Esta es una nota de minitas (pero no), por Gus Machado

(ARGENTINA) – Gus Machado es un creativo brasileño viviendo en la Argentina, donde ha pasado por Ponce Buenos Aires y Dentsu Aegis Network como director de arte. En Brasil, desde 2007, trabajaba como redactor, y por eso ahora se arriesga a escribir en castellano. Pero no sobre publicidad. Sobre eso ya hay mucha gente buena escribiendo. Prefiere escribir sobre la bravura del proceso creativo y el universo cultural alrededor de eso. En la nota de hoy, Gus va más allá de lo que viene hablando en su columna (la tan querida creatividad) y la lleva a romper con sus límites para hablarte sobre un tema de vanguardia: el rol de los géneros en la creatividad.


«Map of Tasmania» de Amanda Palmer & The Young Punx.

 
POR GUS MACHADO
Estudió en la Universidad Tiradentes y en Brother Buenos Aires
Redacción especial para PB

 
En un rincón poco iluminado de El Ateneo hay una sección dedicada a los cómics. No tan vistosa como el resto del edificio del Grand Splendid, pero aun así presente, peleando por su visibilidad entre los muebles y la decoración del viejo teatro. Allí estábamos un sábado a la tarde, yo mirando los miles de títulos de la historieta argentina sin reconocer ninguno y mi dupla buscando una novela gráfica estadounidense en particular: Fun Home, de Alice Bechdel. Me mostró su descubrimiento con entusiasmo —como cuando tratas de presentar tu banda favorita a alguien— y yo la miré diciendo «¡qué bien!» —con el entusiasmo de quien no tiene ganas de conocer una nueva banda—. Fuimos a la caja; ella pagó mientras yo me distraía con algún que otro libro de decoración. Fue el tiempo que necesitaba para envolverlo para regalo. Salimos de El Ateneo y en la mismísima vereda ella me dijo: «Tomá, es para vos».

Algunas semanas después, en un vuelo de tres horas a San Pablo, empecé y terminé mi regalo. Sin respirar.

Asi conocí a Alison Bechdel. Alison es una dibujante de cómics y novelista estadounidense que explora las complejidades de las relaciones familiares en un trabajo que yuxtapone imagen y texto de una manera que yo nunca había visto en ningún otro historietista.

Alison Bechdel
Alison Bechdel, autora de «Fun House» y «Dykes to Watch Out For».

 
Pero no fue Fun Home, sino una serie de comics que Bechdel publicó entre 1983 y 2008, Dykes to Watch Out For, lo que la hizo conocida incluso por gente que nunca abrió una edición de Mickey Mouse. En DWOF (que podríamos traducir como Unas lesbianas de cuidado), Bechdel presenta una interesante idea, a través de un personaje que sólo mira películas si estas cumplen con tres reglas básicas:
1 – Tiene que haber por lo menos dos personajes mujeres (con nombre) en la película.
2 – Estos personajes tienen que hablar entre ellos.
3 – Sobre cualquier tema que no sea otro hombre.

The Rule, de Alison Bechdel
«The Rule» (que en realidad son tres reglas) de Alison Bechdel para con las películas.

 
Si al principio parece un poco arbitrario, basta con leerlo una segunda vez teniendo en cuenta tus películas favoritas para darte cuenta de que no son muchas las que cumplen los requisitos de Bechdel. Ninguna de las pelis de la trilogía original de Star Wars sería aprobada con este criterio. Frodo logra quemar el anillo en la montaña de la perdición, pero no logra adaptarse a los estándares de la dibujante. Tampoco Los cazafantasmas, Men in Black, Top Gun, ninguna de las Piratas del Caribe. Ni siquiera el hombre murciélago es perdonado, ya que The Dark Knight no pasa el test.

¿Eso quiere decir que son malas películas y que no debemos mirarlas? Para nada.

Dykes to Watch Out For, de Alison Bechdel
«Dykes to Watch Out For», de Alison Bechdel, una constante revisión de los estereotipos sociales.

 
Lo que propone el “Test de Bechdel”, con sus reglas poco exigentes, es probar de forma sencilla la poca presencia femenina en la industria del cine. La creciente lista de obras de ficción que no pasan en el test sirven como argumento para probar que la industria de creación de contenidos (y eso podemos extender a otras industrias creativas como la publicidad) se centra en una visión del mundo que pasa por alto el punto de vista femenino, priorizando una visión masculina y sin reflejar la realidad en términos de proporción de las mujeres en la sociedad.

