«La inspiración entre cuatro paredes», para leer en cuarentena (y luego de ella)

(ESPAÑA) — La creatividad se nutre del contacto constante con el mundo, conectando elementos nuevos con los ya conocidos. ¿Pero qué pasa cuando el mundo se encuentra clausurado? Miles de creativos de distintas ramas viven el día a día en cuarentena sintiendo que sus habilidades se ponen flojas, mientras que otra parte encuentra la posibilidad de seguir creando. María Puebla, psicóloga y pensadora, regresa como columnista de PB para reflexionar sobre este fenómeno e incluso ofrecer algunos consejos para que las ideas salgan (pero con mascarilla).


La última pintura del misterioso artista Banksy, como homenaje a los profesionales médicos defendiendo al mundo, se diferencia del resto de su obra por no ser una intervención pública si no una pintura. ¿Qué otra prueba necesitamos de que la creatividad también se quedó en casa?

 
POR MARÍA PUEBLA
Psicóloga y especialista en neuropsicologìa
Redacción especial para PB

 
Para algunos la cuarentena no ha resultado tan significativamente negativa como para el resto de los mortales. Han habido quienes incluso, con sus talentos ya bastante sembrados, han cosechado esos increíbles conciertos de música, han terminado de escribir esos cuentos pendientes y algunos hasta libros. Otros han utilizado su tiempo para dibujar, componer, pintar, cocinar, hacer gimnasia y un montón de otras actividades artísticas, y no tanto, durante este confinamiento. ¿Es normal eso? ¿A qué se debe? Vamos a verlo por partes.

Artistas que ya eran artistas: Muchas de estas personas, como dije antes, ya dedicaban gran parte de su tiempo a esas mismas actividades y, durante el confinamiento, han seguido con ello. Algunos lo hacían como hobby y otros son profesionales en eso. ¿Que lo han incrementado durante la pandemia? Puede ser, depende mucho de las posibilidades que tuvieron para organizarse, de cómo gestionaron sus recursos (con o sin hijos, casa amplia, señora de la limpieza, canguro, dispositivos móviles, contactos, que sé yo) y la experiencia que disponen en esos rubros. Pero también depende, y mucho, de lo que lograron visualizar como una oportunidad en medio del mar de incertidumbre en el que estamos sumergidos por estos días. En la segunda parte voy a hablar de esto último con más detalle.

Artistas científicos: Ya, los artistas han seguido haciendo arte, un poco lo esperable. Pero, que pasa con todos los que no somos, ni éramos, artistas y que de golpe se nos da por practicar un poco alguna de todas esas actividades hedonistas que vemos en las redes ¿Por qué sucede eso? ¿Alguna razón? Una fija: el contagio ¿Otra? Los científicos dicen que el arte es una actividad que nos permite aprender del mundo mediante esos pequeños experimentos y, que a su vez, nos da la posibilidad de compartir con la humanidad todo eso que aprendimos. Como una especie de búmeran.

No hay acuerdo sobre una definición exclusiva de arte. Sin embrago, todos coinciden en que se trata de un proceso creativo, en el que el autor manifiesta, de una forma peculiar y única, obviamente, las cosas que le preocupan a la humanidad y en un momento histórico determinado. Es como una respuesta o una propuesta que ofrece el artista a un problema en el mundo en el momento en el que le tocó vivir. Entonces, si por estos días, en los que nos encontramos bastante nutriditos de inconvenientes, vemos que el arte pasa a ser la estrella de la película, ¿a que ya no parece tan casual, eh? Hay una frase famosa que me gusta mucho que me parece viene genial para esta idea, Meryl Streep dijo que era de Carrie Fisher, la ex-princesa Leia, que sufría de depresión y que se la dijo cuando lograron rescatarla de una sobredosis, dice así: “toma tu corazón roto y conviértelo en arte”. Después la princesa se cagó muriendo, pero la frase nos quedó para siempre.

Artistas termómetro: Un poco lo que ya sabíamos todos, que los artistas son más sensibles. Pero que ahora lo vemos con nuestros propios móviles, porque han inundando las redes sociales con sus formas alternativas de expresar eso que pensamos y sentimos en estos momentos.

Los artistas captan el clima emocional mejor que nadie y ese clima por estos días es de mucha ansiedad y estrés porque todo ha cambiado y porque tenemos pocas pistas sobre lo que creemos pasará en el corto o mediano plazo. Como el futuro se nos hace más incierto que nunca, hacemos foco en el presente y lo hacemos así porque necesitamos placer, satisfacción, algo que contrarreste el nivel de estrés que sentimos y así es como aparece en primer plano ese hedonismo sensorial que nos hacen llegar los artistas. Y es que hasta los científicos dicen que los artistas, en general, son personas altamente sensibles (PAS) que tienen muy buena habilidad para una lectura rápida y general de las situaciones (hemisferio derecho), pero que a la vez pueden profundizar en los estados emocionales propios y de otros (lóbulo frontal, amígdala) y que tienen la capacidad de dar una respuesta creativa a todo eso.


