Tomás Ferrandíz, de Barcelona School of Creativity: «Rigor, disciplina y caos»

(ESPAÑA) – La nueva escuela ya tiene casi todo listo para arrancar sus clases en los próximos meses. En los intervalos de sus preparativos, sus profesores nos dieron un rato para saber cómo marcha todo y qué están planeando. Hoy hablamos con Tomás Ferrándiz, que asumirá como docente además de ser director creativo de Tiempo BBDO. Aprovechá esta entrevista, que empezó siendo de las clases, pero terminó siendo una lección en sí misma.

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Tomás Ferrándiz, profesor en la nueva Barcelona School of Creativity

POR JOSÉ ESCANÉS
Redactor PB
(Fotos de la nota: Gentileza BSC)

 
Puede ser mi imaginación, pero no puedo evitar pensar en cómo los profesores se ven a sí mismos en sus estudiantes. La emoción de estudiar Publicidad y las dudas de cómo se hace no son muy distintas cuando ellos estudiaban, por lo que creo que se toman como tarea motivar a los estudiantes para que lleguen lejos y le ganen a los obstáculos.

Esa misma impresión me da cuando hablamos con Tomás Ferrándiz, director creativo de la agencia española Tiempo BBDO, y flamante profesor y director de innovación creativa en Barcelona School of Creativity. Su entusiasmo por empezar una nueva etapa como docente y compartir su pasión con la comunicación con mentes nuevas se nota mucho al charlar con él. Tanto, que luego de ello uno siente que se le ha contagiado un poco.

—Tomás, ¿cómo fue que llegaste a la publicidad?
—Desde pequeño me gustaba realizar actividades creativas: escribía mucho, pintaba cómics, hacía fotos y creaba mis propias películas con la cámara de vídeo de mi padre. Pero ninguna de esas cosas las hacía tan bien como para ser escritor, ilustrador, fotógrafo o director de cine. Así que sólo te queda un lugar donde ir: la publicidad (Risas). Bueno, hablando en serio, vi en la publicidad algo que no veía en otras profesiones: la oportunidad de dedicarme a pensar y escribir para construir marcas y además, era una profesión que me daba la oportunidad de poder estar cerca de multitud de disciplinas diferentes que me alimentaban como creativo. No es solo el copywriting lo que me fascina, es todo lo que rodea a la profesión lo que me mantiene vivo.

—¿Estudiaste en la Facultad de Comunicación Blanquerna de la Universitat Ramon Llull, cierto?
—Fue la primera promoción. Y ser los primeros tiene cosas buenas y malas. Lo malo es que todo está por hacer. Y lo bueno es que todo está por hacer, y nosotros lo hicimos. Fueron unos años muy salvajes.

—¿Qué es lo que más recordás de esos años?
—Experimentábamos todos, alumnos y profesores y se formó una promoción que estaba siempre al 100% fuera y dentro de la facultad. No he visto tantas ganas de crear y ser proactivos en toda mi vida. Las clases se nos quedaban cortas.

—¿Qué lecciones aprendiste ahí y tenés en mente hasta hoy?
—Aprendes que la facultad te da una base sólida. Pero para los creativos nunca es suficiente. El creativo tiene mucho de autodidacta, estudias por la mañana y por la tarde no puedes dejar de ser curioso. Digamos que las reglas de la comunicación las aprendes en la facultad, pero una vez las conoces debes ser capaz de romperlas. Necesitas ponerlo en práctica y continuar formándote.

—¿Cómo se siente estar de nuevo tan cerca de la enseñanza como profesor de la Barcelona School of Creativity?
—Es una sensación nueva y supone todo un reto, porque aunque Blanquerna avala el rigor académico de Barcelona School of Creativity, la escuela funciona de manera totalmente independiente, es decir, no se rige por la estructura ni por los corsés que muchas veces pueden llegar a tener las universidades. La escuela tiene libertad total para crear sus programas, su sistema y para escoger a sus profesores. En el centro se mezclan el rigor, la disciplina, el alto rendimiento y el caos. Todo junto y revuelto. Un año completo en serio, con profesores de nivel, con un programa pensado hasta el último detalle y con el objetivo de formar a copywriters y art directors que se quieran tomar esta profesión en serio y ejercerla durante muchos años con un altísimo nivel creativo.

—¿Es esta tu primera experiencia dando clases?
—Anteriormente di clases en Complot durante diez años. Y puntualmente participé también en diferentes Másteres impartidos en la Universidad Pompeu Fabra. Lo que me convenció a cambiar fue ver que se ponía en marcha un proyecto donde el rigor y y la profesionalidad de un creativo publicitario está por encima de los clichés y los fuegos de artificio. La profesión ha sufrido mucho en los últimos años, la credibilidad de los que trabajamos en esto también ha caído. Creo que ya tocaba que se pusiera en marcha algo serio, donde los creativos sean conscientes de que esta es una profesión apasionante pero muy, muy dura. Una profesión en la que se construyen marcas; en la que sólo un diez por ciento de todo lo que piensas y haces acaba siendo una realidad pero que sólo por eso ya vale la pena. Me motivó poder formar a los futuros creativos mezclando rigor, seriedad, caos, locura y rendimiento.

—¿Cuáles son las actividades o temas que ya querés empezar en tu Programa de Innovación Creativa?
—Serán clases/talleres eminentemente prácticas. Las haremos conjuntamente entre Ximo Villalba de DoubleYou y yo. A los dos nos apasiona la tecnología y la innovación. Desde hace muchos años la innovación creativa forma parte de nuestro día a día. Realizaremos campañas innovadoras pero tocando y probando diferentes tecnologías. Como digo yo, nos mancharemos las manos. Nos pondremos gafas de Realidad Virtual y generaremos campañas y guiones cuyo storytelling funcione en 360º; imprimiremos en 3D; haremos realidad las ideas montando prototipos con Arduino; crearemos productos con un alto componente innovador; hackearemos internet para hacer campañas; crearemos videojuegos para marcas o incluso veremos como un software puede ser la idea principal de una marca. Motivación y ganas no van a faltar.

—¿Qué esperás de los estudiantes de la Barcelona School of Creativity que se anoten?
—Quiero que tengan claro que aquí van a venir a trabajar hasta la extenuación. Llevaremos su aprendizaje hasta el extremo. Si les apasiona esta profesión y van realmente en serio, hacer uno de los programas de Barcelona School of Creativity será la mejor manera de comprobarlo. Y estoy convencido de que ninguno se arrepentirá. Cuando entren acaben su año en la escuela y entren en una agencia pensarán que ha valido la pena.

 
 

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