Max Elbo, de un útero chileno a una agencia argentina

(CHILE) – A comienzos de 2009, junto a su amigo y dupla Tomás Gianelli, llegó de Santiago de Chile para estudiar en la Escuelita. Dos años después los dos llevan cinco meses trabajando en Ogilvy Buenos Aires y Max viajó en junio al Festival de Cannes para asistir allí a la Roger Hatchuel Academy, enviado por su propia casa de estudios. Después de sorprenderse de su modo de presentarse en las redes sociales (feto durante nueve meses de 1997/8, humano desde entonces y creativo desde mayo de este año), PB conversó con él sobre toda esta experiencia.


«Con todos (los profes de la Escuelita) hicimos laburos que nos sirvieron muchísimo y aprendimos mucho con ellos», reconoce Elbo.

Por Pancho Dondo, de la redacción de PB
(Foto: Gentileza Max Elbo)

—¿Qué edad tenés?
—Van veintidós (22) años desde la fecha de elaboración.

—¿Sos director de arte o redactor?
—(Con Tomás Gianelli, mi dupla) no nos dividimos así, en realidad. Los dos plantamos, los dos escribimos. A veces nos preguntan quién cocina y quién lava los platos, pero tampoco nos dividimos para eso.

—¿Cómo fue tu relación con la publicidad en tu infancia y tu adolescencia?
—Para mí, cuando niño, la publicidad era la peor parte de ver televisión. Me alegra que hoy en día se intente hacer cosas que realmente buscan resolver problemas o ser inspiradoras para la gente.

—¿De qué lugar de Chile sos?
—Nací en Santiago. Es una ciudad que está cerca de Mendoza y tiene muchos cerritos y un cielo gris. Lo bueno de Santiago es que, de vez en cuando, cancelan las clases de deporte por emergencia ambiental cuando hay mucho smog.

—¿En Chile habías estudiado algo relacionado con la publicidad antes de venir a la Escuelita?
—Estudié dos años en una universidad en Santiago. Era de esas carreras que duran cinco años, sales sin carpeta y con un título que no sirve de mucho para trabajar en una agencia.

—En la Escuelita, ¿de entrada trabajaste en dupla con Tomás Gianelli? ¿Lo conocías de Chile?
—Con Tomás nos conocimos en la universidad, en Chile. El último año empezamos a trabajar juntos y decidimos venirnos.

—A partir de tus éxitos en las distintas materias de la Escuelita, ¿cuáles fueron los hechos que te permitieron empezar a destacarte también fuera de la Escuela?
—No sé si destacamos fuera de la escuela, haha.

—Antes de entrar a Ogilvy, ¿hicieron un training en alguna otra agencia?
—No. Sólo pasamos por un par de agencias más chiquitas, pero estuvimos muy poco tiempo en cada una. Estuvimos en Mundo Buenos Aires, con Gonzalo Vidal, y en la agencia de un amigo que conocimos en la escuela.

—¿Cuánto hace que empezaron con Tomás a trabajar en Ogilvy y qué cargo exacto tienen? ¿Para qué director creativo trabajan?
—Empezamos en mayo. Somos juniors y trabajamos con Javier Mentasti y Maximiliano Maddalena.

—Ahora que ya estás dentro de una agencia, ¿qué cosas de la Escuelita (materias, profesores, lo que sea) sentís que fueron las que te prepararon mejor para esto que hacés hoy?
—Más que materias, creo que fueron profesores: Matías Asencio, Martín Insúa, Christian Rosli, Mario Crudele, Diego Levi, Gabriel Huici, Jorge Ponce Betti. Con todos hicimos laburos que nos sirvieron muchísimo y aprendimos mucho con ellos.

—¿Cómo fue la experiencia de Cannes? ¿Cómo era el día a día? ¿Te sirvió?
—En Cannes, el día a día era de día a día. Partía a las nueve y media, volvía al hotel a las cinco de la mañana, dormía tres horas y volvía al Palais. Estuvo increíble. Conocí a mucha gente, hice muchos amigos, escuché charlas buenísimas, vi a Sir Ken Robinson en el seminario de Ogilvy, a Sarah Kay en TED, a los Ting Tings en vivo en el techo de un hotel. Muy lindo. Fue una gran experiencia. ¡Mil gracias a la Escuelita!

—Veo que, por Iberoamérica, en la Roger Hatchuel Academy había una brasileña, dos colombianos, un costarricense, un dominicano, un portugués, una puertorriqueña y dos españoles. ¿Se armó algo así como una comunidad latina o interactuaste con todos los alumnos de la Academia por igual?
—De Iberoamérica había un costarricense, una portorriqueña, dos brasileñas, dos colombianos, un dominicano, una española y un español barbado llamado Roberto. Había un portugués al principio, pero desapareció el primer día y fue el gran misterio durante el resto de la semana. No, para nada. Eramos todos bastante unidos. Hablábamos en inglés todo el tiempo para que todos entendieran. A la vuelta, me fui al aeropuerto en tren con Abel —el dominicano— y nos fuimos hablando en inglés hasta que nos dimos cuenta de que podíamos hablar español.

 


UNA PIEZA DESTACADA


En su festival Diente 010, el Círculo de Creativos Argentinos invitó a Jóvenes Creativos a crear un aviso para promover la venta del libro Historias que no venden nada en beneficio de la Fundación Publicidar. Este es el aviso ganador del Concurso, concebido y realizado por la dupla que conforman Maximiliano Elbo y Tomás Gianelli.

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