Buenos Aires volvió al futuro

(ARGENTINA) – En una movida publicitaria que provocó una viralización popular inmediata, Leo Burnett Buenos Aires y Garbarino importaron de los Estados Unidos al mítico auto DeLorean y al actor Christopher Lloyd, que personificaba a su creador en la ficción, Doc Brown, en la saga Volver al futuro. ¿Pasaste por Cabildo y Juramento para ver en persona la famosa nave? PRIMER BRIEF estuvo ahí.


«Out a time»: quizás la patente más famosa de la historia del cine.

 
POR MAXI ARIAS
De la redacción de PB
(Fotos: Maxi Arias)

Hace apenas unos días, una noticia se expandió con una virulencia inusitada por todas las redes sociales luego de que se diera a conocer un video que mostraba a la máquina del tiempo de Volver al futuro , en un supuesto «boceto de comercial de TV», apareciendo de la nada en el medio de la avenida Cabildo y entrando sin más vueltas a un local de Garbarino, curiosamente abierto a las 3 de la mañana.

Luego del éxito logrado a principios de año por el reestreno en los cines argentinos de la película tras su 25° aniversario, la filial argentina de la agencia global Leo Burnett Argentina y su cliente Garbarino hicieron posible el sueño de muchos fanáticos de la serie: traer al DeLorean y al «Doc» Emmett Brown (en la piel real del actor que lo encarnaba, Christopher Lloyd) para una campaña publicitaria.


Cuatro vistas del fanatismo desatado por el auto gracias al cual Michael J. Fox alcanzó la fama mundial a mediados de los años 80.
 

Según fuentes oficiales de la empresa, el video —que no era el comercial terminado pero ya formaba parte de la campaña— fue reproducido más de un millón y medio de veces en la primera semana tras su «lanzamiento» en distintas redes sociales: una inteligente manera de llevar a la realidad el eslogan de la cadena número uno en venta de electrodomésticos: «El futuro está en Garbarino».

PRIMER BRIEF estuvo en el local de la marca en Cabildo y Juramento, en el barrio porteño de Belgrano, y pudo constatar y presenciar las reacciones de la gente, que en muchos casos iba específicamente a ver al auto; otros, los menos, se sorprendían al verlo tras la vidriera. Empleados que no quisieron darse a identificar contaron que “ya hasta las publicidades navideñas se realizaron”.

 

Es cierto que en 1985, 1989 y 1990, las tres películas de Robert Zemeckis acompañaban con imágenes bastante más impactantes la increíble música de John Williams, pero ¡algo es algo!
 

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