(ARGENTINA) – Así como les sacan punta a sus lápices, los publicitarios también le sacan punta a su creatividad, y se emocionan cuando lo que parecía una simple «punta de idea» termina convirtiéndose en algo mucho mayor. Lo cuenta y lo enseña el director de arte Roberto Pollio, que durante cuatro años fue, para PRIMER BRIEF, The Lord of the Links. En julio de 2016, tras quince años de docencia, decidió dejar por escrito su propio canon creativo: las Leyes Supremas de Pollio. Aprovechalas.

Donde todo comienza. Un sólo lápiz, incluso uno de mina HB —el «back to basics» de los lápices—, es suficiente para “plantar” todas las ideas. ¿Hace falta decirte CLIC PARA VER LA IMAGEN COMPLETA?

 
POR ROBERTO POLLIO
Publicitario y profe de creatividad

 
rrancar frente a una hoja en blanco nunca es fácil. Menos si estás solo. Y me atrevo a decir que incluso cuando trabajás en equipo (en lo cual creo firmemente, no me malinterpretes) estás solo. Porque cuando pensás, en el sentido más preciso de la palabra, siempre estás solo.

Es muy difícil saber precisamente de dónde vienen las ideas; mucho más establecer un método infalible para tenerlas. Pero te aseguro que hay un “compañero de emociones” que puede hacer de ese proceso algo mucho más placentero y, sobre todo, ayudarte a mejorar el resultado final.

Lo conocés. Todos lo conocemos. Desde hace mucho tiempo, desde chiquitos. Pero por lo que veo en mis clases (desde hace unos cuantos años ya) está bastante olvidado. Demasiado para mi gusto… Así que hoy, que arranco con este nuevo espacio, me dije: primero, lo primero.

Por eso vengo a reivindicarlo. Porque me encanta el lápiz. Lo amo. Porque además de disfrutar verlo, me encanta agarrarlo, sentirlo. Y ni te cuento lo lindo que es el olorcito que se desprende de su madera al sacarle punta. Incluso hasta disfruto del casi imperceptible sonido que produce el mágico encuentro de su mina con el papel.

El que dibuja rápido, gana. No se trata de saber dibujar, cualquiera pueda hacer un plantado a mano alzada y disfrutar de todo lo que nuestro «amigo fiel» —el lápiz, claro— te puede dar.

 
Además de ser un placer para todos los sentidos, el lápiz es útil. El lápiz sirve. Y en mi humilde opinión aún hoy (más que nunca hoy) es una NECESIDAD. A pesar de los iPhones, las Mac y demás bellezas tecnológicas con las que boludeamos y trabajamos día a día (me incluyo), el lápiz sigue siendo el principio de todo. O al menos debería serlo. Porque todas esas maravillas no dejan de ser herramientas. Nada más que eso. Alguien diría que los lápices también lo son. Cierto. Pero mi defensa va mucho más allá del romanticismo: con un lápiz en la mano y un bloc al lado de la compu PENSÁS MEJOR. No tengas dudas.

Sea con un lápiz, un marcador o una birome, las grandes ideas arrancan siempre con un «rough» (boceto, en inglés). Con una buena «punta», como decimos los creativos publicitarios.

 
Así que ya sabés. Que la próxima vez la inspiración no te agarre con las manos vacías. Seas lo que seas: director de arte, redactor, planner… ¡Incluso si sos del palo digital! Llevá siempre lápiz y papel encima. Todo puede gestarse en algo tan aparentemente primitivo como un rough, te lo aseguro. Porque de lo que estoy hablándote hoy, por si aún no te diste cuenta, es de sacar buenas ideas.

Dale una oportunidad al lápiz y vas a ver como sacás puntas.

 
® Pollio