Un junio distinto después de dieciocho iguales, por Javier Dondo

(INTERNACIONAL) – Todavía no terminó febrero, pero él ya está mirando la costa, el océano y más allá: es que el redactor Javier Dondo es el elegido de este año para viajar en junio a Francia por PB y cubrir el Festival Internacional de Creatividad Cannes Lions. Un evento con el que Javier tiene un vínculo fuerte desde que estaba literalmente en la cuna: vale la pena leerlo contado por él.


«Imposible no mencionar otra de las imborrables cosas positivas de estos viajes: los souvenires, regalos y todo tipo de cosas que Pancho traía del festival», cuenta Javier; en la imagen, las remeras oficiales de Cannes Lions 2012, 2004 y 2013.

 
POR JAVIER DONDO
Estudiante de Diseño Gráfico en la Universidad de Buenos Aires y redactor de PB
Especial para PB

 
Desde idas a la cancha hasta días del padre, muchas son las cosas que me perdí por los viajes laborales de mi papá al festival de publicidad en Cannes cada junio de cada año desde 1999.

Seis meses tenía yo, nada más (y nada menos), cuando el ya conocido periodista latinoamericano Pancho Dondo se fue por primera vez al festival (*). Claramente no recuerdo nada de ese momento.

Esos viajes hicieron que me perdiera muchas cosas que tienen que ver con el mundo del fútbol. Los Mundiales de 2006 y 2010 no pude vivirlos enteros con mi papá ni ver algunos partidos de Argentina con él, que se fue en fechas de partidos de la selección. Cualquiera que tenga la más ínfima afición por el balompié sabe lo importante que es un partido de la selección en la “World Cup”. Igualmente, para mí eso no fue lo más doloroso. Más doloroso fue perderme partidos de mi querido San Lorenzo de Almagro.

Mis no idas al excelentísimo y vanguardista Bajo Flores, donde se ubican la Ciudad Deportiva y el estadio del club, fueron bastante sufridas. Acostumbrado a ir todos los partidos de local, y algunos de visitante desde 2010, fue difícil (y nunca dejará de serlo) faltar a la cita en el Nuevo Gasómetro. Uno de los partidos más difíciles de perderme fue la última fecha del torneo de 2012, el 24 de junio de ese año, cuando San Lorenzo se jugaba la permanencia contra San Martín de San Juan. El día prometía ser una fiesta y yo no quería quedar afuera. Lamentablemente, no quedó opción y lo miré por TV. Pancho no la pasó mucho mejor: durante el partido estaba en pleno vuelo y se enteró del resultado del cotejo al aterrizar en el aeropuerto. Por suerte para todos, SL ganó 3 a 1 y, luego de disputar una promoción contra Instituto de Córdoba, aseguró su permanencia en la élite del fútbol argentino.

¡Pero no todas fueron pérdidas! Hubo muchas cosas positivas de las travesías a tierras galas de Pancho.

En junio de 2003, desde nuestra antigua casa en Bulnes y Corrientes, con mamá hicimos videollamada por ICQ con papá, que había conseguido una laptop con webcam (amazing!): no aguanté y estallé en llanto, todavía no se por qué.

Otro de los buenos recuerdos fue en 2013, también un 24 de junio, y esta vez pasando del ICQ al Skype, cuando con mi hermano hicimos videollamada con papá: enfocamos la webcam a nuestra antiquísima TV de tubo y compartimos con él la derrota 3 a 2 de San Lorenzo versus Lanús.

Lo que significó una experiencia nueva para mí fue un día de junio de 2016 en que San Lorenzo jugaba de local contra Atlético de Rafaela y yo, con mis incontrolables ganas de ir, me fui solo en colectivo bajo una helada lluvia de invierno. Como era de esperar, me pasé y terminé bajando luego del Puente Alsina, en provincia: tuve que tomarme otro colectivo para volver y llegar al partido sobre la hora. Por suerte, SL pudo ganar y la vuelta a casa fue un poco más relajada y sin tantos percances. Otra experiencia que se suma gracias a Cannes Lions.


Algunas de las imágenes que Javier grabó en su retina para siempre aquel día de junio de 2016: sin relato y con cámaras distintas a las televisivas, los dos goles de San Lorenzo frente a Atlético de Rafaela y la hinchada que, para casi todo el mundo, es la más creativa del fútbol argentino.

 
Para ir cerrando, imposible no mencionar otra de las imborrables cosas positivas de estos viajes: los souvenires, regalos y todo tipo de cosas que Pancho traía del festival. Artículos que compraba él o que le regalaban durante los diferentes eventos de la semana en Francia. Decenas de remeras de todo tipo de colores y formas como las que se ven en la foto, auriculares, pendrives, golosinas, peluches (mención aparte para un Obelix gigantesco) y un sinfín de cosas que hasta el día de hoy mi hermano y yo seguimos usando.
Este viaje fue muy importante cada año para nosotros porque, aunque no viajáramos, lo sentíamos casi como si estuviéramos ahí. Estar escribiendo esta nota y ser el periodista elegido por PB para viajar a cubrir el festival me resulta un privilegio inesperado. Mientras con 19 años termino el CBC de Diseño Gráfico en la Universidad de Buenos Aires, siento que este viaje me va a servir muchísimo para lo que siga. Espero Cannes con ansias y ganas de hacer un buen papel.
 
 
(*) Pancho Dondo, periodista especializado en publicidad desde 1994, viajó como enviado especial a Cannes Lions por LatinSpots en 1999; por Adlatina en 2000, 2001, 2003 y 2004; por 1492 Cultura Creativa —publicación del FIAP— en 2005 y 2006; por América Late en 2010; por Primer Brief en 2012, 2013 y 2015; y por Marketers by Adlatina en 2016 y 2017. Este año lo hará con su hijo Javier por primera vez.
 
 

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