La visión masculina reflejada en el contenido creativo es en parte —porque no faltan otras explicaciones históricas y culturales— consecuencia de la disparidad entre la proporción de mujeres en la sociedad y la proporción de mujeres en las industrias creativas.

Hablando de la industria que tal vez sea la más familiar para nosotros, y de un mercado que tiene datos concretos sobre la cuestión, vayamos al ejemplo de los Estados Unidos. Allá, solamente el 3 por ciento de todos los directores creativos es mujer. Y obviamente eso condiciona el punto desde donde está puesta la mirada creativa sobre la sociedad, o dicho de una forma más simple, la casi totalidad de personajes masculinos en las publicidades y el rol estereotipado que les es dado a las mujeres en las narrativas que cuentan los productos.

Así lo cree Cindy Gallop, chief executive de IfWeRanTheWorld/Make Love not Porn y BBH New York, y nos cuenta en la charla que ella misma tituló 3% Conference, un evento anual con sede en San Francisco que trata de investigar las causas de la poca presencia femenina en el rubro y encontrar salidas para que en el futuro existan más líderes mujeres en los mercados creativos y más multiplicidad en la representación de los géneros. Para Gallop “uno no puede ser lo que no puede ver —y la forma como comunicamos para las mujeres es muy importante—. Si nuestros mensajes para las mujeres —y para los hombres— retratan igualdad, nosotros estaremos ayudando a crear un mundo más igualitario.”


La charla que Cindy Gallop dio en la 3% Conference: «Be a Force for Change».

 
La visión de que es necesario cambiar la forma como representamos los géneros en la creatividad se comparte también desde dentro del Festival de Cannes, que ahora en 2015, por primera vez, lanza el Glass Lion, una categoría destinada a premiar trabajos creativos que subvierten estereotipos de género. La presidenta del jurado es la misma Cindy Gallop, que solía tuitear criticando al festival por la falta de representación femenina entre los jurados. Se pueden inscribir hombres y mujeres, obviamente, cuyos trabajos, además de tener el nivel creativo que se espera en una premiación, propongan un cambio en la forma de retratar los roles de género.

Cindy Gallop
Cindy Gallop, presidenta del jurado de los nuevos Glass Lions.

 
Si bien hay muchas otras respuestas para la pregunta de por qué debemos repensar cómo están posicionados los géneros en lo que trabajamos creativamente, explicaciones que cumplen cuestionamientos éticos, históricos, o responden a la propia evolución de la sociedad y que pueden ser resumidos en “porque eso hace del mundo un lugar mejor”, hoy les traigo una respuesta más simple y quizás más egoísta para la cuestión: debemos someter lo que creamos al corte del Test de Bechtel porque eso hace lo que hacemos aun más profundo, realista y creativo.

Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Kent, en el Reino Unido, logró probar que no creer en los estereotipos te puede hacer más creativo. Según su reporte, cuando un estereotipo es negado, por ejemplo, cuando pensás en una mujer siendo mecánica de taller, tu modelo mental se expande para entender esta ruptura y te hace pensar de forma más flexible y creativa. Como previsto por el estudio, ser impulsado a cuestionar los estereotipos no sólo te hace más crítico a los viejos valores establecidos, sino que te puede llevar a la generación de ideas más originales.

La explicación para ese fenómeno psicológico es bastante intuitiva y sirve para cualquier tipo de prejuicio. Ellos lo ponen de la siguiente forma: si uno piensa que 30 por ciento de los hombres italianos son mafiosos, en vez del 90 por ciento que uno pensaría habitualmente, el cerebro trabaja para imaginar el perfil de ese 60 por ciento que ahora no corresponde más al estereotipo.

Por eso, la próxima vez que vayas a poner personajes femeninos a una historia, tratá de escapar del lugar en el que usualmente los pondrías. Seguramente, este pequeño cambio te va traer dos ventajas: vas a hacer un poco de bien al mundo, sobre todo a la gente que va a tener contacto con tu trabajo creativo, y vas a hacer que este trabajo se merezca el nombre que le estamos dando.

Y si a tus directores creativos les gusta, sean ellos parte de ese 3 por ciento o no, ahora tenés una nueva categoría de Cannes para inscribirlos.

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PD: Y eso es todo. Las cuestiones de género y prejuicio son temas muy amplios y muy importantes para el ejercicio creativo y van a ser discutidos muchas más veces en estos nuestros diálogos sobre la creatividad. Y para que esto sea realmente un diálogo, te dejo mi email, gustavomachado@me.com y mi Twitter, @gus88.

 
 

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