios, sino que la idea de Parado en el Abismo es jugar con el azar y la sorpresa, y comenta haber tenido muy buena respuesta.


«Agarrame», «Llevame», «Leeme» y «Recogeme» son los cuatro títulos publicados hasta ahora, cada uno con bajadas distintas en tapa.

 
Una vez por mes hacen envíos gratuitos para aquellos que no estén cerca y deseen recibir los ejemplares, con la condición de que los dejen por su ciudad y si pueden, saquen fotos y las envíen para publicar en Facebook y, así, sumar al álbum ern el que se muestran los libritos en la ciudad. Hasta hoy se han hecho envíos a varias provincias, como Neuquén, Tucumán, Mendoza, y a varias ciudades del interior de Buenos Aires, y hay pendientes algunos envíos al exterior, a España, a Bélgica y a los Estados Unidos, entre otros.

Según comenta su creador Pablo, «la idea a futuro por ahora no es muy clara»: les divierte ir dejando libritos por doquier, seguir ofreciéndolos gratis, pero quizás más adelante exista la posibilidad de hacer un libro un poco más grande, que incluya los textos más viejos hasta los del momento y los que pueden venir, con grandes ilustraciones, que hoy por falta de espacio no se lucen.


Las «metáforas para explicar sensaciones inexplicable» nacen de modo bien concreto: a manos de una impresora casera.

 
Los escritos de Parado en el Abismo tratan un abanico muy amplio de temas, metáforas, sensaciones, sentimientos, como el odio, la tristeza, el amor y la desilusión, más crónicas de muchos sentimientos y situaciones vivibles. El más aclamado y leído es «La disolución de la tristeza» (ver recuadro al pie), que habla de cómo se transmite y divide la tristeza de uno mismo a los que lo rodean, para sentirse un poco mejor, para aliviar ese pesar. Está basado en una experiencia personal arriba de un colectivo. Sinceramente vale la pena leerlo.

Otro que también recibe muchas respuestas es Odio VIII (¡UOchou!), en el que se ven reflejadas distintas situaciones y momentos de odio que vive una persona, como cualquier otra en lo cotidiano.

Con esta información y los libritos dando vueltas al azar, no hay más que creer en las casualidades y esperar llegar hasta ellos y dejarse sorprender.


LA DISOLUCIÓN DE LA TRISTEZA
Por Parado en el Abismo, julio de 2011

«…Se dio cuenta que la estaba mirando, porque me agarró desprevenido, así que levemente sonreí, con una de esas sonrisas que sutilmente dicen «todo va a pasar… tranquila», por más que una muerte nunca pase, hablamos del mal momento, de la angustia y de la impotencia de ese instante en que no sabemos cómo reaccionar. Ella me entendió, y apretando los labios y casi dejando caer una de sus lágrimas, que por suerte se quedó pegada al ojo (una vez que una lágrima cae, todas las demás lo hacen casi por inercia) dejó sin querer, salir una leve, muy leve sonrisa que decía «voy a estar bien, gracias», en lo que me pareció un segundo eterno. Justo antes de que termine ese segundo, otro rayo de empatía me atravesó, y me sentí algo angustiado. Supe entonces, que ella me había traspasado un poco de su tristeza, muy poca, pero que le había servido para sentirse mejor. En un golpe de reacción, me di vuelta y bajé del colectivo, pensando muchísimo».

«Es así como la tristeza se disuelve con este entendimiento casi inexplicable. Uno la va pasando a distintas personas casi de imprevisto y sin querer, pero es que inconscientemente uno traspasa un poquito de su propia tristeza a los demás, diluyéndola así entre tal vez decenas de personas que logran conectarse con uno, para las que ese poquito sería casi inofensivo. Pero la tristeza no es inofensiva, ni en la unidad de medición más ínfima…».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.