De la mitología en la dirección de arte, por Denis Vivoda

(ARGENTINA) – Denis Vivoda, nuestro colaborador habitual, escritor natural y redactor publicitario, empezó hace solo unos meses el curso anual en Haus para complementar sus conocimientos previos. Lejos de aburrirse o perderse en caminos desconocidos, su entusiasmo por los proyectos en la escuela de dirección de arte incrementa con cada clase y lo invita a continuar su aprendizaje ahí, invitación que extiende a todos nosotros al contarnos de sus experiencias más recientes en el aula.

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Una escena típica de las clases en Haus: el profesor, centro único de las miradas.

 
TEXTO POR DENIS VIVODA
Especial para PB

 
El complejo de Prometeo es, más allá de un nombre bastante mediocre para una banda de punk, una condición de la mente humana que se caracteriza por una búsqueda insaciable de conocimientos. Más que insaciable. Constante. Desde que tengo memoria el complejo de Prometeo es algo que me define bastante.

Igual guarda. Soy el primero en reconocer que los diagnósticos en primera persona no sirven para nada más que para cosechar ansiedades. Es más, estoy seguro de que cualquier psicólogo se animaría a decirme que no joda las pelotas y deje de decir que tengo complejo de Prometeo. Pero acompañame en la hipótesis: hola, soy Denis Vivoda, y tengo un Complejo de Prometeo.

Desde que soy chiquito tengo rayes en los que me pongo a aprender cosas que me van a servir para menos que nada. Como la vez que tenía diez años y me aprendí todo el abecedario griego (¿alguien dice nerd?), solo porque tenía un diccionario Larousse cerca y faltaban dos horas para ir a la escuela. O la otra vez que me aprendí todas las capitales de Europa porque tenía un mapamundi nuevito (en esta admito que me sirvió para ganarle a una profesora que me quería dejar en offside). El punto es, peco de querer saber mucho. Y en la publicidad encontré mi lugar favorito.

De por sí hacer publicidad te abre la cabeza a la cultura. Ya sé lo que estás pensando, y definitivamente en la cultura general no hay menciones de capitales europeas (más allá de las principales) ni de letras griegas. Pero de por sí el término cultura abarca todo. Y publicidad abarca eso.

Pero dentro de la publicidad, si es posible, volví a encontrar otro espacio donde sentirme cómodo. Y si sos de esas personas que no leen el título antes de leer la nota, te lo digo: es la dirección de arte. (Si sos redactor y estás listo para saltarme a la yugular bancá que pongo el disclaimer: esto es una nota de opinión. Conocí más directores de arte intensos en conocer sobre todo que redactores. Todavía me falta hacer el censo, igual)

Ponete el ejemplo de Rober Pollio, profe, colega, amigo, baterista a quien ya mencioné en dos columnas seguidas (juro que no le estoy haciendo ningún tipo de publicidad). Un tipo que además de todo eso que mencioné antes es una de las personas más aplicadas en conocer. Te das cuenta cuando alguien puede escribir una columna sobre cultura general llevando la trama atada al pie, como Messi con la pelota, que de algo sabe. Pero acá está la cosa, no es el único director de arte que es así.

ARG-Haus-DenisVivoda-Julio11-580px«Haus es mi lugar favorito porque aprendo», dice Denis Vivoda.

 
La mayor parte de lo que conozco del mundo de la dirección de arte (no te preocupes, sé menos que menos) lo conozco gracias a Haus, y ese, sin espacio para dudas, es mi lugar favorito en estos últimos meses. No porque subiendo las escaleras haya una de las colecciones de libros más interesantes que haya tenido la oportunidad de conocer (y esto viniendo de un redactor “con complejo de Prometeo”, y’all). No porque Juli y Facu y Ale están todo el tiempo intentando hacer fluir conversaciones sobre cosas interesantes (no te jodo cuando te digo que preguntan siempre “¿qué cosa interesante vieron en la semana?”). No porque te dan la energía constante de ponerte manija (que es una parte necesaria para aprender; sin energía no hay conocimiento). Haus es mi lugar favorito porque aprendo.

(¿Demasiado cliché? Ok, vamos de nuevo).

Haus es mi lugar favorito porque aprendo. Insaciablemente. Constantemente. Sobre dirección de arte. Sobre arquitectura. Sobre cine. Sobre diseño gráfico. Sobre publicidad. Sobre puntos de vista. Sobre planos de cámara. Sobre color. Sobre vida.

En todo momento uno puede parar la oreja y aprender algo nuevo. ¿Por qué? Porque sirve. Porque un buen publicitario es un publicitario que sabe de todo. Porque un buen diseñador de interiores es un diseñador de interiores que sabe de todo. Y saber de todo mola. Sean letras griegas o capitales europeas. Sean nombres de directores de arte o técnicas de serigrafía o cómo atarte las zapatillas en dos segundos.

Hasta acá llega el segmento de “Las Cosas Favoritas de Denis”. Tengo un montón de redactores a punto de lincharme y un músico enojado porque le bardeé el nombre de su banda. Si algún redactor o director de arte desea compartir conocimientos aleatorios conmigo, una búsqueda rápida en la página debería tirarles mi email. Y si algún psicólogo quiere comunicarse para realizar un diagnóstico, deje el mensaje después del tono de espera.

 
 

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