Andrea Herrera Borja, estudiante de la Miami Ad School: «No se trata de ser cool»

(BOLIVIA) – Hace un par de semanas te contábamos la historia de Cristiano Signore, un chico salido de Bariloche que viajó por todo el mundo gracias a la modalidad de los Quarters Away que tiene la Miami Ad School. Hoy es el turno de Andrea Herrera Borja, que desde Bolivia visitó lugares del mundo como México o Francia (¡ahora mismo se encuentra en París!). Qué aprendió, qué la motivó, y qué tiene para decir: todo en esta increíble entrevista. ¿Listos para leerla? ¡Vamos!

LA taza para creativos - DDB México
LA taza para creativos, en DDB México: uno de los lugares que Andrea visitó gracias a la modalidad de los Quarters Away.

 
 
ENTREVISTA POR DENIS VIVODA
Estudiante de redacción publicitaria en la Asociación Argentina de Publicidad
Especial para PB
(Fotos: Cortesía AHB)

 
—¿Cuáles son las ventajas de poder aprender publicidad a lo largo del globo?
Creo que el desarrollo de una buena idea no influye el lugar en el que te encuentres. He visto que en la publicidad, estés donde estés, los procedimientos son los mismos, quizás con algunas variaciones, pero la base es la misma: Insights.
Son estos, los que han enriquecido mis estudios. Gracias a la observación y a la oportunidad de conocer otros países, pude apreciar distintos comportamientos de las sociedades y también el modo en que la publicidad los encara de acuerdo a cada país, quizás con humor como en Argentina, con mucho más “respeto” como en Bolivia o en México, y bueno, estos meses descubriré como es en Francia.

—Ahora mismo estás en París: ¿por qué elegiste esa ciudad?
Fue una decisión en la que influyeron muchos factores. Entre ellos, el sacar del cajón el francés que hace años aprendí y ya era hora de practicar. Conocer esta preciosa ciudad y visitar muy buenos amigos que hice en Buenos Aires. Pero creo que el más importante, es el de tener la oportunidad de hacer una pasantía en Ogilvy París, y poder vivir un tiempo en una ciudad tan influyente al marcar tendencias, tan vanguardista y tan importante a nivel mundial.

—¿Qué contraste ves entre la escuela y la agencia? ¿Qué aprendiste en una que no aprendiste en la otra?
Primero, siempre pensé que estar en la escuela es como aprender a manejar. Es estar en un campo abierto; eres libre de ir por donde quieras, en la dirección que quieras, y si chocas, pues no pasa nada, ahí están los profesores que te ayudan a direccionarte, y así puedes chocar una y mil veces. Es más, estás ahí para eso, y la única consecuencia es que aprendes.
La agencia es estar en un tráfico real, con todo lo que eso implica. Y sobre todo tener siempre ese tipo de copiloto (cliente) que te dice cuándo, cómo y por dónde ir. Por lo tanto es saber encontrar el mejor camino entre ambos. Entonces caes en la realidad de la publicidad, y la entiendes y ya conoces las calles como un taxista y no sólo como un turista que conoce la parte “linda”.
Por otro lado, en la escuela, disfrutaba trabajar en briefs que me gustaban, que de alguna forma iban con mis convicciones; usar el poder del mensaje como herramienta para ayudar, para generar conciencia o algún cambio en el comportamiento en pro de la sociedad. Pero ya en la agencia debes trabajar en lo que venga (marcas multimillonarias que quieren seguir aumentando sus cifras) y poner en eso todo tu empeño. Entregar en los tiempos requeridos y dentro del presupuesto existente.

—¿Cómo te adaptaste al sistema de los ocho quarters con que la Miami Ad School plantea sus dos años de estudio?
El primer año no fue nada difícil. Cómo dediqué todo mi tiempo a la escuela fue bastante fácil adaptarme al sistema.
Ya el segundo es increíble por las posibilidades de trabajar y viajar, ¿quién no podría adaptarse a hacer lo que le gusta en distintos lugares?

—¿Qué ventajas le encontrás a ese método?
Al ser clases intensas de 3 meses, pues llevas una carga laboral importante que a la larga te ayuda a mantener el ritmo a la hora de entrar en una agencia y tener esto mucho más presente.
¡Viajar! Son tres meses que te permiten trabajar en agencias ya sea en el país en el que estés o salir a uno nuevo, y esto me trajo muchas ventajas y satisfacciones a nivel profesional como también personal.
Pero lo que “me llevo” de este programa, son las personas que pude conocer, tanto de la Miami cómo amigos que fui haciendo. Poder viajar me ha permitido conocer personas y de las buenas de distintos países.

Andrea en Argentina
Andrea en Argentina, junto a Largirucho.

—¿Qué países visitaste gracias a esta modalidad? 
Primero Argentina, ya que soy boliviana, así que seis quarters los hice allá, y durante uno de ellos tuve la oportunidad de hacer una pasantía en Y&R.
Luego estuve en México haciendo una pasantía en DDB y tomando clases en la escuela dos veces por semana. Y ahora estoy en París, comenzando mi último quarter como pasante en Ogilvy.

—¿Qué otros países te gustaría visitar por estudio?
Con este quarter ya finalizo mis estudios en la Miami Ad School, pero creo que las ganas de viajar y hacer lo que me apasiona (publicidad) no se me van a acabar nunca.
Si tendría más oportunidades, elegiría Tokio, para conocer esa cultura y ver cuan diferente es de la mía y sobretodo, saber de donde nacen todas esas ideas que caracterizan a los japoneses.

—Una vez en una charla a la que fui dijeron que las buenas ideas se pueden explicar en tres oraciones o menos: ¿Cómo definirías, bajo ese mismo método, a la Miami Ad School?
Un gran creativo es un gran observador. Un gran observador entiende que tiene el mundo entero delante de él.

—¿Qué consejo le darías a alguien que recién empieza en la publicidad?
Que no se trata de ser “cool” o tener un trabajo diferente, ni tener una apariencia “interesante” sino de tomar conciencia sobre el poder que se tiene en las manos (el mensaje) y lo mucho que se puede llegar a hacer con él si se lo sabe usar.

 
 

3 replies »

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.