(ARGENTINA) – Denis y Augusto, estudiantes los dos, entraron temblando, el lunes a la noche, al hotel Hilton de Buenos Aires: allí, en el gigantesco subsuelo, estaba por comenzar una de las grandes noches del año para la publicidad argentina, la del Lápiz de Platino. Suponían que iban a encontrarse, a centímetros de distancia y tomándose una birra, a las caras que los dos vienen viendo desde hace rato en los medios especializados, ¡pero jamás imaginaron que tantísimas y tan cerca! En esta nota, Denis te transmite en palabras y Augusto, en imágenes, lo que a cada uno le pasó por la piel en esa noche tan especial.

«Buenas tardes, terrícolas, y bienvenidos al mundo de la publicidad»: la foto final, con todos los ganadores de la noche.

 
TEXTO POR DENIS VIVODA
Estudiante de redacción publicitaria en la Asociación Argentina de Publicidad
Redactor PB

FOTOS POR AUGUSTO CALLEGARI
Estudiante de dirección de arte en la Asociación Argentina de Publicidad

 
Llegás al Hilton y lo único que podés hacer es mirar arriba. Asombrarte. Preguntarte si algún día, quizás, cuando la vida dé sus vueltas, vas a volver a estar esperando para entrar al Lápiz de Platino. Mirás alrededor y ves personas bien vestidas, personas sonriendo, personas estableciendo el ritmo de una noche que sabés va a ser más que genial.

«… preguntarte si algún día, quizás, cuando la vida dé sus vueltas, vas a volver a estar esperando para entrar al Lápiz de Platino…».

 
En algún momento de la acreditación te das cuenta de que todas esas personas tienen un vínculo cercano con la publicidad, con ese mundo que desde hace años amás y construís en tu mente. Sos parte de lo que te gusta, por más que sea en forma de un cronista silencioso caminando por entre la gente en una de las fiestas de publicidad más grandes del año, por más de que sea comentando por lo bajo “¿viste quién es?”, “¿conocés a tal?”. Sos un estudiante de publicidad silbando bajito de la felicidad, rodeado de todas esas personas con las que vas a laburar en un futuro no tan lejano. Nada te puede parar.

«… sos parte de lo que te gusta, por más que sea en forma de un cronista silencioso caminando por entre la gente en una de las fiestas de publicidad más grandes del año…».

 
En algún momento de la noche se proyectan en una pantalla todas las publicidades nominadas al gran premio, el sonido saliendo de algún lugar de la sala con ganas de volarte la cabeza. Y, de alguna manera, lo hace. Pasa una publicidad, y la mezcla de buenas ideas, grandes conceptos y emoción de esa que solo puede encontrarse en una fiesta argentina te llevan a tener piel de gallina, a sentir una onda de calor propagándose por tu espalda y culminando en una sonrisa más que honesta. Sos un estudiante de publicidad silbando bajito de la felicidad, sabiendo que, de todas las elecciones que hiciste o que vas a hacer, elegir publicidad fue la mejor. Nada te puede parar.

«… se proyectan en una pantalla todas las publicidades nominadas al gran premio, el sonido saliendo de algún lugar de la sala con ganas de volarte la cabeza…».

 
Y después hay comida. Sabés que eso no importa, que con solo ver tanta gente del palo sonriendo y contándose las odiseas que viven cada día en sus agencias, que con solo tener al DGC de BBDO a tres metros o al DGC de Grey girando por ahí en el salón, ya estás hecho, pero hay comida y risas y alcohol (no te voy a mentir, hay alcohol) y todo suma para que vos, estudiante, subrayes mentalmente un concepto que te armaste hace cuatro años y pico en tu cabeza, el día que decidiste, estando en la secundaria, que quizás, sólo quizás, la publicidad es lo tuyo, es el mundo en el que vas a querer pasar incontables noches laburando y, si se da, estar parado frente a una pantalla del Hilton con piel de gallina y ganas de llorar.

«… y después hay comida…».

 
Vas a salir del Lápiz de Platino sonriendo, repitiéndote una y otra vez para adentro “no hay nada más lindo que la publicidad” y acordándote, quizás, de una diapositiva que alguna vez en alguna escuela viste al pasar: “Buenas tardes, terrícolas, y bienvenidos al mundo de la publicidad”.

LOS GANADORES:

El gran momento de Leo Burnett, la agencia más premiada de la noche y del año en el Lápiz.

 
Ser padres, de Coca-Cola, creado por Santo, fue el gran ganador de la noche. Se eligió en vivo entre 25 comerciales finalistas. También se premió a la agencia de publicidad, la productora y el anunciante con mejor desempeño, y los ganadores fueron Leo Burnett, Blue y Coca-Cola respectivamente. Otros premios que se entregaron:

• Lápiz de Platino en Gráfica: Día de la Madre, de Coca-Cola/Grey Argentina
• Lápiz de Platino en Radio: Habitación, de Isenbeck/Leo Burnett
• Lápiz de Platino en Creatividad y Estrategia de Medios: Perfect Day, de Peougeot/Arena Media
• Lápiz de Platino en Música Publicitaria: Volvámonos locos, de Cola-Cola/Ogilvy Latina y Noroeste Música
• Lápiz de Platino Interactivo: Elige tu host, de TNT/Circus

«Ser padres», de la agencia Santo para Coca-Cola, fue la más votada por todos los asistentes de esa misma noche y se llevó el Lápiz de Platino de Film.