Como ejemplo de la creatividad liberada durante el encierro podemos ver «Postales de cuarentena», un proyecto del director creativo Álvaro Palma, para expresar cómo el mejor (y único) destino en este tiempo es nuestro hogar.

Vale, hasta ahora hemos hablado de por qué hay gente que puede producir, y mucho, en medio de una pandemia. Pero ¿qué pasa con los que no hemos sido tocados con esa varita mágica? Los que no logramos despegarnos de la cama, los que no soltamos la heladera ni aunque se queme el choco, los que no hacemos nada de nada y que nos preocupa eso de estar preocupados las veinticuatro horas del día? Lo siguiente va de estrategias de afrontamiento: las formas que tenemos cada uno pensar y actuar ante los problemas, ante las situaciones difíciles o el estrés.

Coronansiedad: Ya sabemos que los niveles de estrés y ansiedad se han disparado con la pandemia. Y también sabemos que, con ese malestar, podemos hundirnos o salir fortalecidos. Pero ¿cómo conseguimos lo segundo?
Primero lo primero: enfrentar dificultades no va solo de lo que hacemos, sino también de la forma en la que pensamos esas dificultades: las vueltas que le damos a los problemas son tan importante como las acciones que llevamos a cabo para intentar resolverlos. A todo eso los científicos le llaman estrategias de afrontamiento.

Muy brevemente vamos a ver cuáles son las estrategias efectivas y las que no: las que hacen que nos saquemos ese asunto de encima y las que hacen que nos hundamos con ese mismo asunto encima.

Con las estrategias efectivas va un poco de revolver la mierda primero. Y es por eso que es tan tentador evitarlas. Es un alivio momentáneo enorme no, lo siguiente, el de no hacerte cargo de lo que está pasando, hacerte el distraído y poner todo en manos de la buenaventura. Pero bueno, todos sabemos que lo barato sale caro tarde o temprano. Entonces, ¿qué hacemos?

Foco en el asunto: antes que nada ponele un nombre al problema (ejemplo: me cuesta expresar mis propias opiniones, no me gusta follar por las mañanas, tengo miedo de perder mi trabajo), después de eso dale unas vueltas a la cosa, busca info, busca ayuda, hablálo con otros, desglosalo en partes, hace un plan de acción, pensá en tus puntos fuertes y débiles sobre el problema, lo que se te de la gana, pero no dejes de manipularlo. Que si no lo haces entonces el asunto se cristaliza y así se vuelve indestructible. En síntesis: si no te pones activo la cosa te come vivo. La contracara es una estrategia NO EFECTIVA: no pensar el problema, no hablarlo, evitarlo, disfrazarlo de buena onda y así la lista que seguro te suena familiar.

Foco en la emoción: esto no va tanto del problema sino de lo que te hace sentir el problema. Lo mismo que antes pero con las emociones: ponele nombre, esto parece moco de pavo pero te juro que mucha gente no sabe ni qué es lo que está sintiendo. Y acordate: no elegimos las emociones que sentimos, creer lo contrario eso es un bolazo grande como una casa. Si aparecen es por algo, vienen a darnos un mensaje, pero no por eso tenemos que hacer todo lo que sentimos. Ya, es complicado. Síntesis: ¿qué sentís? Normal, tranquilo que está bien. ¿Qué haces con eso? esa es la parte difícil: no hay que romperle la cara de nadie, sino todo lo contrario: si podés lo hablás y si no se puede entonces te apartas hasta que pase y lo puedas charlar ¡Siempre hablarlo! No es la mejor alternativa explotar ni tampoco ser sumiso.

Foco en la acción: enfrentar directamente el asunto con toda la info anterior ¿Qué es lo que NO efectivo? Hacer de cuenta que no pasa nada, postergar los problemas y disimular.

Entonces creo, y espero, que la cosa haya quedado medianamente zanjada. Sin embargo, como soy muy obse, dejo mi última reflexión sobre el asunto. Y es que ante los problemas tenemos dos alternativas, cortito: o nos ponemos las pilas y los enfrentamos, o le sacamos músculos a las estrategias de evitación, que ya sabemos se trata de formas NO EFECTIVAS para resolver un problema, pero que son sumamente ATRACTIVAS. Lo segundo, como ya vimos, hace que el problema crezca y crezca, sin vos darte cuenta, hasta que un día te lleva puesto. ¿No me crees? Probalo. Up to you.

 
 

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